miércoles, 11 de marzo de 2020

Crónica muy personal de un 8 de marzo y 2020; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

Zyanya Mariana
Si matas una cucaracha eres un héroe.
Si matas una hermosa mariposa, eres malo.
La moral tiene criterios estéticos.
Nietzsche






Foto: Santiago Arau



Crónica muy personal de un 8 de marzo y 2020

Estoy decepcionada, lo que debió ser una gran gran marcha se diluyó en el camino. Tuve la sensación de que habían puesto obstáculos y que las mujeres, aún las más organizadas, siguen teniendo miedo de la autoridad: "Mi amiga me cuida no la policía".







La convocatoria fue en la plaza del monumento a la Revolución. A las 2 de la tarde eso era un hervidero que recordaba: "Asesinos, asesinos, asesinos son ustedes, en abortos clandestinos las que mueren son mujeres"; una marabunta de mujeres que cantaba: "Van a volver, van a volver, las balas que disparaste van a volver, la sangre que derramaste la pagarás, las mujeres que asesinaste no morirán, ¡No morirán, no morirán!"; voces múltiples que profetizaban: "Ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer; arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer"; y que gritaban con ritmo: "Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal" e, incluso, que jugaban: "El que no brinque es macho".



 


 



 


Orquesta de Bellas Artes, antes del concierto
Foto: Héctor Hugo Rojas Hormigo

Era una masa de mujeres  vario pintas, urbanas, llena de fuerza y solidaridad: "Somos malas, podemos ser peores y al que no le guste, se jode se jode". Estaban todas las clases sociales, todas las edades, todos los oficios e incluso las hijas de las que no pudieron salir a marchar: "Aleeeeerta aleeeeerta alerta alerta alerta que camina la lucha feminista por América Latina, y tiemblen y tiemblen los machistas América Latina será toda feminista". Los drones y los helicópteros nos sobre volaban, la esperanza brotaba: “Somos las hijas de las brujas que no pudiste quemar”, cantábamos bajo el sol.




Pero los contingentes no avanzaban y estuvieron detenidos bajo el sol más de una hora; algunas coreaban buscando movimiento: “Esto es una marcha, esto no es plantón, nos va a dar insolación". Y efectivamente, un desmayo, paramédica; dos desmayos y decidí, con culpa y firmeza, salir con mi pequeño grupo (una diosa madre, una amiga querida, mi hija y yo) del contingente. Yo me sentí responsable de ellas y la plaza del Monumento a la Revolución llena de mujeres me empezó a parecer una ratonera. No nos íbamos a quedar paradas bajo el sol sabiendo que había varias salidas a Reforma; que era domingo de bicicletas... nos llegaban noticias de contingentes que avanzaban y que en la ciudad de Santiago De Chile, una capital pequeña con poco de más de 6 millones de habitantes, había salido casi la mitad de la población, dos millones de mujeres.



Fuera del monumento a la Revolución, sobre Reforma, nos percatamos que un grupo, solidario o no, detenía la salida contemplada con un dizque performance y algunas encapuchadas; que otro grupo exponía, cuál mitin de campaña, sus verdades justo enfrente de Bellas Artes y un altoparlante, sobre un coche negro, preguntaba si el Zócalo estaba lleno para desistir el avance de la marcha, eso sin contar las vallas que cerraban la entrada al zócalo por Madero. Llegando a Eje Central, las que marchábamos nos detuvimos, alguien había lanzado bombas molotov y la policía había respondido. El aire se densificó y esperamos un momento para continuar la caminata rumbo al zócalo. 







