lunes, 28 de octubre de 2013

29.- Antología poética; Carlos & Zyanya, Alrededor de Icaro



"Intelectual, aprende a morir"
Ejo Takata


No haber caído, como otros de mi sangre, en la batalla. Ser en la vana noche él que cuenta las sílabas
J.L. Borges (Tanka)



La caída de Ícaro, Peter Brueghel el viejo

El arte es un juego de paráfrasis, de repeticiones y vaivenes.  De la historia de Ícaro que cayó del cielo por acercarse demasiado al sol Brueghel pintó un cuadro.  Ovidio cuenta que Dédalo, creador del laberinto para encerrar al minotauro producto de los amoríos entre la reina Pasifae y un toro, fue encerrado por orden del rey Minos.  Para huir de la torre Dédalo inventa unas alas de plumas pegadas con cera.  Le advierte a su hijo de no acercarse mucho al sol pues la cera puede derretirse.  Pero su hijo Ícaro embriagado con el vuelo no escucha al padre y vuela tan alto que la cera se derrite y cae al mar...  
De alguna manera todos nos embriagamos con la existencia para luego caer y caemos porque el porvenir es la caída.  Sin embargo de la decadencia inexorable surge una forma de belleza, una luz indiferente e invisible para los demás.  Por eso del cuadro de Brueghel, donde los brazos de Ícaro sólo ocupan una esquina, tres poetas se inspiraron: Auden con "Musée des Beaux arts", Wiliams Carlos Wiliams con "Landscape with the fall of Icarus" y Robert Walser con "Boceto para una caída de Ícaro".  
En esta entrada sólo aparecen el poeta americano, médico de profesión, y el silencioso Walser quien al final de sus días ingresó en el manicomnio, como diría Canetti el monasterio de la época moderna.  


Wiliam Carlos Wiliam
Rutherford, New Jersey
(1883-1963)

@CarlosAzar
@ZyanyaMariana


Landscape With The Fall Of Icarus

According to Brueghel
when Icarus fell
it was spring
a farmer was ploughing
his field
the whole pageantry
of the year was
awake tingling
near
the edge of the sea
concerned
with itself
sweating in the sun
that melted
the wings' wax
unsignificantly
off the coast
there was
a splash quite unnoticed
this was
Icarus drowning 

Foto: Lisa Larsen Getty Image


PAISAJE CON LA CAÍDA DE ÍCARO
(Versión Eugenia Stracali)

Para Brueghel,
cuando Ícaro cayó
era primavera
un labrador araba
la tierra
todo el esplendor
del año
iba
despierto y hormigueaba
a la orilla del mar
absorto
en sí mismo
transpirando al sol
que derretía
la cera de las alas
insignificante,
no lejos de la costa
había
un chapoteo inadvertido
ése era
Ícaro ahogándose

William Carlos Williams





Robert Otto Walsser
Biel- Herisau, Suiza
(1878-1956)

Walser 1907



SCHIMMERNDE INSELCHEN IM MEER


Schimmernde Inselchen im Meer

Fregatten kommen von irgendwoher,
auf den Inseln gibt‟s anscheinend viel Kultur,
so gegen neunzehn bis zwnzig Uhr
abends mag‟s sein,
doch nein,
noch nicht so spät, denn ein Ackerer,
so ein emsiger Batzenzusammenrackerer,
arbeitet noch auf dem Feld
als landwirtschaftlicher Held,
der spielt sein Spiel, verdient sien bisschen Geld,
die Erde ist schwärzlich braun.
Einer mit Flügeln will sich anvertau‟n
den Lüften, wir werden später
sehen, wie er wedelt im Äther.
Wunderbar verschmitzt
schaut der Mond aus, einer sitzt
staunend ob dem Tempel der Natur
auf einem vorgeschichtlichen Stein,
betrachtet weiter nur
ein singendes, fliegendes, in‟s Zwitschern verliebtes Vögelein,
indes seine Schafe, sich selbst überlassen,
friedlich im blassen,
rötlich geschmückten Abendland
weiden. O weh, eine Hand
gestikuliert in stürzendem, stummem Hilfeschrei‟n
von oben herunter,
und wie der Meeresbusen munter
lächelt mit höchstem Gezier, denn der schwur,
er wolle die Schwere
nun überm Meere
besiegen, sich mit der götlichen Schönheit im Azur
selig vermählen und Wurzeln
am Lande verlachen, nun wird er im Purzeln
zum ausgezeichneten Meisterlein
und wird sich jetzt verhältnismäβig klein
vorzukommen haben.
Anerkennenswert sind immerhin die Gaben
der Unternehmungslust, was ich hier schrieb,
verdanke ich einem Brueghelbild, das im Gedächtnis mir blieb
und wenn ich die höchste Achtung zahlt‟,
weil mir schien, es sei vortrefflich gemalt.
Allem Streben,
über das gemeine Leben
uns emporzuheben,
ist ein Ziel gesetzt im Leben.

Robert Walser



Walser en uno de sus paseos en el asilo de Herisau




BOCETO PARA LA CÁIDA DE ÍCARO
(Ante la pintura, traducción Rosa Pilar Blanco para Editorial Siruela)

Islitas relucientes en el mar,

fragatas de incierta procedencia,

las islas atesoran gran cultura,

así, entre las diecinueve y las veinte horas

o sea, al anochecer,
mas, no,
aún no es tan tarde pues un campesino,
uno de esos hombres laboriosos que se desloman para
reunir unas monedas,
trabaja todavía en su campo
como un héroe agrícola,
juega su juego, gana su magro dinero,
la tierra es pardo negruzca.
Un ser alado a punto está de confiarse
al aire, más tarde lo veremos
agitándose en el éter.
De maravillosa picardía
la mirada de la luna, uno se sienta
admirado sobre el templo de la naturaleza,
encima de una piedra prehistórica,
limitándose a contemplar
a un pajarillo canoro, volador, enamorado de sus trinos,
mientras sus ovejas, abandonadas a sí mismas,
pacen tranquilas en el pálido poniente
adornado de tonos rojizos.
¡Ay, dolor!, una mano
gesticula en mudo grito de ayuda desplomándose
desde lo alto,
y cómo sonríe, alegre, la bahía
con máxima afectación, por él juró
que vencería la gravedad
sobre el mar,
se casaría feliz
con la divina belleza en el azur
y se burlaría de las raíces en la tierra, mas
se convierte en excelente maestrillo en volteretas
y ahora habrá percibido
su relativa pequeñez.
No obstante, loables son los dones
del espíritu emprendedor, lo que he escrito aquí
se lo debo a un cuadro de Brueghel enraizado en mi
memoria
y al que tributé el máximo respeto
porque me pareció una espléndida pintura.
Cualquier afán
por elevarnos
sobre la vulgaridad
tiene un límite en la vida.

Robert Walser



1 comentario:

  1. El poema original tiene un final "esperanzador" que se presta a la "sabidurîa". Asî, por ejemplo, dice esta mujer:
    "Para Walser, o „vôo‟ era artístico, poético. E, segundo ele, vale a pena. Vale a pena sonhar, tentar ir mais longe e ver no mar/mundo que, “mit höchstem Gezier”, troça do desejo de Ícaro de se unir “mit der göttlichen Schönheit der Azur”9, de se transformar numa daquelas pequenas ilhas cintilantes que não se deixam engolir pelo mar.
    La traducciôn al espanol, al traducir "Ziel" por "lîmite" introduce una bella casualidad: hay màs belleza en dejarse "engolir" (tragar) por el mar que en la futil empresa de Icaro.

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