lunes, 23 de enero de 2012

Del comercio y otros fines; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

ZyanyaM

Del comercio y otros fines


El cambista y su esposa, Marinus Roejmerswaelen, 1538


En el siglo XVI, mientras los humanistas se centraban en el hombre y los artistas renacían; el pensamiento, cuál célula cancérigena, se dividía hasta el cansancio.  La división en un momento de cambio produjo el fenómeno que hoy padecemos: el comercio como fin último del ser humano. 
Se inició en las ciudades-estado del norte de la península itálica, cuando las familias de comerciantes y banqueros, como los Medici, descubrieron el poder que les daba el oro, fruto de su trabajo de compra y venta en una época de expansión mercantil.  Así, una familia sin linaje de armas podía impulsar a un miembro de la familia a convertirse en reina consorte o en Príncipe de la ciudad.  

Boda entre María de Medici y el Rey de Francia.
Los Medici produjeron tres Papas: León X; Clemente VII y León XI


Gracias a los recursos económicos, estas familias pasaban de ser influyentes en el gobierno a convertirse en el poder mismo de las repúblicas.   El dinero sirvió para consolidar la estructura de la ciudad que giraba alrededor del comercio. Así la República se  estructuró con funcionarios públicos leales (la futura burocracia) que ejecutaban las ordenes de un Príncipe o gobierno para expandir los flujos comerciales.  Por ello fue necesario, en primera instancia fomentar la construcción de calles, carreteras y puertos (la famosa infraestructura que los políticos llaman modernidad) que eran supervisados por los condottieri.  

Los condottiero eran mercenarios y a veces incluso diplomáticos que trabajaban vía un contrato para las ciudades.  Son el antecedente de los ejércitos nacionales y de  los diplomáticos.  Como solían ser un peligro para las repúblicas estos hombres, hijos de la aristocracia terrateniente en busca de oportunidades, terminaron creando compañías de efectivos leales y ofreciendo sus servicios a una región, una ciudad o al papado.  Muchas veces las compañías muy bien organizadas podían pasar de padres a hijos, asegurando el orden y el comercio más allá de las fronteras protegidas.


Mientras, en la ciudad, el Príncipe y su familia convertían al artista en empleado, por medio de mecenazgos (becas y foncas), imponiendo un canón estético y social a la población. Por su parte los pensadores, humanista y filósofos se empleaban como funcionarios públicos fundando instituciones que reprodujeran y defendieran el sistema creado, o se convertían en Papas, líderes morales del mundo europeo.  El mismo Maquiavelo fue un funcionario de la ciudad de Florencia.  

Nicolás Maquiavelo funcionario público
florentino quien escribió mucho más que
 el Príncipe
Durante mucho tiempo la función del Príncipe (rey, presidente, poder legislativo) y su gerencia política fue necesaria.  Poseían el olfato y el higado para controlar al pueblo, gerenciar el comercio y negociar con las ciudades o estados rivales.  De hecho durante cuatro siglos los pensadores creyeron en el poder político absoluto del Príncipe hasta que aparecieron los Medios de comunicación. 
En un primer momento la gente pensó que podían, a través de la prensa  y otros medios cuestionar al poder; la guerra de Vietnam fue un intento de ello; pero muy pronto los comerciantes, acostumbrados a vivir en la sombra se percataron que no necesitaban más del Príncipe.  Ellos solos, casi con el mismo sistema de mecenazgos renacentistas, podían controlar a la masa empleando escritores, guionistas, cineastas, productores de televisión, creativos en publicidad para hacer el trabajo del Príncipe y las instituciones fundadas en el renacimiento.  El poder era de los comerciantes, la herramienta los Medios, el fin el comercio. 

La violencia que hemos estado viviendo los últimos 5 años en México, que seguramente se recrudecerá este año de elecciones, junto con la hambruna y despojo de tierras de los más vulnerables, no es otra cosa que una estructura de 500 años que tiene como único fin el comercio y la multiplicación de las ganancias.  Wallerstein la denominó el Sistema mundo, Antonin Artaud Crueldad, pero son lo mismo sólo que vistas desde dos lugares distintos, la historia del primero la poesía del segundo.


El sistema mundo se estructuró para que productos y capital pudieran circular libremente, primero al interior de los estados, después en Europa y finalmente en el mundo vía el imperialismo y hoy la globalización.  A su servicio han estado todas las Instituciones: las políticas (partidos políticos, Ifes, división de poderes); las educativas (las universidades que te forman moderno, globalizado y emprendedor), las alimentarias (no comemos lo que produce la tierra sino lo que nos venden).  Incluso los símbolos como el enfrentamiento campo-ciudad/ laico/religión (que fomenta el hambre en el campo, la inmigración de mano de obra barata y el sin sentido) y por supuesto las instituciones culturales y mediáticas (el que no es blanco, hombre, menor de 35 años y profesional no vale); ello sin nombrar los valores que imponen los medios y la imagen.

Antonin Artaud (1896-1948)
La crueldad, dice Antonin Artaud, después de su viaje en 1936 a la Sierra Tarahumara, "no es cosa de sadismo, ni de sangre, o al menos no lo es de forma exclusiva… Crueldad significa aplicación, rigor y decisión implacable, determinación irreversible, absoluta… La crueldad es ante todo lúcida, es una especie de dirección rígida, es la sumisión a la necesidad”.  Artaud vio lo que nosotros ocultamos, el despojo sistemático hacia aquellos que no son como nosotros y convertimos en necesitados.  La gente de Chihuahua cuenta que los Rarámuris cuando bajan a las ciudades mendigan dinero y comida.  Dicen los  chabochis (mestizos, blancos), que no les gusta trabajar, ni siquiera dan las gracias, se quejan.  No es que no les guste trabajar, pero no lo hacen con la lógica comercial de nosotros los modernos, urbanos ilustrados.  El trabajo es una experiencia como cualquier otra y no lo que nos determina como seres humanos.  Además ya que todos somos parte del mismo universo y todos somos necesarios ¿por qué nos cuesta tanto trabajo compartir, empatizar?  Acaso no los que tenemos más  tenemos mayor obligación cósmica de dar?  Esta idea está muy lejos del “self made man” y de nuestras concepciones de vida, ahorro y bienestar individual; en todo caso la modernidad ataca sin piedad todo lo que no se le parece y no le es útil.  No dudo en afirmar que gran parte de la violencia, hambre e inmigración que hoy padecemos se debe a la lógica comercial que es profundamente Cruel.

Hoy da lo mismo transportar vacas, jabones o seres humanos, afirmará Bauman
el autor de Modernidad y Holocausto 

El sistema que hoy tenemos se fundamenta en el comercio masivo y la lógica comercial dice que se deben aprovechar todas las oportunidades, aunque eso implique transgredir lo humano.  Da lo mismo para el comercio transportar jabones, vacas o seres humanos, lo importante es la ganancia que se deriva de ello; lo sabemos por experiencia.  Sucedió durante cuatro siglos con los negros de las costas africanas (el comercio de esclavos), con los europeos durante la Gran guerra del 45-50, con los migrantes que huyendo del hambre son tratados como perros con la justificación de que no tienen papeles, o como mercancía en la trata de niños y personas.  Lo mismo sucede con las políticas agropecuarias, el fin es el comercio y la ganancia, no importa que los cultivos extensos y con transgénicos provoquen el resurgimiento de plagas, desertifiquen la tierra, o transformen los pueblos en lugares fantasmas; con la educación y la tecnología sucede lo mismo los que tienen acceso, cada vez menos, se incorporan al sistema y lo reproducen sin mayores cuestionamientos, los demás se convierten en ejércitos de desempleados.   


Todo ello produce una violencia que en períodos de crecimiento económico es sólo sutil pero que en períodos de estancamiento como ahora estalla en iras: la primavera de los pueblos árabes, la ira de los suburbios ingleses, el movimiento de ocupas en España, Grecia y los EU, así como algunos movimientos estudiantiles.
México no se queda atrás, cada cierto tiempo desde hace 500 años, eclosiona la sutil violencia que padecemos cotidianamente, y como la transgresión es de la ciudad al campo, la mayoría de los movimientos y malestares surgen cerca de la tierra.  Hoy la llamamos narco, pero los narcos como los políticos sólo siguen la lógica comercial: disminuir costos y aumentar ganancias.  Es más barato eliminar gente que comprar un terreno ya sea en Cheran Michoacán o en las costas o en la Sierra Tarahumara, es más barato matar migrantes que pagarles, es más barato seducir a jovencitos de 16 años que negociar con adultos, es más barato hacer una estela en el Paseo de la Reforma que replantear las políticos actuales frente al campo y la crisis del agua, es más barato cerrar las universidades públicas que crear fuentes de trabajo, es más barato negociar con un solo cartel o partido político que repartir la riqueza entre varios carteles de drogas y partidos políticos.
Las elecciones no solucionarán los problemas de violencia, injusto trato a indocumentados, hambre en el campo (con o sin suicidios), desempleo o justicia social, porque los políticos siguen la lógica comercial: prometer no empobrece allende que sus cambios son sólo circunstanciales.  Nos queda como sociedad civil, con los medios que tenemos, incluyo las Redes sociales con todos sus “peros”, sirvan para proponer estructuras y cambiar hábitos simbólicos y de consumo.  No sería un ejercicio estéril convocar con la palabra y el acto nuevas formas donde el comercio no sea el fin y cualquier medio lo justifique.



También pienso que dada la diversidad de nuestro país es necesario refundarnos como un país plurilingüe. Que de las 53 lenguas indígenas que sobreviven hasta el día de hoy, se elijan 5 y junto al español se conviertan en nacionales; que se le exija a todo profesional hablar su lengua materna, una de ellas, además del castellano.  Es fundamental, por otra parte, que nuestra capital recupere con su nombre México Tenochtitlán, su vieja vocación de grandeza.
Zyanya Mariana

lunes, 16 de enero de 2012

De racismo y otras elecciones; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

ZyanyaM




LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA;               
De racismo y otras elecciones

El mes de diciembre se desarrollaron tres incidentes, más o menos escandalosos, que no sólo dibujan la violencia social, política y las estructuras de racismo y exclusión que se han agudizado los últimos años en México, sino que proponen nuevas formas de rebelarse a la impunidad de las élites y el abuso de poder.

Paulina Peña y la Prole 
El primero se desató después de que la hija de Peña Nieto retuiteara un mensaje de su novio quien, supongo, intentaba justificar la incapacidad del candidato a la presidencia por el PRI, el copetudo Peña Nieto, luego de su actuación en La FIL de Guadalajara: “un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y sólo critican a quien envidian!(sic)”.
  




Rápidamente las Redes sociales multiplicaron su indignación: todos somos Prole y leemos más que el candidato del PRI, respondieron los futuros votantes. 








El segundo incidente se dio cuando un pequeño burócrata de SEDESOL (Secretaria de Desarrollo Social), jefe del programa Oportunidades en el Municipio de Uruapan, Michoacán, Carlos Talavera Leal, expuso en su Face Book mientras otorgaba apoyos a un grupo de mujeres indígenas los siguientes comentarios: “Es neta huele impresionantemente feo, pero ps pobrecillas”, “no es suyo la higiene, lo bueno que ya casi termino y me voy a la office”.  


Carlos Talavera Leal, burócrata clase mediero con aspiraciones televisivas
Como en el caso anterior, la indignación se proliferó en los medios y Redes sociales llegando a CONAPRED (Consejo Nacional para prevenir la discriminación).  Aparentemente le costó el cargo al joven que nunca imaginó que desconocer el olor a sudor mezclado con humo de leña fuera, además de poético, una responsabilidad social.  El pobre que nunca había salido de su mundillo ansiaba regresar al aire acondicionado de su oficinita donde los sacos de marca aunque sean piratas, los perfumes y los coches último modelo sí son valorados.


El tercer y último incidente ocurrió en julio pero fue hasta diciembre cuando las Redes sociales difundieron un video donde el empresario textilero, Miguel Sacal, golpeaba hasta sacarle los dientes, a Enrique Vera, trabajador de un valet Parking, mientras le gritaba ¡pinche indio! ¡Pinche muerto de hambre!


Este incidente me recuerda un video del mes de agosto conocido como “las ladies de polanco”, donde unas mujeres, que evitaban el alcoholimetro, golpeaban e insultaban a los policías con un: “pinche asalariado de mierda”. 








El maíz, Diego Rivera

En todos estos casos el insulto revela una estructura de castas no asumida pero que se fundó con la caída de Tenochtitlán.  Somos, desde entonces un país de castas de clóset.  Las castas aparecen en nuestro lenguaje cotidiano “Amar a dios en tierra de indios”, “a falta de pan tortilla” olvidando que somos una de las cinco culturas originales que domesticaron un cereal; somos la domesticadora del maíz.  Incluso nuestras groserías pinche, pendejo, cabrón, chingar, chingón se refieren todas al poder.  En México despreciamos al pinche (ayudante), al pendejo (infantil) y al que podemos chingar (débil) mientras que admiramos al cabrón y al chingón, hagan lo que hagan: narcos, corruptos, políticos, empresarios, caciques, líderes sindicales, ladrones; si son chingones son dignos de respeto.  De ahí que en México exista una cultura de chingarse al otro.  Ahí también se revela el machismo: las mujeres son chingadas.  Este sistema es viejo, se estructura en el período Colonial, se agudiza en el Porfiriato, se diluye con la Revolución y a partir del Salinato se recrudece; paralelamente a la acumulación de capitales en el mundo y al incremento de mexicanos en la revista Forbes, más allá del Chapo Guzmán. 


Está de moda decir que el Porfiriato tuvo muchos beneficios: nos industrializó, nos modernizó exclaman sus apologizadores,  se les olvida que el frágil equilibrio del sistema de castas nunca perdonó que la casta se confundiera con la clase social empobreciendo a niveles deshumanos a los menos occidentalizados.  Se les olvida también que el PRI pudo ser "la dictadura perfecta" porque el grupo de Sonora y sus discípulos entendieron a cabalidad que las castas se aceptan y se asumen, sí y sólo sí, se reparte la riqueza y el poder, o por lo menos, se promete la repartición y se permite el juego.  De ahí la sabiduría de la no reelección y la estructura piramidal del PRI donde “el chingón” indio, negro o blanco, antes del 68, podía acceder al poder y devenir cacique afiliándose a la estructura; donde el campesino y el urbano, con mayores o menores privilegios, convivían en la misma universidad pública y, aunque nunca se casaran, se mezclaban laboralmente.. 



Sueño de una tarde dominical en la Alameda, de Diego Rivera
Se puede aprecia la multiculturalidad y la sútil convivencia de las castas

Las leyes del mercado han eliminado estas posibilidades “los blancos” o “los blanqueados” estudian en universidades privadas; los “indios y los mestizos e incluso los blanqueados empobrecidos estudian en las públicas, si acceden al estudio.  En la mayoría de los casos el recorte de recursos sociales, el caciquismo de Alba Esther Gordilla a la educación pública y el golpeteo sutil, desde el Salinato, a las universidades públicas e instituciones culturales han provocado una división abismal entre empresarios y trabajadores (ya ni siquiera son útiles pues son desechables dada la cantidad de oferta laboral); entre profesionales y población; entre políticos y ciudadanos ( en vez de hacer política los jóvenes burócratas y políticos sueñan con aparecer en las revistas y ligar o casarse cual convenientes proveedores).  ¿qué Peña Nieto nunca le enseñó a su hija que el poder se obtiene del ciudadano común, qué nunca le dijo que el coche último modelo era producto de haberse “maiceado” a unos diputados del partido?  Lo interesante es que hoy vía las redes sociales hay cosas que al enterarnos podemos empezar a cambiar, por lo menos iniciar la indignación.  Nunca olvido que grandes cosas han surgido de ella; la indignación.


También pienso que dada la diversidad de nuestro país es necesario refundarnos como un país plurilingüe. Que de las 53 lenguas indígenas que sobreviven hasta el día de hoy, se elijan 5 y junto al español se conviertan en nacionales; que se le exija a todo profesional hablar además de su lengua materna, una de ellas.  Es fundamental, por otra parte, que nuestra capital recupere con su nombre México Tenochtitlán, su vieja vocación de grandeza.
Zyanya Mariana