No faltaron las jóvenes de negro y encapuchadas que rompían vidrios y los coros “fuimos todas” en oposición al “sin violencia”. Mi mente se dividió frente a los coros, quiero cantar ambos y los canté en mi mente: “sin violencia, sin violencia”, porque sé que las sociedades no tenemos memoria y las ruinas y los monumentos sirven para recrearla... “fuimos todas, fuimos todas”, porque sé que desde Haussman, el creador del Paris actual, la estética urbana, monumentos incluidos, está pensada para controlar a las masas y las grandes avenidas están trazadas para que la policía y los militares lleguen rápidamente a aplacar los posibles sublevamientos. "Sin violencia, sin violencia, sin violencia", porque fui educada por las reglas patriarcales para respetar la ley y la urbe pero también “fuimos todas, fuimos todas, fuimos todas” porque violentar espacios públicos, como el cristalazo y la diamantina que las mujeres usaron el 16 de agosto en la estación de policía cuando se manifestaban en contra de policías violadores al ggrito: "No me cuidan, me violan", demostró que la autoridad sólo escucha la violencia. Como si la violencia fuera, junto al dinero, los únicos lenguajes universales.

                                       3000 nombres de mujeres asesinadas en el zócalo




Empero, el verdadero problema de la marcha, y de dónde surge mi tristeza, es que parecía que las autoridades la dirigían, así como los flujos de mujeres marchando. A las 4 de la tarde la entrada al Zócalo fue desganada, la plancha estaba casi vacía a pesar de los 3000 nombres de desaparecidas que nos esperaban pintados en la plancha. La fuerza de las mujeres estaba completamente diluida a pesar de los aplausos
"Aplaudan aplaudan no dejen de aplaudir el pinche machismo se tiene que morir", a pesar de las bombas de tinta roja que marcaron la fachada derecha del Palacio Nacional donde los granaderos parecían más futbolistas defendiendo una portería del penalti enemigo que autoridades protegiendo la puerta colonial del Palacio presidencial.




 Recordé que en el siglo XX, muchos países regularon las marchas. En Chile o en Francia se tiene que pedir permiso y las autoridades te lo dan como brindándole un favor a esa masa en busca de expresión y de catarsis: "Tranquila, hermana, aquí está tu manada". Sentí que la jefa de gobierno y el presidente "de las marchas" nos dieron permiso, como las empresas e instituciones lo han hecho con el 9 de marzo; nos llevaron de la mano por las calles de la ciudad, eso se desprendía en el aire, de ahí que la marcha perdiera su fuerza real y su sentido profundo.


Las cinco Fridas, Vía Chloé Campero

Tristemente corroboré que todo aquello que nació en el siglo XIX, incluyendo las marchas sociales que tomaban las calles y eran masa y eran poder, hoy ya no sirven para cuestionar al poder. Como si los cuerpos en la calle gritando consignas, como si las instituciones e incluso los "ismos" que arrastramos del siglo XX estuvieran muertos y agusanados como el sistema de representación que aparentemente nos rige todavía.
ZM

PS1: Dos versiones de
Canción sin miedo ft. El Palomar Vivir Quintana
CANCIÓN SIN MIEDO. Vivir Quintana
PS2: Un excelente podcast para entender el hartazgo de las mujeres en México: "Calladitas nunca más", de Inger Díaz Barriga 

PS3: Algunas otras consignas que se quedaron en el tintero


  • "No somos una, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien""Señor, señora no sea indiferente, se matan a mujeres en la cara de la gente"
  • "Vivas se las llevaron, vivas las queremos"
  • "Ni una más, ni una más, ni una asesinada más"
  • "Mujer escucha, esta es tu lucha"
  • "No fue crimen pasional fue un acto patriarcal"
  • "Amiga, hermana, si te pega no te ama"
  • "Con o sin ropa mi cuerpo no se toca"
  • "Saquen sus rosarios de nuestros ovarios, saquen sus doctrinas de nuestras vaginas"
  • "No es un hecho aislado, es crimen de estado"
  • "Con falda o pantalón respétame cabrón"
  • "Hombre consciente se va del contingente"
  • "Verga violadora a la licuadora"
  • "¿Y dónde está y dónde está el Presidente que nos iba a apoyar?"

jueves, 5 de marzo de 2020

El monje revolucionario, Ernesto Cardenal, In memoriam; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

