viernes, 18 de abril de 2014

1.- Invitados y Circunstancias, Jaime Panqueva

EL INVITADO DE HOY, JAIME PANQUEVA*
junio 4 y 2012 


Nació en Colombia, pero el amor y, una singular identidad, lo trajeron a México donde se nacionalizó. En el 2009 gana el premio Juan Rulfo, Bellas Artes por su Novela "La rosa de la China". 





ENTRE ESCILA Y CARIBDIS

Llegó el momento de escribir estos párrafos, había eludido la ocasión en parte porque deseaba ver cómo se desarrollaban las campañas electorales. Esperaba, como lo hacía Ibargüengoitia en uno de sus cuentos, a que sucediera un milagro. Pero éste no ha acontecido, y si se habla con esperanza en el despertar de los jóvenes, debo mostrarme de nuevo escéptico cuando estos se autodenominan apolíticos o apartidistas. Han ganado un espacio mediático, pero no han logrado siquiera asomarse a la raíz del problema: México no posee una democracia medianamente funcional, y sigue presa de una corrupción institucional tan desmesurada, que los esfuerzos para combatirla semejan a la tarea de Sísifo con su roca.Aún así, la esperanza en ese invento humano llamado democracia me mueve a hacer este ejercicio a un mes de las elecciones, tal vez con la tarea de justificarme, o mejor, para convencerme a mí mismo por quién depositaré mi voto. Y también, no lo oculto, expresar mis motivos a quien desee conocerlos. Antes que nada, aclaro que en los comicios anteriores, la primera vez que ejercí mi derecho como ciudadano mexicano, anulé intencionalmente mi voto. Rayé la papeleta con palabras bastante procaces y rematé mis insultos con esta leyenda: “Democracia efectiva, no más corrupción”. Confieso que tras los desmanes del 2006 me sentí aliviado de no haber tomado partido ni por el PAN, que gobernó este sexenio para hacerle un favor al PRI, ni por el PRD, cuya actitud dejó a la izquierda lesionada con la propuesta intransigente de AMLO, quien no se tocó el corazón para castigarnos durante meses con el plantón de Reforma. Como tampoco puso el menor esfuerzo para ganar por la vía del derecho o de llegar a algún tipo de acuerdo político inédito para hacer una segunda vuelta. No, en el berrinche minó las instituciones que hasta ese entonces eran el orgullo de la transición. Su decisión visceral le costó, y es muy posible que le vuelva a costar a la izquierda mexicana. En los últimos años he tenido el tiempo y la voluntad para leer, informarme y padecer a un tiempo las noticias diarias en torno a las precandidaturas y los movimientos sociales. Ya no sé hasta dónde puedo indignarme al constatar día a día la voracidad y desfachatez de lo que llaman clase política mexicana. Mi desencanto, como el de muy pocos connacionales, llegó al límite cuando vi cerradas a cal y canto las puertas de la reforma política para la creación de nuevas asociaciones partidistas y, de facto, para candidatos independientes que no dependan de las mafias ya establecidas y con larga trayectoria en la exacción del erario público. Considero tan antidemocrático, como insólito, que sólo podamos tener alguna esperanza de sacudirnos la coprocracia actual hasta el año 2015. Esto, por supuesto, si los legisladores de turno no deciden prorrogarlo de nuevo, como si se tratara del famoso cuento garciamarquiano del gallo capón. También me sorprende que muchos analistas serios le den mayor prioridad a promover la reelección de cargos legislativos que a la apertura del escenario político.No ahondaré en esto, el escenario está dado, y por respeto al esperpento democrático es forzoso decidir entre lo que hay. Por ello, de antemano diré que no anularé mi voto: en esta ocasión el riesgo es demasiado grande. Igual que Ulises, si deseamos llegar a la isla anhelada de Ítaca, debemos hacernos a la mar.Circe, la diosa hechicera, al permitir que Odiseo abandonara la isla de Eea donde fue su prisionero por un año, le advierte sobre los terribles peligros que deberá enfrentar en su viaje de regreso al hogar. Le describe las Rocas Errantes, un conjunto de islas que causaban el naufragio de cualquier embarcación que no contara con el favor de algún dios. Ya lo dije al principio: el milagro, hasta el