lunes, 28 de abril de 2014

Invitados y circunstancias, Eduardo Bueno

EL INVITADO DE HOY, EDUARDO BUENO LEÓN*
Abril 27 y 2014

El 17 de abril los noticiarios se llenaron de información acerca de García Márquez. Había de todo tipo, desde citas banales hasta entrevistas irremediablemente tontas. Entre ellas la de Patricia Junot, de CNN en español, entrevistando a Enrique Krauze quien en su libro "los redentores" descalificara a García Márquez por su larga y leal relación con Fidel Castro. 
La muerte, en términos sociales, nos santifica y los medios lo saben, así que elegir a un enemigo político del autor de "Cien años de soledad" para alabar su vida sólo puede suceder en esta región del mundo. ¡Qué duda cabe, el nuestro sigue siendo el continente de lo real maravilloso!, exclamaría Eduardo Bueno. Indignado ante tanta superficialidad, rayando con el cinismo y la tontera, Nuestro invitado de hoy, escribiría dos pequeñas notas en su muro de FaceBook del perfil político del escritor colombiano, palabras que por su generosidad hoy reproducimos en este espacio










"Los seres humanos no nacen para siempre 
el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez".

Gabriel García Márquez



BREVE HISTORIA DE UN DERECHAZO 


Ayer estando en la ciudad de Ayacucho, en la sierra central peruana, Mario Vargas LLosa dio unas declaraciones sobre García Márquez al enterarse de su fallecimiento. Con lentes oscuros y cachucha, el nobel peruano, reconoció rápidamente la obra del escritor colombiano, sin decir nada extraordinario, y luego muy emocionado, casi quebrándosele la voz, envió el pésame a la familia y raudamente se retiró, muy consternado.

Vargas Llosa, Donoso y García Márquez con sus esposas


Me quedé pensando, acerca de los soterrados sentimientos que Vargas LLosa guardaba por el gran Gabo. Terreno insondable en el cual no podemos conjeturar, pero sí, valorar, de acuerdo a los diversos testimonios que han circulado sobre su violenta separación, vía un certero puñetazo público en el estreno de la película de René Cardona en 1976, sobre el conocido drama de unos supervivientes uruguayos, víctimas de un accidente aéreo en los andes sureños.

Todo parece indicar que la causante del incidente fue Patricia Llosa, la esposa y prima de Mario Vargas Llosa, la cual tomó a los García Márquez como pañuelo de lágrimas por los permanentes conflictos conyugales con su esposo. Durante la estadía en Europa (Barcelona y París) ambas parejas llegaron a intimar bastante y a compartir secretos y complicidades. Alguna información inapropiada, fue trasmitida por Gabo a Patricia Llosa y ella se lo refregaría en la cara al autor de "La ciudad y los perros". Marito quedó encendido, debió sentirse traicionado o exhibido y fiel a cierto perfil sicológico explosivo e imprudente, guardó su rencor para el momento oportuno.

Julia Urquidi, la primera esposa de Vargas LLosa y tía de Mario y Patricia, en su célebre libro "Lo que Varguitas no dijo", confirma la tempestuosa relación por esos años entre sus dos sobrinos, con separaciones, probables infidelidades, y estallidos caseros. Todo parece indicar una infidencia involuntaria por parte de Gabo, que en lugar de apaciguar ánimos, generó más conflicto. Y ello lo tomó Mario Vargas LLosa como una ofensa personal, no como un gesto que buscaba quitarle fuego al leño encendido.

Años después esta hipótesis tomó vuelo desde Colombia, a través de un periodista que al rememorar la historia, señaló como causa del enojo de Vargas Llosa, el consejo dado por Gabo a Patricia Llosa, de separarse de Marito, pues se conocía que vivía - en esa época- un tórrido romance con una modelo sajona.

Otra hipótesis, algo maliciosa, parte de la misma historia, pero con una variante más audaz. Simplemente Gabo, aprovechándose que Patricia Llosa "estaba volando bajo" como dicen en Chile, luego de una ruptura entre pololos, decidió prestarle solícito consuelo. Hipótesis poco probable, ante la presencia siempre sólida y vigilante de su esposa Mercedes Barcha.


