sábado, 28 de noviembre de 2009

Mía




Por Rubén Darío

MÍA

Mía: así te llamas.
¿Qué más harmonía?
Mía: luz del día;
mía: rosas, llamas.

¡Qué aroma derramas
en el alma mía,
si sé que me amas!
¡Oh Mía! ¡Oh Mía!

Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.

Yo triste, tú triste...
¿No has de ser entonces
Mía hasta la muerte?

PROSAS PROFANAS

jueves, 26 de noviembre de 2009

Lay


'Ahasuerus, Haman y Esther', Rembrandt van Rijn, 1660.

Por Rubén Darío

LAY

(A la manera de Johan de Torres)

¿Qué pude yo hacer
para merecer
la ofrenda de ardor
de aquella mujer
a quien, como a Ester,
maceró el Amor?

Intenso licor,
perfume y color
me hiciera sentir
su boca de flor;
dile el alma por
tan dulce elixir.

PROSAS PROFANAS

Bohemios verdaderos en las noches porteñas



'Darío en Buenos Aires' Caricatura tomada de Buenos Aires cultural

Por Tariyata

El Aue´s Séller fue un famoso local de la calle Piedad, ubicado en el número 650, hoy Bartolomé Mitre. En él se mezclaban la ética cervecera alemana con el espíritu de los cafés porteños. Fue fundado por un tal Karl Aue, en 1882, poco antes del apogeo nocturno de la Ciudad de Buenos Aires. El Séller testificó, Junto a la confitería Luzio, la Suiza de Eduardo Monti (Esquina San Martín y Piedad) y otros tantos tugurios porteños, las famosas tertulias de la época. En esos llamados cenaculos intelectuales convivían lo mismo poderosos patricios que periodistas, artistas desplazados y muchos poetas..., algunos eran locales algunos otros como Darío, fuereños. Ahí, entre cervezas y cafés y un aire de disconformismo político y estético, se fraguó buena parte del modernismo americano; seguramente se hicieron los arreglos pertinentes para la publicación de 'Prosas Profanas' y muy posible que se intercambiaron versos Darío y Antonio Lamberti.

Antonio Lamberti, poeta y amigo


'Tanguista'
Tango, payadores y noche Bohemia en Buenos Aires


Gabino Ezeiza y José Betinoti, dos grandes payadores de la época








Por Tariyata

Antonio (Antonino) Lamberti (1845-1926), más que un poeta uruguayo, residente en argentina, fue un bohemio de principios de siglo XX. Un bohemio verdadero, de esos que gallardeaba en los cenáculos intelectuales su afición al canto alterno, al canto payador. Amaba también el tango y era como tantos otros escritores de la época (Ingenieros o Lugones, por citar sólo dos) un asiduo a la vida nocturna porteña. Ahí, entre cervezas y café, cuál poeta callejero, fundaba sus afectos que repartía en forma de versos. Trabajó en muchas cosas y tentó la fortuna de mil y un formas, dicen que pocas veces salió airoso (1). Poeta, marino (como su padre), funcionario, inventor, fue también un fabulador que vendía elixires milagrosos, como la famosa “Infusión argentina”, esa que anunciaba como un infalible remedio contra la calvicie. Fue amigo de muchos poetas; Martiniano Leguizamón, Ricardo Gutiérrez de Goycochea Menéndez y, por supuesto, de Rubén Darío.

1.- López Mato, Omar, Ciudad de ángeles: Historia del cementerio de la Recoleta

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La página Blanca

Por R. Darío

LA PÁGINA BLANCA
A A[ntonino] Lamberti

Mis ojos miraban en hora de ensueños
la página blanca.

Y vino el desfile de ensueños y sombras.
Y fueron mujeres de rostros de estatua,
mujeres de rostros de estatuas de mármol,
¡tan tristes, tan dulces, tan suaves, tan pálidas!

Y fueron visiones de extraños poemas,
de extraños poemas de besos y lágrimas,
¡de historias que dejan en crueles instantes
las testas viriles cubiertas de canas!

