jueves, 13 de abril de 2023

Relatos, guerras y cuerpos, LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

No pueden representarse a sí mismo, deben ser representados

: Carlos Marx.




 

 EL ENCANTADOR DE SERPIENTES, JEAN-LÉON GÉRÔME, 1860),
CLARK ART INSTITUTE, WILLIAMSTOWN (MASSACHUSETTS, EE.UU.)

 

RELATOS, GUERRAS Y CUERPOS

 
Hay una serie de guerras que están sucediendo actualmente, entre ellas: la guerra de los relatos. 
En términos Internacionales, la viralidad del video del Dalai Lama es sospechosa. Muy conveniente para las relaciones comerciales de China. No estoy justificando nada. Ni a China, ni a la casta de terratenientes vinculados a los Lamas, ni a los pederastas. Menos después de la crisis de pederastia de la Iglesia y de los poderosos de Hollywood con relaciones políticas y económicas privilegiadas. Sin embargo, no puedo dejar de señalar el imaginario Occidental que universaliza sus gestos, fobias y filias. Ya había hablado al respecto Edward Said, el intelectual palestino, en su libro Orientalismo, 1978.  (aquí les dejo un video que sintetiza el uso de estereotipos: Orientalismo)
 
 



    Cabe recordar, que la cultura cristiana nació en oposición a los romanos, muy libres corporalmente, y con una idea binaria entre el espíritu divino y la materia corrupta. De ahí, la idea eclesiástica de que las mujeres seamos inferiores y más corruptas que los hombres, pues en el embarazo y parto se nos transforma el cuerpo, la materia. Por esa idea binaria que divide el mundo percibifo, la tradición Occidental critica todas las manifestaciones corporales ajenas como vulgares (danzas, música...) pues tiene muchos tabúes alrededor del cuerpo, la risa y lo lúdico. Había que ser graves, como los clunyenses o los neoplatónicos, sino se nos podría confundir con los tontos, los niños o los poseídos en la Edad Media, explica el historiador Le Goff.  
 
    En los últimos tiempos, los medios estadounidenses de raigambre protestante —
cuaqueros más puritanos que la tradición cristiana medieval— han masificado este imaginario y lo han posicionado como moral urbana, sobre todo en las clases medias, medias altas y altas de América Latina. En esas clases sociales, a quienes va dirigido el cine y las plataformas como Netflix, el budismo fue posicionado no como una religión sino como una filosofía mental y sin cuerpo que prometía la salvación. Era muy conveniente, se adaptaba a la tradición neoplatónica que subyace en el imaginario occidental y colonial, e incluía la idea de la reencarnación que eliminaba las culpas por ser rico. 
    
    Esa misma clase social, en busca de salvación, es la que indignada señala hoy con dedo flamígero el video editado del Dalai Lama. En un evento público del 28 de febrero 2023, un niño le pide un abrazo al Dalai Lama, un viejo, muy posiblemente senil, que por su edad ya sólo cumple funciones simbólicas. El Dalai Lama le da un abrazo que recuerda el abrazo que las tías le dan a los niños en las reuniones familiares, incómodo y largo. Luego le enseña la lengua, tradición que se remonta al siglo X y habla del monstruo-rey de lengua negra que fue vencido y reencarnará. Popularmente se enseña la lengua, una forma de demostrar que no se es la reencarnación de ese espíritu maligno. Hay una escena al respecto, muy occidental, en la película Siete años en el Tibet, 1997 que lo ejemplifica. Brad Pitt llega al Tibet y al pasar la gente le enseña la lengua. El Dalai Lama no se limitó a enseñar la lengua, sino que le pidió al niño que se la chupe. Un acto equívoco, como casi todos los actos de los personajes con poder.

    No me voy a detener en el acto, ni siquiera en la expresión "que se la chupe", que en México tiene connotaciones sexuales y vulgares, si diré, en cambio, que un sólo video, difundido casi dos meses después de los hechos, bastó para que 50 años de propaganda anti china y miles de sonrisas del carismático y bien conservado Richard Gere se fueran a la basura. Un sólo video para cuestionar la salida de los monjes tibetanos del Tibet en 1959 y su refugio en India, rival económico y espiritual de China. 
     
