lunes, 25 de febrero de 2013

1.- Antología poética; Carlos & Zyanya

Cuando uno escribe, el lector es uno.
Jorge Luis Borges




Dicen, en las platicas de cantina o en los pasillos de las ferias del libro, que los novelistas sólo leen novelas, que los dramaturgos son empresarios de las letras, que la poesía nadie la lee ni siquiera los poetas y que el único escritor que no discrimina y lee de todo es el ensayista.  Puede ser, sin embargo la poesía es la único que vuela.










Esta semana dos mexicanos Othón y Chumacero (¿Será por la decena trágica y la muerte de Madero?), hablando del amor y por supuesto del desamor.  




ENVÍO


En tus aras quemé mi último incienso

y deshojé mis postrimeras rosas.

Do se alzaban los templos de mis diosas

ya sólo queda el arenal inmenso.

Quise entrar en tu alma, y qué descenso,

¡qué andar por entre ruinas y entre fosas!
¡A fuerza de pensar en tales cosas
me duele el pensamiento cuando pienso!
¡Pasó...! ¿Qué resta ya de tanto y tanto
deliquio? En ti ni la moral dolencia,
ni el dejo impuro, ni el sabor del llanto.
Y en mi ¡qué hondo y tremendo cataclismo!
¡Qué sombra y qué pavor en la conciencia,
y qué horrible disgusto de mi mismo!

Manuel José Othón






Alí Chumacero (1918-2010)
México, Nayarit
@Zyanyamariana



Poema de amorosa Raíz

Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.
Antes que luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides;
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.
Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.
Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo.

Ali Chumacerro












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