lunes, 29 de agosto de 2011

Reto peliculero

Un querido y muy admirado amigo, Jaime Panqueva, me hizo un reto peliculero, me costó mucho trabajo, sobretodo en la primera respuesta;  pero como lo prometido es deuda aquí va: 


Tu película favorita:
Me costó mucho trabajo responder esta, elijo tres películas que no están orden de preferencia
Fanny y Alexander (I. Bergman
Mis últimos días, Invasiones Bárbaras (Denis Arcand
Memorias de Antonia (M.Gorris
         
 2. Una película que odies:
Casi todas las de Walt Disney (con algunas excepciones) y varias de Barbie


3. Una película que te asustó:
Todas las películas de miedo, me producen taquicardia
Pero una que me angustia mucho es Battle royale (Kinji Fukasaku


4. La última película que viste en el cine:
Mi dulce hijo, una película austriaca en la reciente semana de cine alemán, nada extraoridinario


5. Una película que te prestaron:
El anticristo (Lars Von Trier,  maravillosa, aunque el adjetivo que muchos (hombres) utilizaron para definirla fue perturbadora, y entiendo por qué perfectamente.


6. Una película que viste en una cita:
uyyy hace tantos años que ni me acuerdo de la película, era mi primera cita, mi primer novio y fue mi primer beso


7. Una película de uno de tus directores favoritos:
Big Fish (Tim Burton


8. Una película que no debió tener secuelas:
Matriz (Hermanos Wachowski


9. Una película que viste en grupo:
Ahí está el detalle (Juan Bustillo


10. Una película en la que te quedaste dormido:
Rosencrantz y Guildenstern están muertos (Tom Stoppard


11. Una película que te hizo reír:
El diario de Bridgett Jones (Sharon magui
12. Una película que te hizo llorar:
siempre El increíble castillo Vagabundo
hace no tanto el secreto de sus ojos, 
hace menos, ayer, Nausicaa del valle del viento (la primera y la última son de Hayao Miyasaki, anime de mis admirados directores-creadores


13. Una película que te hizo enojar:
Enojar y llorar: Agua (Deepa Mehta


14. Una película que no terminaste de ver, pero quieres hacerlo:
Siempre las termino de ver, aunque sean de matones


15. Una película de tu infancia:
El dragón del lago de fuego /Dragonslayer (curiosamente de Walt Disney
Todavía recuerdo la primera escena como si fuera ayer, y era una niña, tenía menos de 7 años


16. Una película con tu actor/actriz favorito:
Son mis tres novios!!!
Desde el infierno (Jonnhy Deep
Apocalipsis now (Marlon Brando
Enamorada (Pedro Armendáriz


17. Una pelicula que te hubiera gustado vivir:
Nausicaa del valle del viento, anime de otro de mis directores favoritos Miyazaki.  Más que vivirlo me hubiera gustado ser tan valiente y compasiva como Nausicaa.


18. Una película con la que te sentiste identificado:
Persepolis (V. Paronnaud & M. Satrapi 


19. Una película que es tu placer culposo:
Ninguna en términos reales, sin embargo me da cierta culpa que me gusten películas con una estética de violencia, pienso en Greenaway, pero sobretodo en Park Chan Wook y su trilogía de venganzas, mi preferida Señora venganza


20. Una película que quisieras no haber visto:
Viernes 13, aunque gracias a ella supe que no podía ver películas de terror


21. Una película que viste solo(a):
Muchísimas películas, ciclos enteros en la cineteca
Pero la que más me gustó ver sola: el baño (Zhang Yang
 22. Una película que te decepcionó:
El gran Gatsby (de las primeras incursiones al cine de Copola que como director me gusta mucho


23. Una película cuya banda sonora te haya gustado:
Tiempo de Gitanos /Goran Bregovic (Emir Kusturika
Underground/G.Bregovic (E. Kusturika
Toda la música de Phillip Glass para cine pero particularmente de tres películas Mishima, el agente secreto y Kundum 


24. Una película que te dio una lección:
Como si fuera la primera vez (Peter Segal


25. Una película que no pudiste ver en el cine:
Adiós a mi concubina (Kaige
Extraordinaria que desgraciadamente tuve que ver en una pantalla chiquitita