momento en que escribo estas líneas, no se ha manifestado.Para poder tornar a su reino, Ulises debe escoger entonces una ruta que se acerca forzosamente a dos monstruos letales: Escila, un ser con seis cabezas y doce patas[1], que engullirá sin falta a media docena de sus hombres; o Caribdis que sorbe y escupe el agua del mar haciendo naufragar cualquier embarcación que se le acerque. Ulises sólo puede, como nosotros en esta oportunidad, escoger el menor de los males que le acechan.En mi análisis, el PRI representa a Caribdis y, como su alegoría homérica, continúa sorbiendo la riqueza de este país de forma impune, porque aquellos que recibieron el mandato hace doce años, y un refrendo hace seis, para desmontar la estructura perversa de monopolios, corrupción y desigualdad, se convirtieron muy rápidamente en sus cómplices. Fueron sorbidos por el monstruo, que fingió alejarse y lentamente regresó a ocupar la casa, cuarto por cuarto, como en el cuento de Cortázar. Me lo comentó en una ocasión Jorge Zepeda Patterson: “lo peor es que va a regresar sin tener siquiera que lavarse la cara”. Sé que a este mismo grupo de zoología mitológica pertenece el PANAL, aunque se arrope bajo una piel de oveja para despistar a los más ingenuos. Me aflige pensar que los votos para este partido le aportarán más dinero al fondo quirúrgico-estético de la lideresa del SNTE, o se despilfarrarán en sus ya conocidas rifas o shopping-tours. Vuelvo a indignarme porque ningún medio se ocupa de dar voz a los posibles disidentes de esta organización, ¿será que no existen? ¿Son tan absolutas y castrantes las formas de control emanadas de la lógica priista, que no existe un maestro inconforme con la forma en que se conduce su sindicato? ¿A eso estaremos condenados como país si acercamos la nave a Caribdis?Ahora observemos al otro engendro, aquel que esconde sus numerosas patas y cabezas en la cueva que corona el escollo altísimo, colindante con el cielo. De aquellas elevaciones parece descendido el candidato de promesas mesiánicas, Andrés Manuel López Obrador. Escila desconcierta porque amalgama intelectuales y gente virtuosa, de la Fuente, Ebrard, Taibo, con tránsfugas como Camacho y Bartlett, o gángsteres como Bejarano. Su discurso oscila como las voraces fauces del monstruo entre el amor al prójimo y el revanchismo más primitivo. Como Ulises no tengo otra opción, acercaré la nave a AMLO porque comparto varios de los puntos expresados en su decálogo. Me atrae más su discurso en contra de los monopolios y el agiotismo, que la necedad de aumentar los subsidios a los combustibles fósiles. Confío en que si gana y no hace bien su trabajo, podré salir a la calle a gritarlo sin miedo a que me golpeen porros, como en Córdoba hace unas semanas, o me violente la policía estatal, como en Atenco.También, y no lo escondo, votaré por la izquierda para saldar una deuda personal, una que arrastra esta mediocre generación colombiana a la que pertenezco. Nosotros permitimos el aniquilamiento de la UP por la extrema derecha sin haber alzado la voz. Pero es pertenece a otro costal, vuelvo a México: considero que con la izquierda será más factible abrir el espacio político, crear nuevas asociaciones locales o nacionales alternativas al caciquismo secular. Es posible, es necesario. Al contrario de los grupos estudiantiles, me declaro político y partidista, empuño mi remo para hendir las olas con la vista puesta en el peñasco de Escila. Soy consciente de que no saldremos intactos de este trance, pero estoy convencido de que es momento de tomar partido, de no anular el voto.Hay mucho en juego: Caribdis nunca aplacará su sed y desea seguir sorbiendo de forma impune a México. Volverlo a sacar de la madriguera va a ser mucho más difícil. Como Ulises, visto mis ínclitas armas y aguardo la embestida que se aproxima.


*Invitados y circunstancias es un espacio plural donde las voces de diferentes autores pueden expresarse. Los textos que aquí aparecen son personales y revelan las posiciones de sus autores; Editorial Tariyata no comparte forzosamente dichas opiniones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario