domingo, 24 de febrero de 2013

0.- Antología poética; Carlos & Zyanya

Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mi me enorgullecen las que he leído"
Jorge Luis Borges




Independientemente de las notas; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA y CRÓNICAS MESTIZAS; añadiré cada semana dos poemas, uno de @CarlosAzar y otro de su servidora @Zyanyamariana.  
La Antología C&Z, un capricho de gustos, se podrá ver completa en la página, de este mismo blog, con el rimbombante y supercomercial nombre de "Antología poética; Carlos & Zyanya



Carlos Azar, Cuauhtemoc Cuacuas y Zyanya Mariana,
un día en Veracruz



Esta es un Antología poética.  El escritor y poeta, Carlos Azar y yo, hemos decidido publicar algunos poemas.  Todo inició porque nos los regalábamos como talismanes.  Era una forma de convocar palabras para protegernos y vincularnos en el camino.     
No son últimos ni prístinos, tampoco son los mejores; son simplemente los poemas que más nos gustan.  No lo hacemos con afanes de orden o pretensión alguna, a lo mucho queremos recopilar la belleza de los versos más amados, las páginas con historia o que nos han trastocado; en fin los textos más significativos de dos amigos, que una vez a la semana, se regalan palabras.  
Es así una Antología subjetiva, como son todas las antologías.
Ojalá que la disfruten tanto como nosotros; dos amigos de la vida, la palabra y el camino. 







José Asunción Silva (1865-1896)
Colombia
@CarlosAzar


NOCTURNO III


Una noche
Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
Una noche
En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
A mi lado lentamente, contra mí ceñida, toda,
Muda y pálida
Como si un presentimiento de amarguras infinitas,


Hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara,

Por la senda florecida que atraviesa la llanura florecida

Caminabas,

Y la luna llena

Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,

Y tu sombra

Fina y lánguida,

Y mi sombra

Por los rayos de la luna proyectada

Sobre las arenas tristes

De la senda se juntaban

Y eran una

Y eran una
Y eran una sola sombra larga!
Y eran una sola sombra larga!
Y eran una sola sombra larga!
Esta noche
Solo, el alma
Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
Separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,
Por el infinito negro
Donde nuestra voz no alcanza,
Solo y mudo
Por la senda caminaba,
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
A la luna pálida,
Y el chillido
De las ranas,
Sentí frío, era el frío que tenían en la alcoba
Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
Entre las blancuras níveas
De las mortuorias sábanas!
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte
Era el frío de la nada...
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectada,
Iba sola,
Iba sola
¡Iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra esbelta y ágil
Fina y lánguida,
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Como en esa noche llena de murmullos de perfumes y de músicas de alas,
Se acercó y marchó con ella
Se acercó y marchó con ella,
Se acercó y marchó con ella... ¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras que se buscan en las noches de negruras y de lágrimas!...

José Asunción Silva








Wislawa Szimborska (1923-2012)
Polonia
@Zyanyamariana

LAS NUBES


Con la descripción de las nubes
debería darme mucha prisa,
después de una milésima de segundo
dejan de ser ésas y empiezan a ser otras.

Es propio de ellas
no repetirse nunca
en formas, matices, posturas y orden.

Sin la carga de ningún recuerdo
se elevan sin problemas sobre los hechos
¡De qué van a ser testigos!,
en un segundo se disipan en todas direcciones.

En comparación con las nubes
la vida parece tener los pies sobre la tierra,
se diría que es inmutable y prácticamente eterna.

Frente a las nubes
hasta una piedra parece un hermano
en el que se puede confiar
y las nubes, nada, primas lejanas y frívolas.

Que exista la gente si quiere,
y después que se muera uno tras otro,
poco les importan a las nubes
esas cosas
tan extrañas.

Sobre toda Tu vida
y también la mía, aún incompleta,
desfilan pomposas igual que desfilaban.

No tienen la obligación de morir con nosotros.
No necesitan ser vistas para poder pasar.


Wislawa Szymborska 


 


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