martes, 24 de julio de 2018

CRÓNICAS MESTIZAS, La Galla ciencia y los otros que te deletrean

ZyanyaM
Soy hombre, duro poco, y es enorme la noche. 
Pero miro hacia arriba, las estrellas escriben, 
sin entender, comprendo. 
También soy escritura, y en este mismo instante, 
alguien me deletrea.
Octavio Paz




 

 
A Mario Grande, con gratitud



Este año se cerró la revista de literatura virtual La Galla Ciencia. La conocí por una extraña coincidencia que debería llamarle afortunada. Un día, un desconocido me escribe desde España. Se presenta, me dice que se llama Mario Grande, que es escritor, traductor y poeta. Me cuenta que ha leído el poemario Linajes y Anarquías, que lo encontró en una pequeña librería de Conaculta en el Hospicio Cabañas de una Guadalajara bajo la lluvia, que le quiere hacer una reseña para la Revista La Galla Ciencia. El correo no pudo ser más sorprendente.
Un año antes, en noviembre y 2013, se había presentado el libro Linajes y Anarquías en CADAC. A la presentación sólo habían ido cinco personas, entre ellas el editor, mi amigo Carlos Azar y mi hija. Yo no le había avisado a nadie y sólo en el último momento, el mismo día, había puesto una foto de invitación para que circulara en FB, los únicos asistentes fueron un vecino y su amigo. Me daba vergüenza llamarme escritora, ejercer el oficio del fracaso; la poesía. Escribir había implicado desobedecer la ley paterna, rebelarme ante la familia, ser sola con una hija a la que no quería manchar con mis impertinencias. Además estaba la vanidad que me atormentaba: ¿escribiré bien?  ¿Valdrá la pena tirar árboles y hacer tinta con mis palabras?
Por eso fue tan sorprendente que un desconocido me escribiera para decirme: "te he leído y me gustaron tus palabras y la manera en la que las engarzas". ¡Increíble, alguien en el universo me deletreaba! No he podido agradecerle lo suficiente a Mario Grande su gesto, ni siquiera lo conozco más allá de las cartas virtuales y esta reseña que publicara en La Galla Ciencia y hoy reproduzco aquí.
Huelga decir que no somos sino a partir de los otros. Si Martha Leonor, la editora nicaraguense fundadora de la editorial 400Elefantes, me hizo paje de las letras; Mario Grande, con su reseña, me convirtió en escudero de la literatura. Devenir escritor en mi mente y encarnar la idea ha sido un largo camino. Tendré que esperar a un aduanero norteamericano en 2017 para investirme como una verdadera caballera andante de las letras, es decir una mujer escritora... pero esa es otra historia.
Gracias Mario.



"LINAJES Y ANARQUÍAS" de ZYANYA MARIANA,

por Mario Grande*










"LINAJES  Y  ANARQUÍAS"  
 ZYANYA  MARIANA
Ed. Elefanta del Sur
México, 2013










En la antigua lengua de los zapotecas, cuya medida del tiempo, comparada con otras, es poco conocida, zyanya dice Siempre. Más sustantivo que adverbio, quizá, como conviene a la espiral de los tiempos originarios al presente eterno. El nombre elegido por la poeta mexicana Zyanya Mariana, autora hasta la fecha de dos libros de poemas: De las cosas que vienen de la nada y otras inmediateces (2010) y Linajes y anarquías (2013).


Linajes y anarquías, publicado por la editorial mexicana Elefanta del Sur, contiene los poemarios «Linajes y anarquías», que presta el título al volumen, y «Regreso al silencio».


Linajes en plural, como reivindicación de herencias plurales, contradictorias. Herencias que son simientes y alimentan el don de la palabra de Zyanya Mariana. Palabra nutrida de la cosmogonía formidable y desbaratada por la conquista, deslumbramiento de místicos sufíes, filósofos griegos de paso por polos opuestos y un Orfeo revisitado por la urgencia de Perséfone o Eurídice, el curso del Ganges y el cosmopolitismo de Lin Yutang al fondo, como un presentimiento de lo que resumimos Asia, Giordano independiente, ecos graves de Miguel Hernández y Calderón y la querencia por la tríada Rilke, Kavafis y Wislawa. Con hallazgos-fruto como estos tres:


Hija, yo no fui moldeada,

hecha de arcilla y agua

y aliento prístino

como el hombre, tu padre

hija mía, yo nací del sueño y de las ruinas

de huesos y sangre molida

del primer andrógino: Quetzalcóatl.  

(…)


Giordano, si fueras mujer de poeta podrías

planchar y azular mi caos

y mañana algún día llorar en tus brazos  como

si fueran pechos maternos

pero eres ausente y Hembra, la palabra mía.  

(…)


No hay camino…

Si buscas luna eres luna

Si buscas la mesa y la tortilla eres mesa y tortilla de fiesta

Si buscas el amor eres amor

Recuerda, el cántaro gotea lo que lleva dentro.

(…)



Poderosas son también las anarquías de Zyanya Mariana. También en un plural sutil: construcción de los orígenes por su soledad de hija, virgiliana madre que alerta del oleaje, ejercicio del amor sin miedo. Epifanías sabias. Respiración con ortografía propia. En sus palabras:


Amado mío escucha mi plegaria

Que quiero oler nosotros, huesos viejos en el camino

Que quiero mirar atrás la senda recorrida y las nubes que pasan;

lo profano y el milagro contigo

En mi plegaria confesaré a los dioses:

Con Rilke anduve y por él encontré lo de los muchos nombres

Escucha amado mío

quiero oler nosotros, huesos viejos junto al mundo

Pero si tienes miedo

—si te temes y temes—

una noche corriente

un viernes cualquiera, antes del futuro donde siempre hay vacío

Vete

Vete lejos amado mío

(…)


No sucumbas al mal, no lo invoques;

tropieza con muchas piedras y muchas flores,

y orienta tus pasos hacia ríos remotos y vientos helados

pues ni quereres, ni oros, ni mantenimientos son hojas perennes en

                                                                                    nuestro pecho;

suceden, solo suceden, todo sucede

Del amor cuando te llame, síguelo, aunque te desgrane

serás entonces semilla y tu sueño estrellas

Extranjera en todas partes entenderás que el sol renace y muere

                                                                                     cada tarde

mientras la luna marca el terruño de tu rostro en los días

Tu espíritu ennoblecido gritará

y nadie podrá robarte haber dejado tu cuarto por arenas extrañas

                                                                               y tiempos idos

(…)


 Trabajo en muchas cosas,

Y es que después de siglos con culpa y riqueza

Ahora lloro mis días por un sueldo insuficiente.

Me fragmento como toda moderna

Huyo, huyo y abandono;

a veces del amor, a veces del exilio;

a veces incluso pienso en reafirmar mis ideas y abandonar el hoy

como tú Giordano, como tú

cada viernes, cuando el afán sitia el aburrimiento

pienso en el Abandono, el grande,

ese que es huir y no regresar


En general no estoy conforme

Invento Repúblicas y alteridades

Héroes y dragones

mientras encuentro la oportunidad


Leer Zyanya Mariana acerca el clamor por la dualidad hecha añicos, como el regreso de Coyolxauhqui.
Mario Grande


Para ir al vínculo original click aquí o en el título.

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