Lucky,
John Carroll Lynch,
Estados Unidos 2017
Revista Siempre 2018*
Lucky, encarnado por el soberbio actor Harry Dean Stanton, es un viejo cowboy solitario. Cada mañana, se levanta, hace cinco ejercicios de yoga y, como el mítico Travis de la película Paris, Texas (1984) de Wim Wenders, camina por las calles solitarias de una ciudad en el desierto. Fumador empedernido, bebe café en la misma cafetería del pueblo donde resuelve crucigramas y en la noche, después de ver los shows televisivos, recompone el mundo con sus amigos del bar. Sus días y diálogos se repiten, uno tras otro, hasta que un día se desmaya. En el despertar una epifanía se instala: “Todo va a desaparecer. Tú, tú, tú, este cigarro, todo.” A partir de ahí, irrumpido por el miedo a la muerte, Lucky inicia una verdadera búsqueda espiritual llena de poesía.
Con esta historia, casi de leyenda del oeste estadounidense,
debuta como director el actor John Carroll Lynch, rostro secundario del buen
cine norteamericano, como Fargo (1996) de los hermanos Cohen. Lenta, muchos
son los ecos de Una historia sencilla (1999) de David Lynch,
quien además protagoniza al inconsolable amigo del bar que extraña a Roosevelt,
su tortuga, que en un arranque de libertad ha escapado de la domesticidad. Con un aire de melancolía metafísica que
flota incluso en ciertas escenas absurdas y poéticas que recuerdan al cine de Lynch,
como la imagen de la puerta de rojos neones que invita al infierno pero dice
salida, la
película es un verdadero epitafio- homenaje dedicado a Stanton.
Epitafio, porque este actor del mejor cine independiente
norteamericano se despide a los 91 años del mundo, un septiembre 15 del 2017,
sólo dos meses antes del estreno de una película con porciones de vida personal.
Homenaje, porque Stanton interpreta, algo muy común hoy en la literatura, a un
Harry Stanton de ficción lleno de manías, de encuentros insólitos y de una
consciencia existencial súbita de la finitud.
Desde su guión la cinta fue escrita pensando en él. En
efecto Logan Sparks fue durante mucho tiempo el asistente personal de Harry y
Drago Sumonja, conocía a Stanton por amigos en común, ambos querían trabajar
con él así que escribieron una historia para un personaje a la mitad del
desierto, mezcla de profeta y de cowboy ateo e insolente, que se relaciona al
final de sus días con el vacío y la nada existencial.
Lucky, como su nombre lo indica tiene suerte, trabajó en la
Marina pero no ha matado nadie, su culpa única y confesada, es la de haber
matado a un ruiseñor y con su muerte haber descubierto el silencio. Un silencio
único porque también descubre que “lo que se ve es lo que hay, pero que sus
ojos no ven lo mismo que los ojos de los demás” y, en esta singularidad, él es
capaz de sonreír. Así bajo esta premisa, Lucky sigue sus rutinas, pero fuma
marihuana con una jovencita negra y acepta su miedo a la muerte, y compra
cigarras condenadas para que silben en sus noches y canta Volver al ritmo de
mariachis en una fiesta de migrantes mexicanos. Antes de morir, Lucky es capaz
de fumar, discutir y amar en un EU idílico donde negros, mexicanos y blancos
conviven en armonía.
Zyanya
Mariana
Agosto
5 y 2018
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