26. Una película que hace tiempo quieres ver, pero aun no lo haces:
Me quedé con ganas de ver, en la reciente semana de cine Alemán: 


¿Quién si no nosotros? (Andrés Veiel


27. Una película que viste varias veces:
Todas las de Hayao Miyasaki, me gusta verlas abrazada con mi hija


28. Una película que siempre recomiendas:
Azul (Kieslowsky, para ejemplificar la libertad y sus dolores
Dogville (Lars von Trier,  para hablar de la banalidad del mal y los límites


 29. Tu remake favorito:
Una Eva y dos adanes, con Marilyn Monroe, Billy Curtis y Jack lemon.  Es el remake de una película francesa de 1935, Fanfare D'Amour, de un director desconocido Richard Pottier, que tuvo su propio remake en versión alemana Fanfaren der Liebe.  Todas siguen el guión de Robert Thoeren 


30. Una película que planees pronto en el cine:
Alamar (Pedro González Rubio

domingo, 28 de agosto de 2011

Mujeres transgresoras y héroas; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

ZyanyaM


La guerrera con compasión, Nausicaa

Hoy con la penetración de la cultura asiática en el mundo es común que la gente hable del Calendario chino, el yoga o el manga japonés, pero en mi adolescencia China, India y Japón eran los confines de la tierra, ahí donde terminaba el mundo.  
Todos miraban hacia el norte. Los más aristócratas se sentían franceses o ingleses y, los mediáticos y más alternativos, soñaban con la vida allende el norte del Río Bravo.  Yo imaginaba la India y los héroes mitológicos. Supongo que está temprana confusión de identidad se la debo a dos objetos. El primero un libro, el tomo número I —mitos y religiones de todas las culturas— de una enciclopedia italiana; el segundo, mi gusto precoz por el anime. 

LA ENCICLOPEDIA:
El Imperialismo europeo, que desde el siglo XVIII le gusta guardar el infinito y la mortal barbarie en papel encuadernado, llegó a mi casa una noche en los brazos de mi jovencísimo padre. Él era un chaval, le decía su hermano mayor, y como casi todos los mexicanos universitarios de los 70', mi padre soñaba con devenir un Ilustrado y tener hijos ilustrados. Mis padres solían llegar a la casa con tesoros venidos de lejos, libros las más de las veces, pero esa vez mi padre atracó en nuestra isla provinciana con el Imperialismo encuadernado en cuatro tomos con pasta roja. Tres de los cuatro tomos eran Imperialismo puro, se especificaban las razas, los cereales, la cultura y la industria europea y, por supuesto, la superioridad de unos hombres blancos sobre otros.

Astro Boy de Osamu Tezuka

EL ANIME:
Muy lejos de mi casa y unos lustros antes, Japón inundaba el mercado infantil y televisivo con personajes de ojos grandes katanas e historias lacrimógenas. El anime alimentaba las fantasías infantiles de Japón, una isla muy lejana de la mía. Muy pronto, sin embargo, cual Marines el anime desembarcó en la televisión latinoamericana confundiéndose con la producción occidental. Ahí estaban numerosos y su fuerza calaba. ¿Quién no recuerda a Heidi o a Candy; a Los caballeros del Zodiaco,  Dragon Ball o al Astro boy remasterizado?


El héroe niño de los siete cakras del dragón

Yo no fui la excepción, mi hora televisiva se la dedicaba a la "Princesa caballero"; como traducirían en América Latina, a finales de los 70, Ribbon no kishi de Osamu Tesuka. Para muchos el padre del manga en Japón.  
La princesa era mujer y hombre en un mismo cuerpo.  Cuenta la historia que, en tiempos antes de su nacimiento, un duende travieso le había dado un corazón de hombre ya teniendo uno de mujer.  Esta dualidad de origen, incluso antes de su nacimiento, se vería agudizada cuando el padre, temiendo un problema de sucesión por falta de un heredero varón, la cría y educa como un caballero.  
Como Sáfiro, la princesa caballero, yo creía guardar dentro de mí cuerpo, corazones antagónicos; uno de mujer y otro de hombre, uno de india michoacana y otro de blanca...  Inconsolable, me encerraba en mi cuarto a leer y ahí en los libros de mitología huía literalmente de los límites impuestos por la casa y la historia nacional. Después a los 13 años, al leer mitos Vedas para niños intentaría hacerme vegetariana, sin demasiada ortodoxia porque mis padres no lo permitirían.  
Fue así como el tomo I de la Enciclopedia italiana, encuadernada en rojo sandía, me regalaría las llaves para huir pero también para viajar. Supe, desde muy temprana edad, que existían muchas religiones, más allá del catolicismo, y muchas realidades, más allá de mi ciudad, mi calle, mi casa y mi cuarto.




