martes, 16 de octubre de 2018

Cine/Teatro: Entre Ortigas




Entre ortigas
Gabriela Ynclán
México 2018

Revista Siempre*


Para Gaby,
maestra, amiga y guía


Este 30 de septiembre de 2018, en el teatro Rodolfo Usigli, Gabriela Ynclán cumplió 30 años como dramaturga estrenando la obra Entre Ortigas. A un año del #MeToo, en plena ola verde de liberación femenina y a 50 años de la matanza del 2 de octubre; esta pieza, dirigida por la también dramaturga y poeta Edna Ochoa, deshila la tragedia cotidiana de los viejos matrimonios —una Alicia Labra y un espléndido Álvaro Espinoza festejando 50 años de actuación; representando el vínculo de nuestros abuelos que tras años de convivencia y secretos invertían los papeles, el uso del poder y saldaban cuentas.

Esta verdad femenina, otrora silenciada, cierra en lo íntimo, en la familia, el ciclo crítico al poder capitalista y patriarcal que Gabriela Ynclán iniciara hablando del 68 en  Nomás que salgamos, dirigida por Wilebaldo López y estrenada en la UAM-Xochimilco en 1988.

            50 años políticos y 30 años después de la fársica Cuarteto con disfraz y serpentina (1993) dirigida por el inolvidable maestro Solé; de Escaleno (1995) escrita antes de que la palabra queer se integrara al vocabulario; después de los desencantados y divertidos cuentos Humor de amor (1999), y después de la crítica a los empresarios sin linaje y conocimiento plasmados en Aristeminis en Tacuba, pieza traducida y montada en Francia como Aristeminis en cité (2004).

Y es que la obra de Gabriela Ynclán está trastocada por la historia del país, no es casual que haya escrito y montado cerca de la mina de carbón Pasta de Conchos en la región Nueva Rosita de Coahuila La Endiablada: ¡Ese diablo de la Mina!, para recordar con las familias de los mineros muertos y enterrados, la decisión de Grupo México de no salvarlos como se hiciera en Chile.

            Gabriela Ynclán dice que llegó tarde al teatro. Miente, aunque no llegó joven a la dramaturgia pues comparte las palabras con la investigación pedagógica y el placer de enseñar. Muchos hemos sido sus alumnos. En realidad, ella nació en el teatro y proviene del linaje de los Inclán, la familia con mayor tradición teatral en este país.

Como la dramaturgia de Gabriela, el quehacer de los Inclán revela ríos profundos del México contemporáneo. Los fundadores del clan fueron María de Jesús Delgado y Miguel Inclán García, actor y director que dirigía una compañía de teatro itinerante antes de la revolución. Una alternativa cultural para los más pobres. La pareja tuvo dos hijos, el extraordinario Miguel Inclán, actor, director y libretista a quien le gustaba reunir bajo las carpas, esa estructura física pórtatil, a toda la familia Inclán- Padilla- Zayas para representar comedias y programas de variedad. En el cine dejó huella y entre los múltiples papeles de villano que encarnó, quizás el más entrañable y terrible sea el del resentido y libidinoso ciego “Don Carmelo” en la mítica cinta de Buñuel Los olvidados (1950). Cómo olvidar a su hermana Lupe Inclán, quien debutó en 1919 en el teatro con una obra que exaltaba la figura de Porfirio Díaz, ya en ese entonces odiado por la opinión pública. A finales de los 30, entraría a la pantalla grande interpretando a una mezquina ranchera en Allá en el Rancho Grande (1936). Cómo olvidarla como la abnegada y rezongona criada de Acá las tortas (1951). Lupe tuvo dos hijas gemelas, Gloria Alicia y Elena Inclán que decidieron desde los 12 años dedicarse a la farándula. Después de "chinampear" (ir de gira para obtener experiencia), trabajaron en la carpa Procopio formando una pareja cómica de baile y canto. Gloria Alicia hacía de hombre y Elena de mujer. Tuvieron mucho éxito como vedettes y vieron surgir, a un lado y otro de la avenida de Niño Perdido, hoy Eje Central, muchas carpas post revolucionarias donde se iniciaron personajes como Cantinflas, Tin tan y los populares Resortes y Clavillazo. Gloria Alicia, que dicen siempre se distinguió por un singular sentido del humor, tuvo cuatro hijos, Rafael, Alfonso, Gabriela y Ana Luisa. Aunque todos aprendieron a caminar y hablar en el escenario sólo Rafael Inclán se convirtió en actor y su hermana Gabriela Ynclán en dramaturga. Muy posiblemente eso signifique la Y que diferencia su apellido, el vínculo de la otredad teatral. Felicidades Gabriela por 30 años y más.

Zyanya Mariana
Octubre 1 y 2018


*La nota apareció en la Revista Siempre el 6 de octubre del 2018, aquí el enlace
 



                           GABRIELA YNCLÁN




                           ALVARO ESPINOZA



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