viernes, 19 de enero de 2024

Solsticio 2023

Cuando amanece
la luciérnaga se convierte
en un simple insecto
: Aon
(versión Miguel Ángel Elguea Echavarría) 
 
 
 
 
Santo Domingo, Oaxaca diciembre 2023

 
 
 
Este año amanecí. No fueron las guerras, que seguramente se extenderán; ni el genocidio de palestinos (televisado) que cambiará no sólo la historia de Medio Oriente, sino la de los imaginarios modernos. Quizás, fueron las costumbres excavadores del conejo lo que me despertó. Los chinos dicen que al 2023 le correspondió el conejo de agua. Para mí fue una año exigente y difícil, un año Maestro, que termina ahora en febrero. Le sigue un nuevo ciclo, dicen, un dragón de madera que promete un nuevo orden geopolítico y el fin de la hegemonía occidental
    Al principio no me dí cuenta de que había amanecido. Estaba llena de Colombia y sorprendida por un Bogotá frío y lluvioso. Estaba llena de la idea de ser madre y de ser profesora universitaria. Vivía en la sombra, pero me creía luz. En realidad era como luciérnaga en la noche, pero amaneció y regresé a mi condición de insecto.
    En las noches las luciérnagas parecen las luces de una ciudad lejana, la anhelada; los fuegos de un ejército, el invencible; las antorchas de una multitud congregada; la amada... las luciérnagas detrás del velo obscuro son las ilusiones, el amanecer, en cambio, anuncia el fin del sueño e ilumina el principio de la posibilidad.
    En esas estaba, quejándome como Gregiorio Samsa de mi condición de insecto, cuando llegaron las chinches a mi cama. Me las mandaron los dioses, como el señor Shakyamuni, lleno de compasión por Kandata, un malhechor, le mandó un hilo de araña como segunda oportunidad de vida. Me las mandaron los dioses, lo sé, para recordarme que más allá de las ideas y de las sociedades, está la vida que late. Tres días y 14 trecenas después, el 11 de diciembre en la noche, un penitente guadalupano me enseñó, con su metamorfosis, que venimos a transformarnos.  
    Así que aquí estoy, haciendo mi capullo para volverme otra, quizás una mariposa...
Zyanya Mariana
enero 2024



les dejo el poema de Carlos Drummond de Andrade, que lo supo decir mejor que yo


Receta de año nuevo

Para recibir un bellísimo Año Nuevo, color de arco iris, o del color de su paz,
un Año Nuevo sin comparación con todo el tiempo ya vivido
(mal vivido o tal vez sin sentido)
para ganar un año, no sólo pintado de nuevo,
remendado a las carreras,
y sí nuevo en las semillitas del llegar a ser,
nuevo hasta en el corazón de las cosas menos percibidas (empezando por su interior )
nuevo espontáneo, que de tan perfecto ni se nota,
pero con él se come, se pasea, se ama,
se comprende, se trabaja,
no es necesario beber champaña o cualquier otra bebida,
no es necesario mandar ni recibir mensajes
(¿planta recibe mensajes, pasa telegramas?).


No es necesario hacer lista de buenas intencionespara archivarla en un cajón.
No es necesario llorar arrepentido por los desatinos consumados,
ni ingenuamente creer que,
por decreto de la esperanza a partir de enero las cosas cambien y todo sea claridad, recompensa, justicia entre los hombres y las naciones,
libertad con perfume y sabor de pan matinal,
derechos respetados, empezando por el derecho augusto de vivir.


Para recibir un año-nuevo que merezca este nombre, usted, amigo mío,
ha de merecerlo,
tiene que hacerlo de nuevo,
y sé que no es fácil, pero inténtelo,
pruebe, consciente.
Es dentro suyo que el Año Nuevo
dormita y espera desde siempre.


: Carlos Drummond de Andrade
 

viernes, 12 de enero de 2024

CUMPLIMOS ONCE AÑOS, QUIZÁS MÁS Y LO FESTEJAMOS CON LO SUAVE Y LO LIGERO DE LEÓN FELIPE

Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

: León Felipe
 
 
 
 


 
 


El año pasado, 2023, fue un año muy duro... tan duro que olvidé el cumpleaños de mi blog. Este pequeño lugar donde comparto las ideas. Estaba muy triste, tan triste que una mañana dudé en levantarme de la cama. Supongo que así estuve muchos días, ya no recuerdo, hasta que llegaron las chinches y me cambió la vida. Les estoy muy agradecida, me enseñaron en su vitalidad y reproducción que las identidades, proyecciones del ego que yo creía absolutas, como ser mamá o profesora universitaria, son transitorias. Cuando nos aferramos a ellas, nos carcomen. Hay que vaciarse de ellas para ser llenados de otras identidades e ilusiones. Nunca hay que olvidar que somos como nuestras hermanas las piedras... y en mi caso como las piedras pequeñas, muy pequeñas que le gustaban a León Felipe, el poeta mexicano que nos regaló el mundo...




Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...


: LEÓN FELIPE 
(Cómo tú)