A los dos días del golpe
Foto Rodrigo Moya
Tampoco es de recibo, que el derechazo vargasllosiano, que agarró desprevenido a García Márquez, haya sido resultado de discrepancias ideológicas. Algo que alentó Gabo y desmintió Marito. Si bien es cierto que el tema de Cuba socialista y el caso del poeta Heberto Padilla (obligado a rectificarse por sus críticas a la burocracia castrista), crearon un abismo entre los escritores e intelectualidad latinoamericana, quedando nuestros dos premios nobel en orillas diferentes, ello no desató una guerra entre ambos. Y en esos años, Vargas Llosa todavía se asumía de izquierda, aunque más en el estilo europeo.

Algo que abona a confirmar la hipótesis que la causa de la ruptura fue un malhadado consejo a una esposa sufriente, herida y explosiva, fueron las reacciones durante el incidente. García Márquez al encontrarse con Vargas Llosa, abrió los brazos para saludarlo y abrazarlo de la manera más despreocupada, sin atisbo de precaución previa, típico de aquellos que se ponen en guardia porque algo ocultan. Y luego, cuando Gabo cayó casi inconsciente en medio de un charco de sangre nasal, su esposa, arremetió a gritos contra el atacante peruano, llenándolo de improperios y lapidándolo con la frase...porque tu mujer es fea !!!

En la que se considera la última entrevista de García Márquez a un periódico impreso, el diario Vanguardia de Barcelona, en el 2005, el gran Gabo admite que no escribe la segunda parte de sus memorias, porque tendría que referirse a personas que ya no gozan de su simpatía (en clara referencia a Vargas Llosa). Y su esposa Mercedes, agregó que no era posible ninguna reconciliación y que no lo necesitaban.

Este "asunto personal" no pudo ser superado, por el resentimiento de uno, y la infinita arrogancia del otro. Un conflicto típico entre adolescentes, separó de manera irremediable a los dos más importantes exponentes del boom latinoamericano de la novela en lengua castellana. Aunque pensándolo mejor, la ruptura se hubiese dado de todas formas, pero por razones políticas, dada la visceralidad de Vargas Llosa contra todo lo que significase izquierda en América Latina, sobre todo a partir del surgimiento del Tacherismo.

De esta forma el incidente ha pasado a formar parte del registro de conflictos, polémicas y rupturas entre escritores latinoamericanos.

Eduardo Bueno León
jle27049@hotmail.com





¿PORQUE SE ODIA TANTO A GABO ?


En estos días de recogimiento cristiano, lo correcto es largarse de vacaciones. En mi caso, disfruté "el puente", caminando de mi dormitorio a la sala y el comedor, para arreglar libros y sacudirles el polvo. Sentí un enorme relajo, sacando a pasear a la Moka, la chihuahua que llegó de paso, y terminó quedándose en casa. Redescubrí con la perrita, algunos jardines del fraccionamiento y dejé volar la imaginación a la ceja de selva y bosques que rodean Madrid, fue mucho mejor que andar por las repetitivas calles de Coyoacán o la monótona y apacible Tlalpan, llena de conventos y monjitas huidizas.

Sin mucho acceso al televisor y los noticiarios, con un temblor oscilante traicionero, una luna que anunciaban gigante y sólo fue otro eclipse más, se nos murió García Márquez e irrumpió ese torbellino global y mediático sobre su obra, vida y actuación política, que amenaza no cesar.

Le puse atención a los textos críticos, pero lo honesto sería llamarlos, virulentos y odiadores textos contra el escritor colombiano. Ellos son : "García Márquez y el amor al dinero" del escritor español Ricardo Narbona. " Cursillo de orientación ideológica para García Márquez" y "un siglo de soledad" del escritor colombiano Fernando Vallejo. "La insoportable fealdad de García Márquez" del escritor cubano Reinaldo Arenas. "Hertha Müller...criticó a Gabriel García Márquez" de Zoé Valdés, escritora y activista cubana. "Gabriel García Márquez, la sombra del patriarca" de Enrique Krauze, ensayista mexicano.

