viernes, 29 de marzo de 2013

Habemus Papam, en tres actos; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA, Joseph Aloisius Ratzinger


 ZyanyaM
"Habemus Papam"
Joseph Aloisius Ratzinger; publicada
EL DOMINGO 25 DE ABRIL Y 2005 
OPINIÓN, PERIÓDICO MILENIO






LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA; 
Habemus Papam, en tres actos;

 1.-Crónica de un Patriarca; Joseph Aloisius Ratzinger


Poco menos de dos horas bastaron, después de la aparición de Ratzinger (1927), en el balcón de San Pedro, para que el Observatorre Romano sacara una edición especial del Papa 265, Benedicto XVI.  Para muchos el anuncio no fue sorpresivo.  Desde principios de año, frente a la degradación de la salud de Juan Pablo II, la prensa norteamericana y, otras posteriormente, habían especulado acerca de la posible sucesión del cardenal Ratzinger.  Rumor sustentado por el indudable brío intelectual del bavarés y que dividía  a la opinión.


Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger
Para algunos era el cardenal más detestado de la curia que solía humillar a sus colegas pero para otros, era la superioridad intelectual y espiritual.  En todo caso una mezcla de factores, como la sinceridad indefectible del papa Wojtyla que lo había mantenido, contra viento y marea, en su puesto de guardián de la doctrina durante 23 años y, una cierta elegante soberbia del personaje lo convirtieron, las últimas semanas de Juan Pablo II, en un heredero natural.  No era su delfín, no es la tradición, pero le confió susurrante la meditación del cristo en la cruz.  Así  el Viernes Santo, un 25 de marzo, todo se confundía : Un Jesús agonizaba mientras otro resucitaba denunciando “las manchas de la Iglesia”.  Después, todo se encadenaría  muy rápido. 


Benedicto PP XVI (19 abril y2005-renuncia 11 febrero y 2013)
Papa #265, Profecía de Malaquías Papa #111, "la Gloria de los olivos"
Los benedictinos tienen el símbolo del olivo.



Los cardenales todavía sorprendidos por la muerte del pontífice, e inexpertos frente a la preparación del cónclave, vieron en él un maestro natural: Ratzinger quien presidiría las exequias, quién pronunciaría un sermón sorprendente, recibiría también las condolencias del mundo.  Fue él, que para evitar presiones, da la consigna del secreto absoluto del precónclave.  Involuntariamente las miradas de los jóvenes cardenales convergen en él buscando el pilar de una iglesia fuerte.


Giacomo Paolo Battista della Chiesa,
hijo de marqueses.
Benedicto XV, Papa #258 (1914-1922)
Profecía de Malaquías #104 "La religión devastada"

2.- La regla monacal

Benedicto, el bendecido, bien puede aludir a su antecesor Benedicto XV (1914-1922).  Teólogo como él y, acusado de conservador, fue el papa del derecho canónico de 1917.  De férrea disciplina, abogó durante la primera guerra europea por una “paz justa y durable” y señaló la carnicería que “deshonraba Europa”.  Muy consciente de la europeídad y, su misión civilizatoria, se abocó a la “obra misionera” y justificó la disciplina antimodernista.  Sin embargo, el nombre de ambos recuerda a san Benito(480-547) fundador del monaquismo benedictino y su regla, pilar del monaquismo e inspirada en la “regla del maestro”.  Este patriarca monacal  intentaba facilitar la conversio morum: “La vocación del monje es la misma vocación del bautizado… llevada a su culminación”.  En una época sin monjes concebir el papado como una gran monasterio “una escuela al servicio del señor” es no sólo simbólico sino profundamente realista.  Cabe recordar que la orden benedictina equilibraba su existencia entre el trabajo y la oración (ora y labora).  Esfuerzo constante para no depender de las vicisitudes externas y oración, entendida como alejamiento (conversión) del mundo.

Curiosamente este tercer voto: Conversión “separado del mundo” pasó a ser, paradójicamente, un factor de civilización en occidente.  Popularmente solemos creer que la espiritualidad y el conocimiento son exclusivamente para aquellos que se han alejado del mundanal ruido.  Al elegir como sucesor de San Pedro a un alemán, “protestador” como Lutero y prefecto de la congregación para la doctrina de la fe (ex Santa Inquisición), la Iglesia católica no priorizó la continuidad… sino la eternidad.





3.- San Benito, Patrón de Europa


San Benito de Nursia (480-547)
 Los católicos latinoamericanos suelen olvidar que el catolicismo no sólo es una religión importada, sino un pilar de la hegemonía europea en el mundo. Fue el primer instrumento colonizador en el llamado “Nuevo Mundo” y ha reforzado constantemente el sistema mundo-europeo (Europa, riqueza y centro del mundo frente a un planeta periférico y pobre). Quizás por ello Leonardo Boff, representante de la Teología de la liberación y, ex franciscano, haya afirmado que el nuevo papa favorecería  la globalización y el hambre en el mundo: “Temo por el futuro de la Iglesia que va a radicalizarse, sin el carisma de Juan Pablo II (...)”  Quizás, lo cierto es que las verdaderas inteligencias nunca van al ritmo de las modas.