Zyanya Mariana
“He is a bandido”, decía Somoza, “a bandolero”.
Y Sandino nunca tuvo propiedades.
Que traducido al español quiere decir:
Somoza le llamaba a Sandino bandolero.
Y Sandino nunca tuvo propiedades.
Y Moncada le llamaba bandido en los banquetes
y Sandino en las montañas no tenía sal
y sus hombres tiritando de frío en las montañas,
y la casa de su suegro la tenía hipotecada
para libertar a Nicaragua, mientras en la Casa Presidencial
Moncada tenía hipotecada a Nicaragua.
“Claro que no es” —dice el Ministro Americano
riendo— “pero le llamamos bandolero en sentido técnico”

Ernesto Cardenal 


Quería escribir que yo nunca conocí a Ernesto Cardenal, lo ví muchas veces sentado en ese balcón blanco granadino mirando a los poetas fuereños que, al compas del carnaval y del Festival Internacional de poetas, una vez al año inundaban la ciudad de Granada, la de José Coronel Urtecho, la de Joaquín Pasos, la suya y la más antigua de Nicaragua. Como todos ellos, buscaba impregnarme tanto de Cantos de vida y esperanza (1905) de Rubén Darío, como del polvo literario que emana de su Cantico cósmico (1982).
         Yo nunca intercambié palabras con el poeta de la generación del 40, como Sergio Ramírez su vecino calle de por medio, ni me enseñó con su Epigramas (1961) y poesía el arte narrativo. Nunca lo conocí pero como él habito la poesía, mi hogar, y comparto un poco de esa existencia en retiro que aprendió en el monasterio trapense de Our Lady og Gethsemani en Kentucky, Estados Unidos, donde fue novicio de Thomas Merton, el conocido es­critor trapense norteamericano.
         Poeta y teólogo, ingresó a la orden en 1957 pero se enfermó y no pudo concluir el noviciado, seguramente porque le prohibieron, como a Sor Juana las carmelitas, escribir poesía. Tomó apuntes, sin embargo, y esos pergeños se convirtieron en Gethsemani, Ky (1960), el canto de un místico con los pies en la tierra. Como la memoria es extraña y la narración de nuestra vida un acto de voluntad, de ese libro dice: "Estos poemas, que más bien son apuntes de poemas, no tienen otro valor que el de ser un testimonio de la poesía indecible de esos días, que fueron los más felices y bellos de mi vida”.
         Tras su experiencia con los trapenses en EU, pasó en 1959 a
Ahuacatitlán, en Cuernavaca, al monasterio benedictino de San­ta María de la Resurrección, fundado en 1950 por Gregorio Lemercier un abad belga, para estudiar teología; y donde dicen se impregnó de las nuevas experiencias de fe. Eran tiempos del Concilio Vaticano II (1962-1965) y Lemercier después de haber sufrido una crisis de fe, decidió meter a dos psicoanalistas en el convento para revisar en grupo la manera de creer con una "tecnología laica" como la inventada por Freud. Dos psicoanalistas, Frida Zmud y Gustavo Quevedo, trabajaron con los monjes durante siete años hasta que en 1967 el Vaticano ordenó el cierre del convento. Según el psicoanalista y doctor en Sociología Fernando González, la experiencia de Santa María de la Resurrección fue verdaderamente de vanguardia y muy adelantada a su tiempo.


         Pero regresemos a Cardenal ordenado sacerdote en Managua en 1965 que poco después fundó una comunidad cristiana, casi monástica, en una de las islas del archipiélago de Solentiname, en el lago Cocibolca, el Gran Lago de Nicaragua. De esa época, El evangelio de Solentiname (1979), la comunidad de pescadores y el arte primitivista que sorprendiera a la comunidad de artistas e intelectuales de la época como Tito Monterroso y Julio Cortázar. Revolucionario, colaboró estrechamente con el Frente Sandisnista de Liberación Nacional en la lucha contra el régimen de Somoza.
        