¡Qué cascos de nieve que pone la suerte!
¡Qué arrugas precoces cincela en la cara!
¡Y cómo se quiere que vayan ligeros
los tardos camellos de la caravana!

Los tardos camellos
-como las figuras en un panorama-,
cual si fuese un desierto de hielo,
atraviesan la página blanca.

Éste lleva
una carga
de dolores y angustias antiguas,
angustias de pueblos, dolores de razas;
¡dolores y angustias que sufren los Cristos
que vienen al mundo de víctimas trágicas!

Otro lleva
en la espalda
el cofre de ensueños, de perlas y oro,
que conduce la reina de Saba.

Otro lleva
una caja
en que va, dolorosa difunta,
como un muerto lirio la pobre Esperanza.

Y camina sobre un dromedario.
la Pálida,
la vestida de ropas obscuras,
la Reina invencible, la bella inviolada:
la Muerte.

Y el hombre,
a quien duras visiones asaltan,
el que encuentra en los astros del cielo
prodigios que abruman y signos que espantan,
mira al dromedario
de la caravana
como el mensajero que la luz conduce,
¡en el vago desierto que forma
la página blanca!

PROSAS PROFANAS

Heraldos


'Menelao y Elena', Cerámica pintada, Vasija antigua Griega (V a.e.C)



'Elena de Troya', Gustave Moreau (1826-1898)
Museo Gustave Moreau, Paris



Por Rubén Darío

HERALDOS

¡Helena!
La anuncia el blancor de un cisne.

¡Makheda!
La anuncia un pavo real.

¡Ifigenia, Electra, Catalina!
Anúncialas un caballero con un hacha.

¡Ruth, Lía, Enone!
Anúncialas un paje con un lirio.

¡Yolanda!
Anúnciala una paloma.

¡Clorinda, Carolina!
Anúncialas un paje con un ramo de viña.

¡Sylvia!
Anúnciala una corza blanca.

¡Aurora, Isabel!
Anúncialas de pronto
Un resplandor que ciega mis ojos.

¿Ella?
(No la anuncian. No llega aún.)

PROSAS PROFANAS

lunes, 16 de noviembre de 2009

El reino interior


('Eros y Psique', Antonio Cánova, (1786-93), Museo Nacional del Louvre)


('La gula', de Peter Brueghel (1525-1569)
de la serie los siete pecados capitales (1557), (32x30cm)

Por R. Darío

EL REINO INTERIOR

A Eugenio de Castro

... with Psychis, my soul!
P0E

Una selva suntuosa
en el azul celeste su rudo perfil calca.
Un camino. La tierra es de color de rosa,
cual la que pinta fría Doménico Cavalca
en sus Vidas de santos. Se ven extrañas flores
de la flora gloriosa de los cuentos azules,
y entre las ramas encantadas, papemores
cuyo canto extasiara de amor a los bulbules.
(Papemor: ave rara; Bulbules: ruiseñores.)

*
Mi alma frágil se asoma a la ventana obscura
de la torre terrible en que ha treinta años sueña.
La gentil Primavera primavera le augura.
La vida le sonríe rosada y halagüeña.
Y ella exclama: « ¡Oh fragante día! ¡Oh sublime día!
Se diría que el mundo está en flor; se diría
que el corazón sagrado de la tierra se mueve
con un ritmo de dicha; luz brota, gracia llueve.
¡Yo soy la prisionera que sonríe y que canta! »
Y las manos liliales agita, como infanta
real en los balcones del palacio paterno.

