lunes, 29 de abril de 2024

5. Hamzah Rifaat/ Silenciar las voces contra el genocidio en las instituciones académicas es un crimen : PENSAR, REPENSAR Y DISENTIR EN TIEMPOS DE GAZA BOMBARDEADA

 

Publicado originalmente en Al Mayadeen Inglés
el 28/04/2024
(Versión al Español: Zyanya Mariana)

 


Hamzah Rifaat*

Silenciar las voces contra el genocidio
en las instituciones académicas es un crimen



El activismo pro palestino alcanzó nuevas alturas en algunas de las instituciones más renombradas del mundo. Reacios al genocidio y al asesinato —sostenido y apático de mujeres y niños inocentes que viven bajo la ocupación— peleando con administraciones universitarias y con manifestantes que defienden el status quo, estudiantes de todos los tipos mantienen en la conciencia colectiva la idea de una Palestina viva. Sin embargo, el activismo anclado en principios, racionalidad, moralidad y adhesión al derecho internacional está siendo silenciado de manera sistemática y deliberada. Esto es a la vez criminal y aborrecible. 

Tomemos como ejemplo la Universidad de Columbia, en Nueva York. Columbia es conocida por su dedicación a la excelencia académica, la libertad de pensamiento, las protestas y la agitación. El efecto dominó que provocó el desafío estudiantil propalestino en el campus universitario, es también palpable en protestas análogas que  que recorren los Estados Unidos. Los manifestantes demandan el fin de la ayuda militar ilimitada a un régimen genocida; la desinversión de un gobierno de apartheid en "Israel" y la suspensión de los vínculos con las universidades israelíes. Sus demandas son consistentes  con las de otros grupos propalestinos, como el movimiento al Boicot, Desinversión y Sanciones, que continúan defendiendo los derechos de los palestinos frente al genocidio.
 

Sin embargo, la respuesta de la administración de la Universidad de Columbia ha sido escalofriante y un claro recordatorio de que las voces antigenocidas deben ser controladas o silenciadas por completo. Aproximadamente 108 manifestantes, incluida la representante demócrata, la hija de Ilhan Omar, Irsa Hirsi, han sido arrestados por la policía de Nueva York. Hirsi, que estudia en el prestigioso Barnard College of Columbia, afirmó que su arresto se debió a su decisión de solidarizarse con los palestinos que están siendo asesinados y masacrados impunemente por el gobierno de Netanyahu. El Campamento de Solidaridad con Gaza que se instaló en el campus, también ha sido sistemáticamente intimidado a partir de citaciones por invasión, junto con acusaciones de que la administración gubernamental estaba siendo obstruida y forzada. Sin embargo, según el comisionado de la policía de Nueva York, los estudiantes arrestados eran pacíficos y no opusieron resistencia. Su declaración es una evidencia, sugiere que esta represión es una campaña para silenciar las voces de los estudiantes y no la de organizaciones terroristas como el Ku Klux Klan.

Lo más inquietante, empero, fueron las expresiones del director de la institución, quien se asume como una vanguardia de la libertad de expresión y de las creencias, al considerar los campamentos de los manifestantes como un peligro "claro" y "presente" para el funcionamiento sustancial de la universidad. Esto fue lo que afirmó el presidente de la Universidad de Columbia, Nemat 'Minouche' Shafik, en una nota a la policía local donde señalaba a más de las 100 personas que ocupaban la zona. Nemat, hija de padres musulmanes egipcios, había testificado anteriormente ante el Comité de Educación y Fuerza Laboral de la Cámara de Representantes acerca de la "Respuesta de la Universidad de Columbia al antisemitismo". En ella había declarado que, las consignas de los manifestantes como "larga vida a la Intifada" y "del río hasta el mar", eran consideradas ofensivas y antisemitas.

En Barnard tampoco hubo mucha diferencia. El personal de la Facultad de Artes liberales para mujeres de Columbia, identificó a los estudiantes en el campamento y les dijo que se fueran o serían sancionados. La universidad también impuso a ciertos estudiantes una suspensión provisional sin indicar cuánto duraría. El razonamiento dado por la administración era igualmente falso. Al parecer, la universidad buscó priorizar el aprendizaje de los estudiantes mientras vivían en un ambiente inclusivo y libre de acoso. La verdad es que son los manifestantes los que sufren el acoso por izar la bandera palestina y pedir el fin del genocidio, como ha sido confirmado por la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Los llamados a poner fin al genocidio es precisamente lo que impulsó a Sudáfrica a acudir a la Corte Internacional de Justicia para responsabilizar a "Israel". Es inaudito que estudiantes, muchos de ellos ahogados por préstamos estudiantiles y crisis personales, estén siendo censurados por la Universidad de Columbia y se les impida pensar y expresarse libremente.

Al reprimir voces como la coalición CU ​​Apartheid Divest, que agrupa 120 asociaciones, Estudiantes por la Justicia en Palestina y Voz Judía de la Paz, la Universidad de Columbia está sentando un precedente peligroso. Está enviando el mensaje de que la defensa del genocidio puede normalizarse bajo las etiquetas de agitadores "antisemitas ". También sugiere que cualquier intento de censura a las políticas de "Israel" se respondería con mano dura. Para un país que se enorgullece de su tradición académica y suele convocar a muchos de los estudiantes más talentosos del mundo, esto es simplemente criminal. Negarles el derecho a expresar el enojo, la consternación y el disgusto ante la incesante ola de ayuda de Estados Unidos a "Israel", subraya una duplicidad. Expone cómo, incluso las instituciones académicas, no son ajenas a la politización y han brindado apoyo a "Israel".

La ampliación de los plazos por parte de la administración de la Universidad de Columbia no ayuda. Sólo prolonga el status quo. Si bien podría darle a los estudiantes un poco más de tiempo para los esfuerzos de su promoción, no aborda la génesis del problema.
Para evitar la ola de protestas, las universidades deben suspender la cooperación con las universidades israelíes y presionar a la administración Biden para que retire la ayuda militar al gobierno de Netanyahu. La escalada del sufrimiento y los 34.000 muertos es contradictorio con las enseñanzas de los estudiantes, a quienes a menudo se les imparte en las aulas, teorías sobre resolución de conflictos; relaciones internacionales y bienestar público.

Lo que está ocurriendo en las universidades como en la de Columbia, en forma de arresto a estudiantes, silencio deliberado de voces disidentes y el impedimento a la mención de Palestina, en la conciencia colectiva, es un crimen.

 

* Hamzah Rifaat es un periodista que escribe para la red de medios Al Mayadeen y CGTN. Su trabajo también ha aparecido en GlobalResearch. Hamzah cubre una amplia gama de temas, incluida la geopolítica, las relaciones internacionales y cuestiones sociales, con especial atención en Oriente Medio y Asia. 


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