Su lucha y adhesión al sandinismo le costaron el ejercicio del sacerdocio. El 4 de febrero de 1984, el Papa Juan Pablo II lo suspende a divinis, junto a los sacerdotes Ernesto Cardenal y su hermano Fernando Cardenal, Miguel D'Escoto y Edgar Parrales, debido a su adscripción a la Teología de la liberación. Treinta años después, el papa Francisco ordena levantar el castigo de D'Escoto.​
          Este monje y revolucionario recibe, a los 87 años en su casa en managua, la noticia del premio Reina Sofía de poesía 2012. Reaccionó al premio con tres grandes ideas que lo describen: dijo que "él no era un político, él era un revolucionario"; que "la poesía desde los profetas es anuncio y denuncia" y que su mayor influencia había sido Ezra Pound pues con él descubrió que "en la poesía cabe todo".
         Gethsemani, Ky se publicó después de un largo silencio y junto a otro poemario Horas de O (1957), un vital texto de poesía política. No es un libro de odio planfetario contra Somoza, explica Mario Benedetti, sino "una serena radiografía de la vergüenza" que hoy aún se vive en Nuestra América, en Nicaragua e incluso en el funeral del maestro invadido por los simpatizantes del gobierno de Daniel Ortega. Buen viaje maestro... In memoriam 50 Epigramas...





1.
Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.
Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica…
Y si el amor que los dictó, tú también lo desprecias,
otras soñaran con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
(escritos para conquistarte a ti) despiertan
en otras parejas enamoradas que los lean
los besos que en ti no despertó el poeta.

2.
Cuídate, Claudia, cuando estés conmigo,
porque el gesto más leve, cualquier palabra un suspiro
de Claudia, el menor descuido,
tal vez un día lo examinen eruditos,
y este baile de Claudia se recuerde por siglos.
Claudia ya te lo aviso

3.
De estos cines, Claudia, de estas fiestas,
de estas carreras de caballos,
no quedará nada para la posteridad
sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia (si acaso)
y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos
y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos
del olvido, y los incluyo también en mis versos
para ridiculizarlos.

4.
Otros podrán ganar mucho dinero
pero yo he sacrificado ese dinero
por escribirte estos cantos a ti
o a otra que cantaré en vez de ti
o a nadie.

5.
Al perderte yo a ti tu y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que más te amaba.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

6.
Muchachas que algún día leáis emocionadas estos versos
y soñéis con un poeta:
sabed que yo los hice para una como vosotras
y que fue en vano.

7.
Esa será mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas.

8.
Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces fui a mi cuarto
y escribí ese artículo contra el Gobierno
por el que estoy preso.

9.
Ella fue vendida a Kelly & Martínez Cía. Ltda.,
y muchos le enviarán regalos de plata,
y otros le enviarán regalos de electroplata,
y su antiguo enamorado le envía este epigrama

10.
Tú que estás orgullosa de mis versos
pero no porque yo los escribí
sino porque los inspiraste tú
y a pesar de que fueron contra ti:
Tú pudistes inspirar mejores poesía.
Tú pudistes inspirar mejores poesía.


El papa, con gesto adusto y un dedo acusador, lo amonesta públicamente frente a sus colegas del gobierno de Nicaragua, congregados ese 4 de marzo de 1983 en el aeropuerto de Managua para recibir al pontífice.


11.
Yo he repartido papeletas clandestinas,
gritando:¡VIVA LA LIBERTAD! en plena calle
desafiando a los guardias armados.
Yo participé en la rebelión de abril:
pero palidezco cuando paso por tu casa
y tu sola mirada me hace temblar.

12.
Recibe estas rosas costarricenses,
Myriam, con estos versos de amor:
mis versos te recordarán que los rostros
de las rosas se parecen al tuyo; las rosas
te recordarán que hay que recortar el amor,
y que tu rostro pasará como Grecia y Roma.
Cuando no haya más amor ni rosas de Costa Rica
recordarás, Myriam, esta triste canción.

13.
Imitación de Propercio
Yo no canto la defensa de Stalingrado
ni la campaña de Egipto
ni el desembarco de Sicilia
ni la cruzada del Rhin del general Eisenhower:
Yo sólo canto la conquista de una muchacha.
Ni con las joyas de la joyería Morlock
ni con perfumes de Dreyfus
ni con orquídeas dentro de su caja mica
ni con cadillac
sino solamente con mis poemas la conquisté
Y ella me prefiere, aunque soy pobre, a todos los millones de Somoza.