*

¿Qué son se escucha, son lejano, vago y tierno?
Por el lado derecho del camino, adelanta
el paso leve una adorable teoría
virginal. Siete blancas doncellas, semejantes
a siete blancas rosas de gracia y de harmonía
que el alba constelara de perlas y diamantes.
¡Alabastros celestes habitados por astros:
Dios se refleja en esos dulces alabastros!
Sus vestes son tejidos del lino de la luna.
Van descalzas. Se mira que posan el pie breve
sobre el rosado suelo, como una flor de nieve.
Y los cuellos se inclinan, imperiales, en una
manera que lo excelso pregona de su origen.
Como al compás de un verso su suave paso rigen.
Tal el divino Sandro dejara en sus figuras
esos graciosos gestos en esas líneas puras.
Como a un velado son de liras y laúdes,
divinamente blancas y castas pasan esas
siete bellas princesas. Y esas bellas princesas
son las siete Virtudes.

*

Al lado izquierdo del camino y paralela-
mente, siete mancebos -oro, seda, escarlata,
armas ricas de Oriente---, hermosos, parecidos
a los satanes verlenianos de Ecbatana,
vienen también. Sus labios sensuales y encendidos,
de efebos criminales, son cual rosas sangrientas;
sus puñales, de piedras preciosas revestidos
-ojos de víboras de luces fascinantes-,
al cinto penden; arden las púrpuras violentas
en los jubones; ciñen las cabezas triunfantes
oro y rosas; sus ojos, ya lánguidos, ya ardientes,
son dos carbunclos mágicos de fulgor sibilino,
y en sus manos de ambiguos príncipes decadentes
relucen como gemas las uñas de oro fino.
Bellamente infernales,
llenan el aire de hechiceros veneficios
esos siete mancebos. Y son los siete Vicios,
los siete poderosos Pecados capitales.

*

Y los siete mancebos a las siete doncellas
lanzan vivas miradas de amor. Las Tentaciones,
de sus liras melifluas arrancan vagos sones.
Las princesas prosiguen, adorables visiones
en su blancura de palomas y de estrellas.

*

Unos y otras se pierden por la vía de rosa,
y el alma mía queda pensativa a su paso.
-¡Oh! ¿Qué hay en ti, alma mía?
¡Oh! ¿Qué hay en ti, mi pobre infanta misteriosa?
¿Acaso piensas en la blanca teoría?
¿Acaso
los brillantes mancebos te atraen, mariposa?

*

Ella no me responde.
Pensativa se aleja de la obscura ventana
-pensativa y risueña,
de la Bella-durmiente-del-Bosque tierna hermana-,
y se adormece en donde
hace treinta años sueña.

*

Y en sueño dice: « ¡Oh dulces delicias de los cielos!
¡Oh tierra sonrosada que acarició mis ojos!
-¡Princesas, envolvedme con vuestros blancos velos!
-¡Príncipes, estrechadme con vuestros brazos rojos!»

PROSAS PROFANAS

viernes, 13 de noviembre de 2009

Del Campo



Por Rubén Darío

DEL CAMPO

¡Pradera, feliz día! Del regio Buenos Aires
quedaron allá lejos el fuego y el hervor;
hoy en tu verde triunfo tendrán mis sueños vida,
respiraré tu aliento, me bañaré en tu sol.

Muy buenos días, huerto. Saludo la frescura
que brota de las ramas de tu durazno en flor;
formada de rosales tu calle de Florida
mira pasar la Gloria, la Banca y el Sport.

Un pájaro poeta rumia en su buche versos;
chismoso y petulante, charlando va un gorrión;
las plantas trepadoras conversan de política;
las rosas y los liros, del arte y del amor.

Rigiendo su cuadriga de mágicas libélulas,
de sueños millonario, pasa el travieso Puck;
y, espléndida sportwoman, en su celeste carro,
la emperatriz Titania seguida de Oberón.

De noche, cuando muestra su medio anillo de oro,
bajo el azul tranquilo, la amada de Pierrot,
es una fiesta pálida la que en el huerto reina,
toca en la lira el aire su do-re-mi-fa-sol.

Curiosas las violetas a su balcón se asoman.
Y una suspira: « ¡Lástima que falte el ruiseñor! »
Los silfos acompasan la danza de las brisas
en un walpurgis vago de aroma y de visión.

De pronto se oye el eco del grito de la pampa,
brilla como una puesta del argentino sol;
y un espectral jinete, como una sombra cruza,
sobre su espalda un poncho; sobre su faz, dolor.