Flores al amigo entrañable,
 homenaje póstumo a Gabriel García Márquez en el palacio de Bellas Artes

Salvo Narbona, que hace una crítica desde la izquierda, usando a García Márquez como pretexto para exponer sus propias ideas y visiones, el resto coincide en descalificar a Gabo por sus vínculos con Fidel Castro, en un típico esquema, o sé es blanco o sé es negro.

Como sabemos y conocemos, Enrique Krauze siempre se equivoca y es muy ligero para emitir sentencias. Fernando Vallejo, le dispara a todo lo que se mueve con el mayor descaro posible. Reinaldo Arenas y Zoé Valdés, guardan un profundo resentimiento con la Cuba de Fidel. Y Ricardo Narbona, audazmente, trata de hacer un paralelismo imposible entre García Márquez y los teólogos de la liberación de origen vasco centroamericanos.

Todos omiten lo que hemos señalado en este muro acerca de la diplomacia política oculta de García Márquez. Y no porque la desconozcan, sino porque no les interesa. También desprecian "lo real maravilloso" como género, el mayor aporte literario de Gabo, concentrándose en sus relaciones con el poder o su forma de vida. La injuria llega a niveles incalificables y casi infantiles en Reinaldo Arenas y Zoé Valdés. El colombiano Vallejo, exhibe una antipatía que rápidamente se observa derivada de los celos y la rivalidad, aunque suelta un sorprendente dato acerca de la primera y famosa frase de "Cien años de soledad", la cual asegura, fue plagiada de la autobiografia de Rubén Darío.

Sin embargo, los cubanos están cambiando sus percepciones. En Florida, la mayoría está de acuerdo con levantar el embargo comercial que afecta a Cuba. Y en la isla, la población apoya las reformas, las cuales marchan hacia una especie de socialdemocracia revolucionaria. Muy pocos quieren a estas alturas violencia, invasiones o caídas de régimen. La vía es evolutiva y progresiva. El régimen terminará transformándose en una democracia pluralista de masas y nacionalista, cuando se retire Raul Castro en el 2018. Y por su potencialidad, Cuba emergerá como una fuerza económica en la región.

Los sectores duros del exilio, si no modifican su posición, quedarán fuera del proceso. Y es un riesgo que no pueden aceptar, de allí su dureza e inmovilismo.

García Márquez, simplemente, no se sumó al transformismo de la izquierda latinoamericana que aplaudió a Fidel en los años buenos, y que lo condenó en los años duros del período especial, cuando ya no hubo invitaciones a congresos ni hoteles especiales en Varadero o al Tropicana.

La lealtad del nobel de Literatura, cuando otros abandonaban el barco que se hundía, es algo que no le perdonan ni le perdonarán jamás, ni aunque esté ahora en Macondo con Don Aureliano Buendía, que al mirar el horizonte caribeño, seguro imaginaba a la Cuba, del contrapunto entre el tabaco y el ron.






Eduardo Bueno León, por el mismo. Nació en Perú bajo el Estado Oligárquico y ha vivido en cuatro ciudades. Lima, Bogotá, Madrid y México DF. Ha desempeñado múltiples oficios, pasado por varias licenciaturas y grados, a escrito sobre todo lo divino y casi lo humano. Se ufana de ser inédito y de llevarse bien con los periodistas que lo entrevistan media hora y solo publican tres lineas. Le gusta la política, la literatura, la teoría social, las grandes ideas y las pequeñas realizaciones. También el buen cine y los cuadros de Joan Miró y de su amiga Giomar Cantú. Leal seguidor de Leonardo Favio, Joaquín Sabina y Hector Lavoe, gusta de la soledad, los libros y considera la notoriedad una horterada, pues todos nos vamos a morir. Da clases antisistémicas desde hace varios años en una universidad ubicada en Santa Fe, se lleva bien con los jesuitas y medio mal con la burocracia. También enseña en la gran universidad ubicada al sur de la ciudad de México, donde el tiempo no se divide en años sino en quinquenios. A veces realiza consultorías porque los políticos lo conmueven y da para vivir. Admite no saber para que pueda servir esta introducción, pero a invitación de su amiga Zyanya, la presenta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario