lunes, 15 de marzo de 2010

Manuel Maldonado, el poeta masón


Emblema de la masonería: El ojo, el compás, la escuadra y el Gran Arquitecto del Universo


Por Tariyata,
La masonería en América Latina (e incluso en América toda) fue determinante para la construcción política e identitaria de la región. La mayoría de los hombres que fundaron la historia moderna independentista de este continente fueron masones. No es posible entender el fin de la Colonia, las Independencias y las rivalidades a muerte entre Conservadores y Liberales sin la Masoneria. No quiero hablar ahora de las limitaciones, de su patriarcalismo o de sus grandes equívocos y errores, pues como toda institución creada por los seres humanos es limitada y falible. Quedé aquí unas brevísimas líneas, pues allende su labor política, los grandes pensadores del XIX, incluso de letras, estuvieron ligados a ella.


Canteros y albañiles medievales (Tailleurs de pierre u maçon),
alegoría de la arquitectura para decorar el campanario de la Catedral de Florencia;
Museo de sitio, Florencia Italia relieve sobre mármol, del arquitecto y escultor italiano Andrea Pisano.
Los historiadores aceptan los orígenes de la actual masonería especulativa a los antiguos constructores de las catedrales. Canteros, albañiles y maestros de obras, que sus prácticas y cofradías, derivarían, siglos más tarde, en la masonería ilustrada que conocemos hoy en día.

La masonería es fundamentalmente una institución Ilustrada. Si bien sus ritos abrevaron de la tradición hermética alejandrina su estructura está basada en los ideales de los Ilustrados y la revolución francesa: Libertad, Igualdad, Fraternidad y tolerancia religiosa. Sin duda sirvió como estructura para el pensamiento liberal latinoamericano.
Al respecto el poeta cubano José Martí escribiría en el siglo XIX:
«La masonería no es más que una forma activa del pensamiento liberal: no tiene más secretos que la inteligencia y la honradez, se deja el fardo de las malas pasiones a la entrada y se contrae el deber de obrar irreprochablemente, perfeccionar el ejercicio de la libertad, preparar a los ciudadanos a la vida política, ayudar al logro de toda noble idea. Sin uno más, sin nada oculto, son las obras de la orden masónica. Su obra es la misma obra del adelanto general; y para los que piensan cuerda y ampliamente el misterio de forma en que se envuelve, no es más que una garantía de lealtad entre sus miembros y una señal de respeto a las costumbres de tiempos pasados. Son sus viejas formas de la masonería como las religiones de los as- cendientes a los hijos y nietos cariñosos».


Interior de una logia de América Latina, en el siglo XIX
Interior del templo, Logia Verdad, Matanzas Cuba


Sin embargo sus iniciados nunca fueron homogéneos, algunos incluso se enfrentaron ideológicamente a lo largo del siglo XIX: pensemos en Juárez y Maximiliano, ambos masones que se debían respeto y fraternidad y, sin embargo, el primero mando fusilar al segundo. Dicen que antes del fusilamiento Juárez le dijo a su hermano: "la patria es primero" .
Si algunos fueron iniciados comprometidos, otros se limitaron a la tradición iniciática y los menos estuvieron ligados a ella tangencialmente. En el caso de Darío, mucho se ha debatido en si fue masón o sólo amigo de masones. Según los estudios del poeta andaluz Manuel Montero (Revista anthropos: Huellas del conocimiento, ISSN 1137-3636, Nº 170-171, 1997 (¿Era masón Rubén Darío?, págs. 128-133). Darío ingresa a la masonería a los 41 años, apadrinado por el poeta Manuel Maldonado ( 1864-1945). Quizás el debate es importante, más allá de cotos institucionales, para entender otra perspectiva de Darío. Empero su poesía, como la de cualquier pionero, se hizo en soledad; sin camino trazado mas escribiendo lo fue trazando.
En cambio Manuel Maldonado, aunque masón comprometido, siguió, como tantos otros, las huellas parnasianas y simbolistas del profano, conformando lo que se conoce en Nicaragua como el segundo modernismo.
León; Managua, -que incluso tuvo un barrio latino a la usanza del parisino-, y Masaya serán los tres focos geográficos, y entre sus poetas, todos incluídos en Tariyata, están (entre otros) Santiago Argüello, Luis H. Debayle, Román Mayorga y Manuel Maldonado.
De este último les presentamos dos poemas, "Y entonces fue", "Cedro real" y un epitafio a su padre.
Tariyata


Y ENTONCES FUE

MUCHAS veces, Señor, yo te he buscado
donde quiera que hay luz, vida o ruido,
en el fanal del sol, siempre encendido,
y en la feraz vegetación del prado.

Te he buscado en el mar ronco y airado,
en el crujir del rayo enfurecido,
en la flor, en el céfiro, en el nido,
y en el rojo crepúsculo incendiado.