La princesa caballero

Increíblemente la influencia de la princesa caballero fue más tajante que las mitologías que más tarde devoraría. Ella alimentó mis primeras rebeldías, con ella me atreví a soñar un mundo más allá de los confines patriarcales donde las mujeres, es decir yo, eran héroas y libres. Su valor no se fundamentaba en un vientre fértil, ni siquiera en las chichis, las nalgas o las redondeces exigidas, pues la princesa Sáfiro era casi andrógina. Fue tan importante la ensoñación producida por esa caricatura que a mi hija, quien deseaba ser princesa en espera o durmiente como el mercado lo imponía, le compré una espada que pidió en su tercer cumpleaños.  Cuando sus amiguitos de la plaza, se burlaron de ella, señalándole que sólo los niños podían tener espadas, le susurré al oído que ella era una princesa caballero; que podía usar vestidos y espadas al mismo tiempo. Así, a sus tres añitos, vestida de princesa, se debatía a espadazos con los niños gritando "soy la princesa caballero". La inteligencia no está peleada con la femineidad, como durante tantos años nos repitieron.



Osamu Tezuka
Pero los regalos de Osamu Tezuka van más lejos.  Hoy sé que la princesa caballero está considerada el manga fundador del género Shojo, y el primero en introducir el tema de la androginía, el trasvestismo y trascendencias femeninas más allá de las convenciones.
Esto sería irrelevante si las héroas de Hayao Miyasaki, que hoy me hacen llorar y me suscitan movimiento y trascendencia, no fueran a su vez inspiradas por el genio de mi infancia; Tezuka.  



Como la princesa Sáfiro, las personajas de Hayao Miyasaki son fuertes y valientes, pelean contra el mal y sonríen. Además, justamente por ser hembras, tienen un contacto privilegiado con la naturaleza, el agua y el viento. Son mujeres brujas, guerreras, madres, chamanas, héroas, que a pesar de su poder están llenas de compasión por los otros; de amor por el elegido, el amante, el amigo e incluso por el enemigo.  

En estos momentos en que el patriarcalismo acecha con sus leyes, sus miedos, su verticalidad y sus imposiciones, e intenta encerrarme en los convencionalismo sociales; personajas como Chihiro, Sophie, Nausicaa o la princesa Mononoke, me recuerdan que el camino de la héroa está lleno de silencios autoimpuestos, de largas travesías, de compasión, de luchas y confianza en sí misma.


Howl's afirmando un sentido a su vida 

miércoles, 17 de agosto de 2011

De cantinas inofensivas y machismos reales; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

