martes, 6 de octubre de 2020

CUMPLIMOS NUEVE AÑOS Y LO FESTEJAMOS CON UN PREMIADO, UN EXTRAÑO, UN REGALO DE TIEMPOS INCIERTOS

 ZyanyaM

 

Delirios II
Somos todo lo que el olvido deja a su paso. Las calles y sus muertos, los moteles y sus calendarios señalando días felices para vidas tristes. Nuestra memoria será la desesperación de un niño frente a las complicaciones del álgebra, las telarañas y los rastros del amor a su paso por callejones oscuros, las grandes bibliotecas reducidas a museo. Las conciencias reducidas a cementerios. Somos voces apagándose en las llamas del olvido.

: Coxolcá Tohom 

 


Este 2020, tiempo umbral, no sólo será recordado como el año de la pandemia sino como una temporada de poesía... lo digo porque este año se cosechó, en estricto orden de parto, El reino de no lineal de Elisa Díaz, que ganó el aguascalientes; Decir otro lugar (Elefanta) de Eva Castañeda, académica, profesora y muchas cosas más; Días de luz larga (Elefanta) de Mercedes Alvarado y mi poemario tránsitos (Lunaria).
Por eso, en honor a los regalos que ofrece la incertidumbre, he decidido festejar nueve años de este espacio con un poeta guatemalteco desconocido para mi: Giovany Emanuel Coxolcá Tohom quien acaba de ganar el Premio de Poesía Editorial Praxis 2020. Les comparto, para celebrar, a este poeta.

 

 


Alta traición (II)

Giovany Emanuel Coxolcá Tohom

 

 

Vos, conocedor de la historia,
la retorcida historia de este puto país,
decime qué se siente ver
a tu compañera de lecturas
vender a los estudiantes
por haber desafiado al Gobierno.
¿Te acordás de tus palabras en su boca?
La dignidad campesina mueve montañas,
¿y de las grandes cogederas después de los foros?
¡Puta madre!
Vamos por la dignidad estudiantil.
Ella tiene colmillo.
Vamos por un par de colmillos.

Vos, cabrón,
sabés de los huesos indígenas
(indios cochinos, como lo dice tu compañera de lecturas
—epígrafe para el porvenir—)
crepitando en la pólvora,
vos lo sabés: nada se ha conseguido
en este país sin coraje, valentía,
sin jugarse la vida en las llamas de las calles.
Decime, cabrón,
qué se siente ver a tu compañerita
limpiarse el culo con tus ideas
(el mismo culo devorado beso a beso, centímetro a centímetro,
por tu boca),
traicionando a quienes se rifan el pellejo,
desafiando a un Gobierno
protegido por carniceros.

Y no me lo contestés a mí,
contestátelo a vos
cuando estés frente a tus putos libros,
frente a tu emputecida imagen.
Cuando estés recordando
que muy de cuando en cuando ella también lo dice:
esos indios mierdas.

Vos, conocedor de la historia,
la retorcida historia de este puto país,
sabés a quiénes les ha correspondido
poner los muertos y la sangre,
en esta historia de
infamias y traiciones.

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