Pero una noche muda, solitaria
y fría como estepa de Siberia,
después de un gran dolor y una plegaria,

en un establo lleno de miseria,
al fin te pude hallar dentro de mí mismo,
y entonces fue que se alumbró mi abismo.
M. Maldonado



El cedro real es oriundo de los bosques húmedos de América, desde México hasta Brasil, es un árbol que mide de 20 a 30 metros de altura y puede alcanzar más de un metro de diámetro. Se le conoce también como cedro rojo porque su madera es roja






CEDRO REAL

ARBOL gentil de prestigiosa historia
que en las cumbres del Líbano naciste,
con cuyas carnes duras de Masiste
forjóse el Arca de inmortal memoria.

Si clámine te ha puesto la Victoria,
si tu melena al huracán resiste,
si como un soberano altivo y triste
a solas rumias tu secreta gloria,

¡oh hermano del Laurel, que han consagrado
el Tiempo y los Penates, yo quisiera
ser como tú, incorruptible y fuerte,

para domar la Sañudez del Hado,
y escupir con mis llamas de Quimera
el rostro del olvido y de la Muerte.
M. Maldonado


EPITAFIO

PADRÉ: tu mármol solitario y frío
de día el sol lo vela con su luz,
en la noche la sombra de la cruz
y a cada instante el Pensamiento mío.

MANUEL MALDONADO (1864 -1945)

miércoles, 20 de enero de 2010

Contemporáneos

Dos contemporáneos de Darío y su modernismo...

JUAN DE DIOS VANEGAS
PAJAROS Y FRUTOS

Chichitote: ave color de fuego.
Mango: fruto semejante al ave.

HAY un pájaro en mi tierra
que es rojo y negro y que canta
con dulzura, porque encierra
miel divina en su garganta.

Y hay un fruto en mi tierra
que es rojo y negro también,
como el pájaro, y encierra
fragante y sabrosa miel.

Cuando el pájaro se mece
al extremo de la rama,
que es el fruto me parece,
con su carbón y su llama.

Y si apiñados se ofrecen
los frutos en bella unión,
pájaros presos parecen
con llama y su carbón.

Fruto y pájaros hermanos,
hijos de esta tierra mía,
que cuando estáis en mis manos,
me dáis la grata alegría.

de escuchar trinos risueños
del fruto bajo la piel,
y en los plumajes sedeños
sentir la fragante miel.

Tal vez en tiempo mejor
fueron uno, y su figura
repartieron con amor;
color el fruto y dulzura;
dulzura el ave y color.

JUAN DE DIOS VANEGAS (1873 – 1964)


CHICHITOTE /CHILTOTA
Bolsero (Chiltota) Pechimanchado (Icterus pectoralis)
La chiltota pechimanchada toma su nombre de las manchas negras a los lados del pecho. Tiene una corona y nuca anaranjada que se extiende por el vientre hasta el inicio de la cola. Suele tener parte de la espalda, la garganta, alas y cola de color negro, excepto por una manchita blanca en las alas.

Nota Tariyata


Flor del mango, aparece poco antes de la cosecha del fruto. Abajo el mango, conocido en México como mango de manila.
Nota Tariyata



NAPOLEON ESCOBAR
DIOS Y EL POETA

-POETA, ¿dónde vas entristecido?
-A llorar en silencio mis pesares,
porque si alzo la voz, me insulta el mundo
con satírica, horrible carcajada.
-Pues búrlate del mundo; tú que llevas
una chispa divina en el cerebro,
tú que eres el arcángel que yo he creado
para cantar mis soberanas obras.
Si es verdad que tal vez es tu destino
llorar y padecer, canta, poeta,
y hazle ver al incauto que te insulta
que es grande tu misión. Desde los cielos
yo escucho embelesado tus cantares,
y de mis obras la grandeza admiro
radiante de alegría; si tu arpa
con notas resonantas las celebra.
No dejes que se apague la luz pura
que yo puse en tu mente, ¡luz divina!
Canta, poeta, y si se ríe el mundo
desprécialo, hijo mío, ¡y canta siempre!

NAPOLEON ESCOBAR (1866 -1893)

martes, 19 de enero de 2010

León, entre la costumbre y el liberalismo II

León,
entre la costumbre y el liberalismo II


La Danaide (1885), Mármol, Rodin
Museo Rodin, Paris, Rodin (1840-1917)

Por Tariyata,
Seguimos con la selección de poetas leoneses contemporáneos de Rubén Darío. En esta ocasión un "Sonetazo" de Feliz Medina, no menos jocoso que el de Cesáreo Salinas, y unos versos, al estilo romántico más característico del siglo XIX, de Román Mayorga Rivas. Los versos leoneses están acompañados de algunas imágenes, del también contemporáneo, pero francés y escultor: Augusto Rodin.