ZyanyaM

A mi padre, que me enseñó a ser una mujer libre


De cantinas inofensivas y machismos reales, El Mirador

Ha estado circulando en los muros del Facebook un artículo de el Universal,  de Andres Lajous, "los lugares para ser hombrecitos" 
 (http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/53877.html), como es del 22 de julio, me sorprende que siga causando polémica.  La nota habla de dos cantinas donde no se permite el acceso a mujeres.  No son las únicas cantinas o pulquerías en México donde no se acepte el "ingreso de señoritas" pero para mí, aunque sea mujer, la Cantina “el Mirador” me trae muchos recuerdos.
Tenía yo 15 años, mis padres llevaban dos años de guerras cotidianas; se estaban divorciando y mi papá quería hablar conmigo, eligió el Mirador.  Era un sábado en la tarde y llegamos.  Por supuesto le hicieron a mi padre los señalamientos de rutina mientras nos invitaban a pasar al restaurante: no sólo era menor de edad, era mujer; pero mi papá era cliente, burócrata al fin y al cabo, y les explicó que quería hablar con su vástago de cosas importantes.  Se estaba divorciando, añadió, y habló con el capitán.  No sé qué le dijo pero nos dieron una mesita en un rincón bien escondida.  Sobra decir que mi papá era mi héroe.  Cuando algún cliente se quejaba los meseros, de chaqueta blanca y pantalón negro, le pedían comprensión:  "Es que le pidieron el divorcio" explicaban, y los hombres solidarios ante la situación aceptaban con una afirmación de la cabeza y detenían el afilado cuchicheo.  Mi padre me llevó a la cantina no sólo para hablar del divorcio, sino para decirme con circunstancia que de "grande" no debía depender de ningún hombre.  Aunque un macho ilustrado típico de su generación, mi padre vislumbraba con el divorcio la situación de dependencia económica de las mujeres y no quería, supongo, eso para su hija.  Nunca me educó como mujer tradicional aunque él viniera de un pueblo y de una familia típica mexicana.  La platica giró alrededor de muchas cosas que no recuerdo, allende una pregunta que sería trascendental para mi  formación.  ¿Qué quieres ser de grande? preguntó mi padre.  Hombre, respondí.  Era casi una respuesta natural, estábamos en una Cantina de hombres, mi papá era mi héroe y las guerras de divorcio me habían enseñado precozmente la vulnerabilidad de las mujeres.  Descubriría con los años que muchas mujeres, en su adolescencia, habían deseado lo mismo, ser hombres que era una manera de ser libres.
Soy mamá de una niña, y ahora entiendo que las cosas son mucho más complejas que la simple igualdad o la equidad de géneros. Existen, más allá de inofensivas cantinas donde no aceptan mujeres, estructuras invisibles que vulneran la realidad cotidiana. Pienso en las violaciones de militares a civiles y el vientre como botín en tiempos de guerra;  lo mismo sucede en el caso de las migrantes que piden soluciones anticonceptivas en su paso por México, hoy las violan y las matan, antes sólo las violaban, explican.   En caso de paz, la virginidad es requerida, aunque los hombres lo nieguen pues la falta de ella produce celos implacables.  Por otra parte la salud y juventud de la joven son requisitos de una buena familia, pues el vientre es la promesa de la continuidad del macho y su apellido.  De ahí el escándalo que provoca que mujeres  se enamoren de hombres más jóvenes.  En caso de abandono de los hijos, si la madre se va es una pecadora irredenta, si el padre huye de la responsabilidad se le justifica: es normal, es hombre. Si divorciados, ellos buscan rápidamente pareja y rehacen vidas sin juicios; si divorciadas ellas deben guardarse, aconsejan las abuelas, para proteger a los hijos y sobretodo a las hijas.  Si ellos engañan, las mismas abuelas te cuentan el cuento de las iglesias y la Catedral, por eso es tan importante ser la esposa que perdona y no la otra que todos señalan; si ellas engañan se convierten en putas, zorras y demás adjetivos animalescos.  Si destacan en un ámbito laboral como mujeres fuertes se les acusa de “malcogidas o lesbianas” si son hombres duros y competitivos se distinguen como ejemplos a seguir.  Lo peor de todo es que las mismas mujeres juegan el juego de los hombres, son las más duras para juzgar a las mujeres. 
Me pregunto si en estos tiempos de fin de ciclo (agotamiento del patrón dólar, decadencia de la cultura occidental, ejércitos de pobres violentados y violentos, crisis ecológica y cuestionamiento profundo a nuestras formas de vida civilizada…), no podríamos proponer formas nuevas de convivencia.  Vincularnos de otra manera con todo; con la naturaleza, los hombres y las mujeres, con el dinero y los objetos, con la materia, el espíritu y los colores de la piel.  Quiero suponer que sí, qué es posible, pero antes debemos arrancarnos los miedos; miedo a perder una civilización decadente, miedo a abandonar lo que ya nos ha abandonado, miedo a crecer y continuar, miedo a nuestros cómodos fantasmas.  En realidad nunca perdemos, los seres humanos venimos a caminar hacía el terruño, que está adelante nunca atrás.
Zyanya Mariana

Agosto y 2011