lunes, 16 de enero de 2012

De racismo y otras elecciones; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

ZyanyaM




LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA;               
De racismo y otras elecciones

El mes de diciembre se desarrollaron tres incidentes, más o menos escandalosos, que no sólo dibujan la violencia social, política y las estructuras de racismo y exclusión que se han agudizado los últimos años en México, sino que proponen nuevas formas de rebelarse a la impunidad de las élites y el abuso de poder.

Paulina Peña y la Prole 
El primero se desató después de que la hija de Peña Nieto retuiteara un mensaje de su novio quien, supongo, intentaba justificar la incapacidad del candidato a la presidencia por el PRI, el copetudo Peña Nieto, luego de su actuación en La FIL de Guadalajara: “un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y sólo critican a quien envidian!(sic)”.
  




Rápidamente las Redes sociales multiplicaron su indignación: todos somos Prole y leemos más que el candidato del PRI, respondieron los futuros votantes. 








El segundo incidente se dio cuando un pequeño burócrata de SEDESOL (Secretaria de Desarrollo Social), jefe del programa Oportunidades en el Municipio de Uruapan, Michoacán, Carlos Talavera Leal, expuso en su Face Book mientras otorgaba apoyos a un grupo de mujeres indígenas los siguientes comentarios: “Es neta huele impresionantemente feo, pero ps pobrecillas”, “no es suyo la higiene, lo bueno que ya casi termino y me voy a la office”.  


Carlos Talavera Leal, burócrata clase mediero con aspiraciones televisivas
Como en el caso anterior, la indignación se proliferó en los medios y Redes sociales llegando a CONAPRED (Consejo Nacional para prevenir la discriminación).  Aparentemente le costó el cargo al joven que nunca imaginó que desconocer el olor a sudor mezclado con humo de leña fuera, además de poético, una responsabilidad social.  El pobre que nunca había salido de su mundillo ansiaba regresar al aire acondicionado de su oficinita donde los sacos de marca aunque sean piratas, los perfumes y los coches último modelo sí son valorados.


El tercer y último incidente ocurrió en julio pero fue hasta diciembre cuando las Redes sociales difundieron un video donde el empresario textilero, Miguel Sacal, golpeaba hasta sacarle los dientes, a Enrique Vera, trabajador de un valet Parking, mientras le gritaba ¡pinche indio! ¡Pinche muerto de hambre!


Este incidente me recuerda un video del mes de agosto conocido como “las ladies de polanco”, donde unas mujeres, que evitaban el alcoholimetro, golpeaban e insultaban a los policías con un: “pinche asalariado de mierda”. 








El maíz, Diego Rivera

En todos estos casos el insulto revela una estructura de castas no asumida pero que se fundó con la caída de Tenochtitlán.  Somos, desde entonces un país de castas de clóset.  Las castas aparecen en nuestro lenguaje cotidiano “Amar a dios en tierra de indios”, “a falta de pan tortilla” olvidando que somos una de las cinco culturas originales que domesticaron un cereal; somos la domesticadora del maíz.  Incluso nuestras groserías pinche, pendejo, cabrón, chingar, chingón se refieren todas al poder.  En México despreciamos al pinche (ayudante), al pendejo (infantil) y al que podemos chingar (débil) mientras que admiramos al cabrón y al chingón, hagan lo que hagan: narcos, corruptos, políticos, empresarios, caciques, líderes sindicales, ladrones; si son chingones son dignos de respeto.  De ahí que en México exista una cultura de chingarse al otro.  Ahí también se revela el machismo: las mujeres son chingadas.  Este sistema es viejo, se estructura en el período Colonial, se agudiza en el Porfiriato, se diluye con la Revolución y a partir del Salinato se recrudece; paralelamente a la acumulación de capitales en el mundo y al incremento de mexicanos en la revista Forbes, más allá del Chapo Guzmán. 


Está de moda decir que el Porfiriato tuvo muchos beneficios: nos industrializó, nos modernizó exclaman sus apologizadores,  se les olvida que el frágil equilibrio del sistema de castas nunca perdonó que la casta se confundiera con la clase social empobreciendo a niveles deshumanos a los menos occidentalizados.  Se les olvida también que el PRI pudo ser "la dictadura perfecta" porque el grupo de Sonora y sus discípulos entendieron a cabalidad que las castas se aceptan y se asumen, sí y sólo sí, se reparte la riqueza y el poder, o por lo menos, se promete la repartición y se permite el juego.  De ahí la sabiduría de la no reelección y la estructura piramidal del PRI donde “el chingón” indio, negro o blanco, antes del 68, podía acceder al poder y devenir cacique afiliándose a la estructura; donde el campesino y el urbano, con mayores o menores privilegios, convivían en la misma universidad pública y, aunque nunca se casaran, se mezclaban laboralmente.. 



Sueño de una tarde dominical en la Alameda, de Diego Rivera
Se puede aprecia la multiculturalidad y la sútil convivencia de las castas

Las leyes del mercado han eliminado estas posibilidades “los blancos” o “los blanqueados” estudian en universidades privadas; los “indios y los mestizos e incluso los blanqueados empobrecidos estudian en las públicas, si acceden al estudio.  En la mayoría de los casos el recorte de recursos sociales, el caciquismo de Alba Esther Gordilla a la educación pública y el golpeteo sutil, desde el Salinato, a las universidades públicas e instituciones culturales han provocado una división abismal entre empresarios y trabajadores (ya ni siquiera son útiles pues son desechables dada la cantidad de oferta laboral); entre profesionales y población; entre políticos y ciudadanos ( en vez de hacer política los jóvenes burócratas y políticos sueñan con aparecer en las revistas y ligar o casarse cual convenientes proveedores).  ¿qué Peña Nieto nunca le enseñó a su hija que el poder se obtiene del ciudadano común, qué nunca le dijo que el coche último modelo era producto de haberse “maiceado” a unos diputados del partido?  Lo interesante es que hoy vía las redes sociales hay cosas que al enterarnos podemos empezar a cambiar, por lo menos iniciar la indignación.  Nunca olvido que grandes cosas han surgido de ella; la indignación.


También pienso que dada la diversidad de nuestro país es necesario refundarnos como un país plurilingüe. Que de las 53 lenguas indígenas que sobreviven hasta el día de hoy, se elijan 5 y junto al español se conviertan en nacionales; que se le exija a todo profesional hablar además de su lengua materna, una de ellas.  Es fundamental, por otra parte, que nuestra capital recupere con su nombre México Tenochtitlán, su vieja vocación de grandeza.
Zyanya Mariana

1 comentario:


  1. Una tristeza profunda me invade porel estado de cosas que mencionaas. Qué lamentable. Empezar a cambiar, es la esperanza. Es necesario que se multipliquen voces como la tuya.

    Un fuerte abrazo, querida Zyanya.

    ResponderEliminar