viernes, 11 de mayo de 2018

Tránsitos; en homenaje a Nezahualcóyotl


Por fin lo comprende mi corazón:
Escucho un canto,
Contemplo una flor:
¡Ojalá no se marchiten!
:Nezahualcóyotl

Diques de Texcoco, primer mapa español después de la caída de Tenochtitlan


En 1420 el pilli Nezahualcoyotl, de apenas 18 años, regresa de un tránsito; el exilio. La muerte de su padre Ixtlixochitl, tlatoani de Texcoco, en manos de los tepanecas lo obliga a huir y esconderse. Me gusta pensar que después de los días errantes, cobijado en Tenochtitlán por la familia de su madre, escribió varios poemas acerca de la fugacidad del paso del hombre en esta tierra; nada permanece repetirá. 498 años después, en homenaje a él, este pedazo de tránsito y polvo devoto.



Foto Tziri Tasso 2018





TRÁNSITOS
de Zyanya Mariana  



I
Es cierto Nezahualcoyotl
no tenemos raíces en la tierra
Sólo un instante breve,
devoto,
para cumplir el destino secreto de la materia
Florecer para morir

Como el jade que se quiebra
Como el oro que se rompe
Como la pluma de quetzal que se desgarra
Como mi bultito sagrado que hoy se transforma

II
Los hilos de mi existencia
Se reacomodan
se enredan, se tuercen y se deslizan
a veces se reanudan o se desenredan
Como el telar se rompen, como la trama se reacoplan
Este es mi cuerpo
Sólo un instante
breve y devoto

III
Con cantos se dibuja la noche
Con trabajos los días
como sombra y luz que se enreda y se anuda
El tiempo los va borrando
Somos piedras dispersas de una ciudad que fue

Los hilos tienen sabor metálico
Los colores también

 IV
Somos la pintura de un jardín bíblico sobre un tlalocan en un valle sagrado/
Ambos se irán desfigurando
Como lenguas iremos desapareciendo de una en uno, los seres
Mudos, nos conformaremos con el cielo y las estrellas

En la ciudad sin nombre
no hay estrellas, tampoco noche

V
El enigma, por fin lo entiende mi corazón
Que no hay sabios ni desvaríos
Que vi naves de ataque incendiadas
y rayos cósmicos brillar en el umbral
que no supe si eran mías las memorias perdidas en la lluvia
o artificio de seres guardados en otro tiempo que no es el mío
Quien añade ciencia añade dolor, dice el libro de los que creen en un dios/
Y aquí estoy
sin raíces en la tierra
un breve y devoto instante

: Zyanya Mariana

(fragmentos)


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