Entrada a la abadía de Cluny...
lejos del mundanal ruido
Si el mundo le ha dado la espalda al catolicismo tradicional, un católico inteligente no está obligado a hacer lo mismo; por el contrario debe buscar en los orígenes aquello que fundó la grandeza de la Institución.  Esa era la línea de Juan pablo II y la del nuevo papa, estemos o no de acuerdo.  Ambos restauran la grandeza eurocéntrica y la Edad Media, Benedicto XVI sin el Mass media de Juan Pablo II.  No es casual que Ratzinger se oponga tajantemente a la inclusión de Turquía en la Comunidad Económica Europea: “La integración de Turquía  a la Unión europea sería un gran error (…)  Turquía debe ser respetada en sus valores identitarios.  Debe formar un continente cultural… con los países árabes" (2004).  Al fin y al cabo el Islam es el gran enemigo de la Europa blanca y cristiana desde antes de las cruzadas.  La prensa ha enfatizado: "Islam versus occidente", "liberal versus conservador"; desgraciadamente la vida es más compleja que las divisiones maniqueas.


El último gran oblato (ofrecido),
acatando la Regla de San Benito
¿Conservador?, en sus años mozos se le identificaba como el brazo derecho del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia, y uno de los militantes del ala reformista de la Iglesia.  En esa época,  Ratzinger defiende la “descentralización” en el gobierno de la Iglesia y las reformas a los métodos del Santo oficio.  Muy pronto el Reformador se estremece, dicen, frente al nihilismo de los años 60’s.  Sin embargo dos experiencias transgresoras mutaron al futuro papa: 1) la aplicación anárquica del Concilio Vaticano II y, 2) los eventos de mayo del 68.
No debería  extrañarnos, el 68 marca una ruptura radical poco estudiada en sus consecuencias.  Una fisura que se manifiesta como crisis económica (fin del crecimiento industrial sostenido), política (enfrentamiento a las propuestas europeas de desarrollo: tanto capitalista en América latina como socialista en Europa central), colonial (critica al imperio a partir de los procesos traumáticos de descolonización) y, finalmente, las más importante para un teólogo, la ideológica.  Ratzinger intuye, que el mayo del 68 inaugura un pensamiento deconstructivista que desacraliza la columna vertebral del poder europeo de  los últimos 500 años.  Los valores absolutos ceden a "la Imaginacion al poder".  La condena a la “dictadura del relativismo” también censura las historias de poder y sexualidad de un Foucault homosexual; la inclusión de la otredad de un Levinas judío y los principios subjetivos de un Derrida laico.  

Orden de san Benito, OSB
Orden contemplativa, de claustro y silencio.
Diciplinados bajo la Regla 
En ese mismo sermón del 18 de abril, afirmará que “a mayor asimilación de una religión al mundo mayor su superficialidad” (Voto benedictino de "Estabilidad").  El miedo al relativismo no es exclusivo del nuevo Papa, es un fantasma que recorre tanto al europeo medio, amenazado por las migraciones tercermundistas; como a los pensadores hegemónicos intimados por la popularidad de otras culturas.  Es cierto que su critica al relativismo no deja de tener ciertos fundamentos: la oferta religiosa actual se ha convertido en un mercado para satisfacer egos y deseos masivos; pero no en todos los casos.  A sabiendas de ello, su respuesta ecuménica para otras religiones antiguas y fuertes, es muy clara: “La iglesia universal, una, santa, católica y apostólica; no es la hermana, mas la madre de todas las Iglesias…" (octubre 2000). 


Su perspicacia lo lleva más lejos de las humanidades y sostiene, en su conferencia en Nôtre Dame, Paris (abril 2001) el sometimiento de la ciencia a la fe:  “Sin fe la ciencia deviene cruel y pierde criterios”.  Digno heredero de San Agustín (su tema de tesis de licenciatura se tituló: El pueblo de Dios en San Agustín), no se ha dejado deslumbrar por los brillos paganos y los devotos del dios-ciencia.  Sabe que las especulaciones e investigaciones del AND terminarán por cuestionar la existencia del alma.  En efecto, más allá de la miseria humana que contrabandea, mata y paga para obtener órganos; el transplante y cultivo de células implica una pregunta fundamental para la cristiandad: ¿cultivar genes significa cultivar pedazos de alma?  Qué decir al respecto, tan sólo que el sol no gira alrededor de una tierra de superficie plana y que el hombre no es el centro del mundo.

Zyanya Mariana, abril y 2005



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