    Por otra parte, no dejo de pensar que, para escándalo de occidente,  los hombres rusos, incluso públicos, se dan besos en la boca; que el ars erótica asiático es juzgado como perturbador en la mirada europea y que en la era Meiji, los japoneses escondieron los ritos suicidas y la sexualidad Samurai para no molestar a los alemanes e ingleses. Ignoro cuales sean las costumbres en la tradición del Tíbet, cómo se asumen las relaciones entre niños y adultos, pero los tibetanos ya han salido a justificar al líder espiritual tibetano y a controlar daños. Lo hace el presidente tibetano Dr. Losang Sangay (aquí el video), quien explica la actitud juguetona del Dalai Lama, la burla lúdica como parte de su personalidad, la tradición de sacar la lengua y las miradas políticamente correctas que se imponen hoy desde Occidente. Otros monjes han salido a exigir disculpas por parte de los medios occidentales "Media must apologise to His Holiness the 14th Dalai Lama" (video aquí)". 
    Nada es univoco, todo tiene muchas miradas, lo cierto es que en general el abuso de poder se da en el ámbito privado, difícilmente en la representación pública y social. A menos que el contexto sea una guerra. Yo, que soy terca y ni a monoteísta llego, sigo insistiendo en los relatos y me pregunto quién hizo viral ese video, independientemente de las miserias del Dalai Lama.

    Bien saben los animes que todos los personajes son humanos. A diferencia de los héroes griegos con hybris, destinados a la gloria y a la desaparición de lo cotidiano, o del diablo cristiano cancelado del paraíso, los héroes asiáticos son representados como ángeles caídos  que conviven con nosotros en lo cotidiano. Pienso en la serie Inuyasha 1996, donde el héroe caído, mitad demonio mitad hombre, se reintegra al mundo y junto al monje Miroku, al que le gusta toquetear las nalgas de las mujeres y es acusado constantemente de pervertido a pesar de sus poderes espirituales, van en busca de la piedra sagrada; entre aventura y reto se van purificando. Pienso también en Muten Roshi, el maestro de Goku en Dragon Ball 1984, un sabio también acusado de pervertido. 

    En las representaciones asiáticas, los monjes y los héroes tienen debilidades, mientras más grandes sus cualidades, más alta es la caída, lo cuenta la saga de Sun Wu-kong y su Viaje al oeste, la novela china del siglo XVI que une confucianismo, taosimo y budismo en el mono sabio. Lo narra también, como posibilidad de una segunda oportunidad, Ryunosuke Akutagawa en su relato, un hilo de araña, 1918.


Me pregunto quién, China o India al respecto de los relatos?
1. China y sus dos hijas culturales, Corea y Japón, utilizan en sus relatos al héroe Su  Wu kong, el mono que nació de una piedra y representa nuestra mente. Así lo hizo la película oscareada Everything Everywhere All at Once, 2022.
 
2. India en cambio, a pesar del guerrero legendario Asoka y de ser cuna del budismo, prefiere los relatos alrededor de Siva. Es muy general en sus películas, pero evidentísimo en RRR, 2022
 
3. Para hablar de la rivalidad en términos mediáticos, existe una película hongkonesa fascinante: Detective Dee y los cuatros reyes celestiales, 2018. Situada en la disnatía Tang, aparecen los históricos Juez Di Renji (uno de mis detectives preferidos encarnado por mi amado Mark Chao) y la única emperatriz china que ha existido Wu Zetian, enfrentando peligros mágicos con poderes espirituales venidos de la India. Acompaña al juez Di, un Uigur, lleno de conocimientos poéticos y lealtades ancestrales...
 
4. ¿Para quién será más incómodo el budismo tibetano, para China o para India? Quienes no quieren un nuevo Dalai Lama mediático, manejado desde la agenda estadounidense, Narendra Modi, primer ministro de la República de la India o Xi Jimping, Secretario General del Partido Comunista de China?

Sabemos que Sudáfrica, un aliado de India, ya tiene posiciones: "Un partido de Sudáfrica pide el arresto del Dálai Lama por un vídeo polémico." Pero también sabemos que en marzo 8 se identificó la reencarnación de Khalkha Jetsun Dhampa en Mongolia, región que China considera su patio trasero. No es la primera vez, que China siente que los monjes tibetanos intervienen en sus territorios. (Aquí la nota "Implications of Dalai Lama Identifying New Head of Tibetan Buddhism in Mongolia"
 
    Por último, mientras se difundía el video del Dalai Lama, dos potencias petroleras que disputaban el control de la región, Arabia Saudí, suní, e Irán, chií, restablecían relaciones diplomáticas. Habían roto lazos a principios de 2016 y ahora en Pekin, gracias a la mediación China, restablecen sus lazos. 
 
    Mientras la geopolítica del mundo cambia y el dinero se asienta en el Pacífico, la moral monoteísta (cristiana y atea), arma de Occidente, cancela al Dalai Lama y se queda sin salvación. Las redes se inundan de indignación fácil que señala con un dedo y se señala con tres, dice el dicho popular...