El beso (1887), Mármol, Rodin
Museo Rodin, Paris, Rodin (1840-1917)


ROMAN MAYORGA RIVAS
VENUS PUDICA

EL agua en el estanque está dormida
y la coronan pétalos de rosa,
a la indecisa claridad hermosa
de una aurora triunfal que vierte vida.

Dejáronla para el baño prevenida,
límpida y enflorada y olorosa,
y ya llega la niña pudorosa
al borde del estanque, desvestida.

Toca la linfa con el pie, y al frío
beso que siente, a echarse no se atreve;
mas al mirar en el boscaje umbrío

que la contempla un cazador aleve,
al punto entrega al estancado río
su cuerpo virginal de rosa y nieve.

ROMAN MAYORGA RIVAS
(León, Nicaragua, 1861 – 1925)



Acuarela de mujer, Museo Rodin, Paris
Rodin (1840-1917)

FELIX MEDINA
SONETAZO A CAROLINA

NIÑA, no creas tú que me enamora
Tu talle que da envidia a la palmera,
Ni tu sonrisa dulce y hechicera,
Ni tu boca que perlas atesora.

Ni tu voz argentina y seductora,
Ni tus manos que Fidias esculpiera,
Ni tu negra y hermosa cabellera,
Ni tu tierna mirada embriagadora.

Que adoren otros tu gentil belleza:
Yo soy "positivista", Carolina;
Perdona si te ofende mi franqueza.

Lo que a mí me enamora, me fascina,
Lo que me obliga a ser Tu Quijote,
Es tu crecida da y bien segura dote.


FELIX MEDINA
(León, Nicaragua, 1857 -1943)




La catedral (1908), Mármol, Rodin
Museo Rodin, Paris, Rodin (1840-1917)

sábado, 9 de enero de 2010

León, entre la costumbre y el liberalismo

LEÓN ENTRE LA COSTUMBRE Y EL LIBERALISMO
Poetas de la Bohemia leonesa
Por Tariyata,
León, entre volcanes sábana y mar, es una de las ciudades más interesantes de Nicaragua; quizás la más equívoca y contradictoria. A su arquitectura e historia colonial se opone una tradición ilustrada; en su Catedral, la más grande de Centroamérica, yacen los restos del prosista profano, mientras que en la casa del coronel Ramírez (padre adoptivo de Darío), se mezclan los enseres personales del poeta radicado en Europa con la cama y la ventana del loco, también poeta, Alfonso Cortés.


"Fachada de la Catedral de León desde el mural a los mártires Sandinistas", imagen tomada de "viajarhastamorir's blog"

Costumbrista y apegada a sus querencias (son famosos los Leoneses, como los Bretones en Francia y los Regiomontanos en México de "ahorrativos en exceso"), León goza sin embargo, en oposición a Granada, de un espíritu liberal. Durante todo el siglo XIX los liberales leoneses se enfrentaron a los conservadores Granadinos por el poder... así surgió la tercera ciudad sede del poder, Managua. Este espíritu Liberal salpicado de costumbrismo aparece en todas las calles empedradas, en los contrafuertes de la catedral, en la Gigantona colonial y en el calor bochornoso que termina desnudando las pieles de los estudiantes, de falda y pantalón azul Pacífico,


"Monumentales contrafuertes de la Catedral de León con diminutos estudiantes", imagen tomada de "viajarhastamorir's blog"

La Bohemia Leonesa fue muy diferente de lo que pudo haber sido la vida nocturna porteña de finales del XIX y principios del siglo XX, empero no fue menos rica. Edelberto Torres, en su multicitada obra "La Dramática vida de Rubén Darío" escribió: «León tiene un núcleo de intelectuales, poetas algunos, periodistas, jurisconsultos, literatos todos... Mariano Barreto ahonda mucho en el sabor idiomático; Román y José María Mayorga Rivas, Cesáreo Salinas, Manuel Cano y Félix Medina son poetas; Felipe Ibarra, Samuel Meza, Tomás Ayón y su hijo Alfonso, Jesús Hernández Somoza, son jurisconsultos y publicistas; Ricardo Contreras, mexicano, ejerce la docencia y la crítica literaria; Modesto Barrios es periodista y orador. Todos estimulan a Rubén celebrando sus composiciones, solicitando su colaboración para diversos actos académicos y facilitándole obras literarias que lee con delectación»...«Esos escritores profesan el liberalismo ideológico; son lectores de Juan Jacobo Rousseau, y de Montesquieu, de Tácito, de Plutarco».