14.
Tú has trabajado veinte años
para reunir veinte millones de pesos.
Pero nosotros daríamos veinte millones de pesos
para no trabajar como tú has trabajado.

15.
Tú no mereces siquiera un epigrama.

16.
Todavía recuerdo aquella calle de faroles amarillos
con aquella luna entre los alambres eléctricos,
y aquella estrella en la esquina, una radio lejana,
la torre de La Merced que daba aquellas once:
y la luz de oro de tu puerta abierta, en esa calle.

17.
Nuestro amor nació en mayo con malinches en flor
-cuando están en flor los malinches en Managua-.
Sólo ese mes dan flores: en los demás dan vainas.
Pero los laminches volverán a florecer en mayo
y el amor que se fue ya no volverá otra vez.

18.
De pronto suena en la noche una sirena
de alarma, larga, larga,
el aullido lúgubre de la sirena
de incendio o de la ambulancia blanca de la muerte,
como el grito de la cegua en la noche,
que se acerca y se acerca sobre las calles
y las casas y sube, sube, y baja
y crece, crece, baja y se aleja
creciendo y bajando. No es incendio ni muerte:
Es Somoza que pasa.

19.
Se oyeron unos tiros anoche.
Se oyeron del lado del Cementerio.
Nadie sabe a quién mataron, o a quiénes.
Nadie sabe nada.
Se oyeron unos tiros anoche.
Eso es todo.

20.
Tú eres sola entre las multitudes
como son sola la luna
y solo el sol en el cielo.
Ayer estabas en el estadio
en medio de miles de gentes
y te divisé desde que entré
igual si hubieras estado sola
en un estadio vacío.

21.
Si tú estás en Nueva York
en Nueva York no hay nadie más
y si no estás en Nueva York
en Nueva York no hay nadie.

22.
Pero en la noche vos tu arroz y frijoles fritos,
con una cuajada fresca, y una tortilla caliente,
o un plátano asado,
lo comés sin guardaespaldas.
Y tu jícara de tiste no la prueba primero un ayudante.
Y después tocás si querés en tu guitarra una canción ranchera,
y no dormís rodeado de reflectores y alambradas y torreones.

23.
Tus ojos son una luna que riela en una laguna negra
y tu pelo las olas negras bajo el cielo sin luna
y el vuelo de la lechuza en la noche negra.

24.
Ayer te vi en la calle, Myriam, y
te vi tan bella, Myriam, que
(¡cómo te explico qué bella te vi!)
ni tú, Myriam, te puedes ver tan bella ni
imaginar que puedas ser tan bella para mí.
Y tan bella te vi que me parece que
ninguna mujer es más bella que tú
ni ningún enamorado ve ninguna mujer
tan bella, Myriam, como yo te veo a ti
y ni tú misma, Myriam , eres quizás tan bella
¡porque no puede ser real tanta belleza!
como yo te vi de bella ayer en la calle,
o como hoy me parece, Myriam, que te vi.

25.
Recuerda tantas muchachas bellas que han existido:
Todas las bellezas de Troya, y las de Acaya,
y las de Tebas, y de la Roma de Propercio.
Y muchas de ellas dejaron pasar el amor,
y murieron, y hace siglos que no existen.
Tú que eres bella ahora en las calles de Managua ,
un día serás como ellas de un tiempo lejano,
cuando las gasolineras sean ruinas románticas.
¡Acuérdate de las bellezas de las calles de Troya! 



Ernesto Cardenal, con su típica boina negra, celebra en la ciudad de León el triunfo sandinista. Como la vida es extraña y toda decadencia es triste. El uniformado que va detrás de él es Daniel Ortega.