-¿Quién eres, solitario viajero de la noche?
-Yo soy la Poesía que un tiempo aquí reinó:
¡yo soy el postrer gaucho que parte para siempre,
de nuestra vieja patria llevando el corazón!

PROSAS PROFANAS

('La Pampa Argentina, 1958'
Ren Burri)

jueves, 12 de noviembre de 2009

Coloquio de los Centauros

El poeta y el centauro
Gustave Moreau



Por Rubén Darío

COLOQUIO DE LOS CENTAUROS
A Paul Groussac
Fragmentos en PROSAS PROFANAS



RETO
Arquero luminoso, desde el Zodíaco llegas;
aún presas en las crines tienes abejas griegas;
aún del dardo herakleo muestras la roja herida
por do salir no pudo la esencia de tu vida.
¡Padre y Maestro excelso! Eres la fuente sana
de la verdad que busca la triste raza humana:
aún Esculapio sigue la vena de tu ciencia;
siempre el veloz Aquiles sustenta su existencia
con el manjar salvaje que le ofreciste un día,
y Herakles, descuidando su maza, en la armonía
de los astros, se eleva bajo el cielo nocturno…

CAUMANTES
El monstruo expresa un ansia del corazón del Orbe,
en el Centauro el bruto la vida humana absorbe,
el sátiro es la selva sagrada y la lujuria,
une sexuales ímpetus a la harmoniosa furia.
Pan junta la soberbia de la montaña agreste
al ritmo de la inmensa mecánica celeste;
la boca melodiosa que atrae en Sirenusa
es de la fiera alada y es de la suave musa;
con la bicorne bestia Pasifae se ayunta,
Naturaleza sabia formas diversas junta,
y cuando tiende al hombre la gran Naturaleza,
el monstruo, siendo el símbolo, se viste de belleza.

EURITO
Si el hombre -Prometeo- pudo robar la vida,
la clave de la Muerte serále concedida.

PROSAS PROFANAS

('Poeta muerto por un Centauro'
Gustave MOREAU, 1826-1898)

Edición francesa PROSAS PROFANAS



Por Tariyata

Muy pronto, sin embargo, la primera edición argentina fue ampliada con 21 poemas más, y reeditada en Paris en enero de 1901, en la Librería de la viuda de Charles Bouret. La edición francesa también dedicada a Carlos Vega Belgrano, incluyó un estudio preliminar intitulado “Rubén Darío, su personalidad literaria”, con la fecha de 1899. Seguramente por descuido del editor, el texto no tenía firma. Hoy se sabe que fue José Enrique Rodó quien lo redactara en Montevideo en 1899. Más allá del modernismo, la idea de “Una nuestra América estaba en el aire”.


(Edición francesa de Prosas Profanas, 1901, con Prólogo de Rodó)






Primera edición: PROSAS PROFANAS



Por Tariyata

La primera edición de Prosas Profanas fue editada, por la Imprenta Pablo E. Coni e Hijos, en Buenos Aires, en 1896. No es casual, Darío encontrará tierra fértil en Argentina, lo prueban el Director del diario EL TIEMPO, Carlos Vega Belgrano (en la imagen), patrocinador de la obra y a quien está dedicada; lo prueban también un grupo nutrido de seguidores y amigos, entre ellos, su inseparable colaborador y “hermano”: Miguel Escalada. A este le escribirá en 1899, en relación al manifiesto poético y la publicación del primer número de la Revista América, que fundara, en 1894, con el poeta Jaimes Freyre: “Somos ya legión y contamos con treinta y cinco revistas en el continente. Bueno y malo, de todo eso va a salir la idea de América, que Europa va a descubrir dentro de poco.”


(Caricatura de José María Cao, publicado en 'Caras y Caretas' año V, #180, Marzo 15 y 1902. Título: Caricaturas contemporáneas.
Carlos Vega Belgrano, Director del diario ‘El Tiempo’)