Tariyata ha elegido dos poemas muy decimonónicos, pertenecen a dos poetas Leoneses contempóraneos de Darío. El primero, que bien podría ser la confesión de Heloísa hablando de Abelardo, es de Mariano Barreto; el segundo, muy jocoso, es de Cesáreo Salinas.
TARIYATA EDICIONES


"Representación de Abelardo y Heloísa, manuscrito del siglo XIV"

Por Mariano Barreto

LA CONFESION

DIME: ¿has amado criatura?
-Amo señor, con locura,
Con ardiente frenesí;
Amo a un hombre que ha jurado
A mis pies arrodillado,
Quererme tan sólo a mí.
Le amo, señor, porque un día,
Lejos de la patria mía,
Fue consuelo en mi dolor;
Porque sus manos queridas
vertieron en mis heridas
El perfume de su amor.
¿He pecado señor cura?
-No has pecado, no, criatura,
Que no es pecado el amor.
-Pero amarle es mi capricho,
Y mil veces se lo he dicho,
¿No es pecado ésto, señor?
-Y bien. ¿Por qué no decirlo?
¿No aman la alondra y el mirlo
Y la tórtola también?
Nuestra madre en el Edén
Amó con amor ardiente;
Y la Virgen nazarena,
La inmaculada azucena,
La flor pura entre las flores,
Vió lucir sobre su frente
El nimbo de los amores.
Sí, amor es soplo fecundo,
Germen de luz y de vida;
Es una antorcha encendida
En los abismos del mundo.
-Pero, señor, a fray Pablo
De aqueste asunto le hablé;
Y me ha dicho que amor fue

Maldita invención del diablo;
Y ante el santo Crucifijo,
Esto mismo ayer me dijo
El virtuoso fray Zenón.
-¡Oh! no temas, hija mía,
Que el amor es la armonía
Suprema de la creación.
El mismo Dios amor es.
Amor al hombre le dio;
Y escrito se lo dejó
En las tablas de Moisés.
Y más tarde solitario,
En su infinito dolor,
Lanzó el verbo del amor
Desde el sangriento Calvario.
¿Qué más? Confiesa otra cosa.
-Le dí, señor, una rosa
Que perfumaba mi sien;
Pidióme después un rizo,
Y tanta fuerza ¡oh Dios! me hizo,
Que al fin cedí.
-Hiciste bien.
Rizos, anillos y flores,
Son de aquél que sus amores
En tus aras ofreció.
Amale siempre, criatura;
Amale, sí, con ternura,
Como él amarte juró.
Con que prosigue, hija mía.
-Hubo, señor cura, un día
Que a impulsos de la pasión
Besara mi blanca mano.
-¿Y te opusiste?
-Fue en vano,
Resistióse mi corazón.
Y otro día, bien me acuerdo,
Dijo, temblando: "Me pierdo,
Estoy loco de dolor".

Y entonces, fingiendo enojos,
Imprimió en mis labios rojos
Ferviente beso de amor.
Trémula exclamé: "¿Qué has hecho?"
Me estrechó contra su pecho
Y besóme más y más;
Y al contacto de su boca,
Ciega, delirante, loca.
Le besé... y rompí a llorar.
-¿Y qué sentiste, hija mía?
-Que un volcán me consumía
Con su aliento abrasador.
-¿Sentiste placer intenso,
Puro, arrobador, inmenso?
-Es pálido eso, señor.
Voces no tiene el idioma,
Ni en su arrullo la paloma
Puede pintar mi pasión;
Que no hay en el mundo lengua
Que expresar pueda, sin mengua,
Lo que siente el corazón.
-¿Qué más? Díme algún pecado.
-Todos los he confesado
A los pies de Ud., señor.
-Pues levántate, hija mía,
Que en sagrada Teología,
Ley divina es el amor.

MARIANO BARRETO (1856 -1927)
LEÓN, NICARAGUA



Mosaico de fotos de la tumba de Abelardo y Heloísa, Cementerio de "Père-Lachaise", Paris, Francia.


Por Cesáreo Salinas

EL DIA DE LOS INOCENTES

SI crees que a hablarte de amor
vengo, y a tus pies me postro,
queriendo en tu lindo rostro
imprimir un beso ardiente,
coge por inocente.

Si piensas que el alma mía,
cansada ya de sufrir,Cesareo
quiere a tu lado vivir
o morir eternamente,
coge por inocente.

Si piensas que pienso en ti,
que eres mi vida, mi anhelo,
mi sol, mi diosa, mi cielo,
y mi estrella refulgente,
coge por inocente.

Mas si crees que sin dolor,
dulce flor de mi esperanza,
te niego yo mi alabanza,
te niego mi alma, mi amor;

y que de mi pecho ausente
has estado tú algún día,
entonces sí, prenda mía,
que eres muy inocente.

CESÁREO SALINAS (1860 -1896)
LEÓN, NICARAGUA