26.
Ah tú despiadada
más cruel que Tachito.

27.
Hay un lugar junto a la laguna de Tiscapa
–un banco debajo de un árbol de quelite─
que tú conoces (aquella a quien escribo
estos versos, sabrá que son para ella).
Y tú recuerdas aquel banco y aquel quelite:
la luna reflejada en la laguna de Tiscapa,
las luces del palacio del dictador,
las ranas cantando abajo en la laguna.
Todavía está aquel árbol de quelite;
todavía brillan las mismas luces;
en la laguna de Tiscapa se refleja la luna;
pero aquel banco esta noche estará vacío,
o con otra pareja que no somos nosotros.

28.
¡Mi gatita tierna, mi gatita tierna!
¡Cómo estremecen a mi gatita tierna
mis caricias en su cara y su cuello
y vuestros asesinatos y torturas!

29.
En Costa Rica cantan los carreteros.
Caminan con mandolinas en los caminos.
Y las carretas van pintadas como lapas,
y los bueyes van con cintas de colores
y campanitas y flores en los cuernos.
Cuando es el corte del café en Costa Rica,
y las carretas van cargadas de café.
Y hay bandas en las plazas de los pueblos,
y en San José los balcones y ventanas
están llenos de muchachas y de flores.
Y las muchachas dan vueltas en el parque.
Y el presidente camina a pie en San José.

30.
Epitafio para la tumba de Adolfo Báez Bone
Te mataron y no nos dijeron dónde enterraron tu cuerpo,
pero desde entonces todo el territorio nacional es tu sepulcro;
o más bien: en cada palmo del territorio nacional en que
no está tu cuerpo, tú resucitaste.
Creyeron que te mataban con una orden de ¡fuego!
Creyeron que te enterraban
y lo que hacían era enterrar una semilla.

31.
Somoza develiza la estatua de Somoza en el estadio Somoza
No es que yo crea que el pueblo me erigió esta estatua
porque yo sé mejor que vosotros que la ordené yo mismo.
Ni tampoco que pretenda pasar con ella a la posteridad
porque yo sé que el pueblo la derribará un día.
Ni que haya querido erigirme a mí mismo en vida
el monumento que muerto no me erigiréis vosotros:
sino que erigí esta estatua porque sé que la odiáis.

32.
Todas las tarde paseaba con su madre por la Landstrasse
y en la esquina del Schmiedtor, todas las tardes,
estaba Hitler esperándola, para verla pasar.
Los taxis y los omnibús iban llenos de besos
y los novios alquilaban botes en el Danubio.
Pero él no sabía bailar. Nunca se atrevió a hablarle.
Después pasaba sin su madre, con un cadete.
Y después no volvió a pasar.
De ahí más tarde la GESTAPO, la anexión Austria,
la Guerra Mundial.

33.
Epitafio para Joaquín Pasos
Aquí pasaba a pie por estas calles, sin empleo ni puesto
y sin un peso.
Sólo poetas, putas y picados conocieron sus versos.
Nunca estuvo en el extranjero.
Estuvo preso.
Ahora está muerto.
No tiene ningún monumento.
Pero
recordadle cuando tengáis puentes de concreto,
grandes turbinas, tractores, plateados graneros,
buenos gobiernos.
Porque él purificó en sus poemas el lenguaje de su pueblo
en el que un día se escribirán los tratados de comercio,
la Constitución, las cartas de amor, y los decretos.

34.
La Guardia Nacional anda buscando a un hombre.
Un hombre espera esta noche llegar a la frontera.
El nombre de ese hombre no se sabe.
Hay muchos hombres más enterrados en una zanja.
El número y el nombre de esos hombres no se sabe.
Ni se sabe el lugar ni el número de las zanjas.
La Guardia Nacional anda buscando a un hombre.
Un hombre espera esta noche salir de Nicaragua.

35.
Nuestros poemas no se pueden publicar todavía.
Circulan de mano en mano, manuscritos,
o copiados en mimeógrafo. Pero un día
se olvidará el nombre del dictador
contra el que fueron escritos,
y seguirán siendo leídos.

36.
Tal vez nos casemos este año,
amor mío, y tengamos una casita.
Y tal vez se publique mi libro,
o nos vayamos los dos al extranjero.
Tal vez caiga Somoza, amor mío.

