Zyanya Mariana
contenido en el primer puritano que desembarcó en estas costas.
Alexis De Tocqueville
Los filibusteros ya no representan un pequeño grupo de locos
sino el espíritu expansionista de Estados Unidos.
Walker es la invasión, Walker es la conquista, Walker es los Estados Unidos.
Francisco Bilbao
Foto FaceBook |
#THISISAMERICA
El
ataque al capitolio para alterar la transición presidencial en Washington, este
6 de enero y 2020, y que se transmitió por todo el mundo, son producto de una
larga historia de racismo, expansión territorial, preponderancia mediática y poder
económico, en particular, durante el siglo XIX y XX, en EU. Hoy, a pesar de lo
que digan los medios y su censura, se enfrentan en EU dos élites blancas, hijas
de un mismo sistema reforzado por el matrimonio, la herencia, el patrocinio y
las escuelas y universidades de élite. Una guerra entre Caín y Abel y lo que se
está jugando, el silencio europeo y la democracia representativa incluida, es
un sistema de valores colonial y monoteísta que tuvo su origen hace 500 años.
Simpatizantes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escalan los muros del Capitolio el 6 de enero de 2021, en el Capitolio en Washington, D.C. Foto FB |
Cabría recordar que el racismo en EU es fundacional y tiene dos grandes vertientes. Por un lado, los “padres peregrinos” (WASP, blancos, anglo sajones, protestantes extremos), puritanos que llegaron a las costas del actual Massachusetts expulsados de Inglaterra y Ámsterdam por fanáticos. Eran 102 familias que zarparon de Southampton, Inglaterra, deseosas de fundar la Nueva Jerusalén y purificar la religión en las tierras prometidas. Llegaron en el Mayflower en 1620, fundaron la colonia de Plymouth estableciendo gran parte del imaginario norteamericano alrededor de los pilgrims (peregrinos con derecho al despojo de tierras, a las guerras indias y al rito de acción de gracias), así como una idea muy particular de la ley y el poder bajo la gracia de dios, no es casual que nueve de sus descendientes hayan sido presidentes, incluidos los Bush y Franklin Delano Roosevelt. Por el otro, la democracia elitista de los "padres fundadores" que poseían esclavos.
Biden, como Trump, es un supremacista blanco pero ninguno de los dos pertenece al linaje de los puros. Trump surge a partir de la estructura económica que se ha hecho rica con los carteles inmobiliarios. Biden, a pesar de ser católico, está vinculado a la élite globalista y la estructura financiera vinculada al narcotráfico que ha provocado, los últimos 30 años, la desindustrialización del país, sobre todo de la región noreste del país (Detroit, Pittsburgh...).
El
derecho divino de poseer la tierra de los otros y el derecho civilizatorio del
esclavismo no se limitó a Plymouth, ni tampoco al territorio norteamericano,
sino que se expandió al sur violentando las soberanías de los nacientes estados
latinoamericanos. Le llamaron “Destino manifiesto” a una política exterior
fundada en el comercio desigual, la libertad individual y la primacía
irrestricta de los derechos de propiedad.
En aquel entonces, bandas privadas de fanáticos, contratistas y filibusteros —que hoy frente al Capitolio la prensa WASP y colonial criolla señala como turbas de supremacistas blancos— transitaban los territorios latinoamericanos en calidad de conquistadores con el beneplácito de importantes sectores económicos e intelectuales de la población, grupos de élite y el gobierno norteamericano. Quizás el más famoso de esos filibusteros, explica Ernesto Semán, fue William Walker, quien en 1855 zarpó de San Francisco, California, con 57 filibusteros, los “inmortales”, para fundar la República de Sonora, tras su fracaso se dirigió a Nicaragua para elegirse presidente y finalmente ser expulsado, aunque en Broadway se le dedicaron musicales a sus victorias General Walker’s Victories.
American Gothic ("Gótico estadounidense"), 1930 Grant Wood |
Es interesante notar que tanto el mundo intelectual, como el mundo académico, incluso el que se pregona de izquierda, están (como muchas veces en México) alejados de la realidad de a pie norteamericana de los últimos 30 años.... de ahí que la película Nomadland, recientemente ganadora del León de oro, y basada en el libro Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century de Jessica Bruder, se haya convertido en una sorpresa reveladora para el público culto norteamericano. Los blancos empobrecidos por la Gran recesión, como se le llama a la crisis del 2008, no son sólo activistas de ultraderecha marchando rumbo al Capitolio también son mujeres y hombres clase medieros que perdieron sus casas y hoy recorren el país como nómadas en busca de empleo.
Habría que recordar también que Obama, el belicista que destruyó Siria y fue condecorado con el premio nobel de la paz, no pudo integrar a una clase blanca (obrera e incluso clase media) con aspiraciones e imaginarios de poder que se estaba empobreciendo, a pesar de su Obamacare. Huelga decir, que lo mismo sucedió en Francia con una población blanca empobrecida que votó por le PEN.
Foto FabceBook |
Empobrecer negros o sitiar indígenas nativos en sus propios territorios es parte de la estructura colonial y de la tradición de los padres peregrinos y fundadores, lo saben los representantes de ¨Black lives matter”, quienes nunca tendrán el ambiguo aval de ciertas élites para entrar al senado norteamericano intentando un mini-putsch. Lo sabe perfectamente el genial Donald Glover quien lo parodia en su video "This is America", donde los afrodescendientes, adorados en los EU por su música pero maltratados por existir, valen más muertos.
Cabe preguntarse, cómo entraron esos blancos, vestidos como si fueran al carnaval y armados, al Senado de los EU? Sabían que serían filmados y por eso se vistieron así?
Creer que el problema es Trump o sus seguidores, todos tontos y feos, es simplificar la realidad hasta el absurdo. Pero creer que Trump o sus tuits son el problema que hay que silenciar es perverso. Si bien tuiter tiene entre sus reglamentos una “política de integridad cívica”, lo cierto es que de modo privado y sin consultar a la ciudadanía la corporación establece políticas por encima de los países y sus leyes soberanas. Si tuiter o cualquier corporación transnacional puede acallar al presidente de la primera potencia económica y política del mundo, entonces el poder ya no se ejerce desde la Casa Blanca sino en otra parte. No olvidemos que quien nombra tiene el poder y hoy las corporaciones mediaticas como tuiter y FB nombran el mundo y lo dividen en bien y en mal.
La historia son procesos y los acontecimientos son síntomas de esos procesos. Trump es sólo un síntoma. Por eso, se vuelve necesario preguntar: Quién dejó entrar a estos filibusteros, vestidos como si supieran que saldrían en la tele, a uno de los espacios mejor resguardados del mundo? Quién convocó a la prensa? Por qué hay escenas que parecen hechas ex profeso para los medios? Y sobre todo hay que preguntar: Quién financia a esos bucaneros modernos? Sólo Trump o una élite que no quiere quedarse fuera del capital? La única verdad que realmente se está peleando allá en EU, en México y en China. Por último, por qué las élites occidentales europeas callan? Por qué no salen a decir que es Washington es una democracia endeble, un Estado fallido con instituciones dudosas? En fin... las cosas son siempre más complejas... Lo que sí puedo asegurar es que ahorita, mientras el mundo condena a Trump, él y su grupo están negociando con el grupo de Biden las reglas de la "nueva normalidad", donde las ideas de libertad serán desaparecidas.
Se viene un Nuevo Mundo con nuevos sistemas de representación, y esto que hoy nos sorprende no son más que coletazos de un mundo moribundo... monstruos entre lo viejo y lo que está naciendo, diría Brecht...