lunes, 6 de mayo de 2013

11.- Antología poética; Carlos & Zyanya



Situado en alguna nebulosa lejana hago lo que hago,
para que el universal equilibrio de que soy parte
no pierda el equilibrio.

Antonio Porchia




Ilustración de César López para la colección "Nuestra América" de Editorial Tariyata



Los mexicanos estamos tan cerca y tan lejos de los argentinos.  Ellos se enorgullecen de su capital afrancesada nosotros nos avergonzamos de nuestra identidad amerindia pero los dos venimos y vamos de historias paralelas.  
Hoy tres botones sureños, no por ello menos mestizos, de Nuestra América; mi amado Porchia, Juarroz y Bayley.



  

Roberto Juarroz
(Provincia de Buenos Aires, Argentina, 1925-1995)
@Carlos Azar



Poesía vertical II

Inventar el regreso del mundo
después de su desaparición.
E inventar un regreso a ese mundo
desde nuestra desaparición.
Y reunir las dos memorias,
para juntar todos los detalles.
Hay que ponerle pruebas al infinito,
para ver si resiste.

Roberto Juarroz














Edgar Maldonado Bayley
(Buenos Aires, Argentina 1919-1990)
@ZyanyaMariana




Los hombres y los años

a uno y otro lado de la muralla
los años quedan clausurados en su primer regazo
en los ojos abiertos hasta el amanecer

hablo de la sed y el sueño líquido del hombre
de los deseos de la esperanza el insomnio en el extremo del valle
del enjambre de la memoria y nuestras mandíbulas fuertes
del temblor la ronca membrana de los rieles
y el humo del poblado

hablo de los vidrios lentos a la madrugada
de la parturienta amenazando la medianoche
con sus gritos y sus cadenas puras
hablo de los fusiles y la sangre fluyente
herida
descompuesta
de las horas por llegar
de los frutos de la ternura
de los ojos digitales
mezclados a la multitud en las manifestaciones

hablo del amor adolescente
y de las ventanas del alba
de los expedicionarios perdidos
inmóviles en espera de la claridad
hablo de los niños y la demencia lindando la poesía
de la mentira la humillación las torturas renovadas

hablo de cosas simples
en las manos extendidas
gratuitas

es necesario inventar el mundo
iluminar los ojos
ver la extensión abierta a nuestro impulso
una rama en la luz
acunada por las voces de los héroes anónimos
castigada por el peso muerto de los consuelos

la alegría de las conversaciones ingeniosas
el contagio de los sentidos
el buen apetito la sed de buena ley
el olvido y la palabra absorbidos en la fronda
la siesta a ras del suelo
el debate moroso de los reptiles
el plácido quejido del pajonal
el polvo del camino ahogando las viñas
el apremio de las multiplicaciones
el vacío irremediable
del signo viejo y nuevo

Edgar Bayley (Buenos Aires, 1919-1990),

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