37.
(Canción de muchacha)
¡Mi pelo largo! ¡Mi pelo largo!
Querías tu muchacha con el pelo largo.
Ya lo tengo debajo de los hombros
y no esperaste mi pelo largo.

38.
¿Crees que esta esquina de la vendedora de guayabas
donde vos me encontraste con terror y con júbilo
(aunque sólo demostraste palidez y silencio)
la borrarán Los Angeles, Les Champs-Elysées?

39.
(Corn Island)
El agua de South West Bay es más azul que el cielo
pero tus ojos son más azules que South West Bay
y en la cueva de Brig Bay hay un tesoro de pirata,
pero tu cabellera vale más que el tesoro de Brig Bay.




40.
Han llegado las lluvias de mayo,
han vuelto a florecer los malinches colorados
y el camino del Diriá está alegre y lleno de charcos:
pero vos ya no estás conmigo.

41.
¿No has leído, amor mío, en Novedades:
CENTINELA DE LA PAZ, GENIO DEL TRABAJO
PALADÍN DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA
EL PROTECTOR DEL PUEBLO
EL BENEFACTOR…?
Le saquean al pueblo su lenguaje.
Y falsifican las palabras del pueblo.
(Exactamente como el dinero del pueblo.)
Por eso los poetas pulimos tanto un poema.
Y por eso son importantes mis poemas de amor.

42.
Uno se despierta con cañonazos
en la mañana llena de aviones.
Pareciera que fuera revolución:
pues es el cumpleaños del tirano.

43.
Ileana: la galaxia de Andrómeda,
a 700 000 años luz,
que se puede mirar a simple vista en una noche clara,
está más cerca que tú.
Otros ojos solitarios estarán mirándote desde Andrómeda,
en la noche de ellos. Yo a ti no te veo.
Ileana: la distancia es tiempo, y el tiempo vuela.
A 200 millones de millas por hora el universo
se está expandiendo hacia la Nada.
Y tú estás lejos de mí como millones de años.

44.
Suena como una música la lluvia afuera
en los charcos del patio
y las sábanas están frescas
pero tú no estás en mi cama.

45.
Si cuando la rebelión de abril
me hubieran matado con ellos
yo no te habría conocido:
y si ahora hubiera sido la rebelión de abril
me hubieran matado con ellos.

46.
Cuando los dorados corteses florecieron
nosotros dos estábamos enamorados.
Todavía tienen flores los corteses
y nosotros ya somos dos extraños.

47.
Las pesadas gotas parecen
pasos subiendo la grada
y el viento golpeando la puerta
una mujer que va a entrar.

48.
Viniste a visitarme en sueños
pero el vacío que dejaste cuando te fuiste
fue realidad.

49.
La persona más próxima a mí
eres tú, a la que sin embargo
no veo desde hace tanto tiempo
más que en sueños.

50.
Como canta de noche la esquirina
al esquirín que está sobre otra rama:
“Esquirín,
si querés que vaya, iré,
si querés que vaya, iré”
y a su rama la llama el esquirín:
“Esquirina
si querés venir, vení
si querés venir, vení”,
y cuando ella se va donde él está
el esquirrín se va para otra rama:
así te llamo yo a ti,
y tú te vas.
Así te llamo yo a ti,
y tú te vas


Tomado de Solipsta que los tomó de libro:
Cardenal, Ernesto (2007). Poesía completa. Tomo I. Xalapa, Veracruz, México: Universidad Veracruzana. pp. 14-29

También pienso que dada la diversidad de nuestro país es necesario refundarnos como un país plurilingüe. Que de las 53 lenguas indígenas que sobreviven hasta el día de hoy, se elijan 5 y junto al español se conviertan en nacionales; que se le exija a todo profesional hablar su lengua materna, una de ellas, además del castellano.  Es fundamental, por otra parte, que nuestra capital recupere con su nombre México Tenochtitlán, su vieja vocación de grandeza.
Zyanya Mariana