miércoles, 16 de enero de 2013

CRÓNICAS MESTIZAS; Una escritora y su perra De lobos, perros y paraísos perdidos 2da parte


Zyanya Mariana





“Los perros aman a sus amigos y muerden a sus enemigos;

muy distinto de la gente, que son incapaces de amor puro y tienen siempre que mezclar el amor y el odio en sus relaciones de objeto”

Sigmund Freud,
a quien le gustaban las perritas de raza chow







CRÓNICAS MESTIZAS; Una escritora y su perra
De lobos, perros y paraísos perdidos (segunda parte)

Janikuá, mi cachorrita, trajo muchos regalos a la casa.  Como su nombre, Lluvia, trajo agua para que fluyera caudalosa por nuestras vidas.  Sus exigencias de vida: comer, defecar, salir a caminar, jugar y compartir el espacio, me permitieron entender a cabalidad lo que significa la energía, la armonía (a veces cruenta) de la naturaleza y la tenue división existente entre animales y hombres que, en tanto seres racionales, insistimos en ensanchar.  Recordé el poema de Milton, El paraíso perdido, y su racionalísimo Lucifer más preocupado por el orgullo y la venganza que por el gozo de la vida.  Encrispada en medio de una crisis, un cuestionamiento profundo, un removerme las entrañas, regresé como siempre a la Kundalini.


Lucifer, en el Paraíso perdido, grabado de Gustave Doré


La tradición india explica que Kundalini es una serpiente del grosor de un pelo de jabalí enroscada tres veces en el ano recto.  Al dormir impide que su energía, Sakti (Shakti) suba por la columna vertebral y atraviese los cinco cacras (chakrá) que desembocan en Sahasrãra; la coronilla, la fontanela de los bebés, el cacra número 7.  Si los ríos desembocan en el mar la Kundalini se abandona a la totalidad.  En realidad esta serpiente es sólo una metáfora de la conciencia universal; un camino sinuoso que debe irse construyendo a lo largo de la vida. 




El poder divino, Kundalini brilla como el tallo de una jóven flor de loto.  Como una serpiente, enrollada alrededor de sí misma, mantiene su cola en su boca y permanece medio adormecida en la base del cuerpo.

Yoga Kundalini Upanishad (1.82).


Para la tradición hindú todos nacemos en el cakra número 1: Mulãdhãra; ya sean insectos, seres marinos, aves o mamíferos.  Ese primer ciclo está situado en el ano recto y su conciencia se limita a buscar el alimento, la reproducción y evitar la muerte.    Comparten este tipo de energía los animales y los niños que fluyen cual cachorros sin dividir a las hembras de los machos.  Son todos como niños menores de 7 años, lobeznos, cachorros o bebés que siguen sonrientes a sus padres, confiando en ellos cual absoluto; sin importarles quienes son en términos de clase social, raza, religión o nacionalidad.  Con la edad de la razón, los 7 según los Ilustrados, los crios humanos se convierten en niños y niñas y rompen el hilo invisible que los une a la madre.  Para mi fue muy claro ese rompimiento mientras observaba como nacía en mi hija la idea del tiempo.  De repente mi niña, tenía memoria, recuerdos y opiniones, las más de las veces basadas en sus estados de ánimo otras eran repeticiones de la escuela, la tele o la publicidad.  Cuando era niña chiquita sólo vislumbraba la alegría por eso cuando se peleaba con un niño al minuto se reconciliaba; como los perros.  Sin embargo a partir de los 7 años empezó a preguntar acerca de los oficios de las personas y a constatar el aspecto físico.  A los 9  se desataron las preguntas relacionadas al trabajo, al dinero y las cosas materiales.  Supe entonces que la armonía que la vinculaba al universo se había fisurado mientras mi individualidad acechaba.  Los cristianos lo llaman la Expulsión del paraíso”, la modernidad la pubertad que anuncia la adultez, el sentar cabeza y el volverse racional.    




En el mundo adulto el gozo se olvida.  Nos llenamos de miedo y de deseos, unos más banales que otros, y olvidamos el feliz abandono.  Elegimos profesiones, parejas, amantes en base al cálculo y la conveniencia.  Nos justificamos con la historia familiar, nos volvemos orgullosos y competitivos, amoldamos los recuerdos con el corsé de nuestros rencores y planeamos el futuro en función de los frutos anhelados: siembra un árbol, escribe un libro y ten un hijo…, aconsejamos, …para perpetuarte, callamos.  Pobres seres nacidos de nosotros que deben cargar con los apellidos, la cultura, la familia, la religión y la continuidad...  Jaulas de sufrimiento afirmará Foucault, el pensador francés, jaulas que los perros intuyen y expresan como agresión.

Para obtener la Fuerza en las
tradiciones herméticas se necesita
el abandono (la fe) que sólo se obtiene
con el regreso al estado virginal.
El arcano XI, Tarot de Marsella
Antes de la llegada de Janikuá sabía que el budismo pregonaba, para dejar de sufrir, encauzar el deseo y enfrentar los miedos aspirando al nirvana. Sabía también que el hinduismo insistía en la armonía de cakra número 1 pero no entendía, como buena universitaria racional, qué significaba regresar al estado virginal y fluir con la armonía del universo.  Los perros, como los niños, viven perennemente en un presente que fluye. Les duele la vida y sufren un instante pero olvidan pronto.  No son rencorosos, no recuerdan y no calculan; no esperan frutos de sus actos sólo obtienen experiencias que les permiten sobrevivir.  Tal cual el lobo su ancestro. 



Los lobos grises, fueron abundantes en el norte de los EU y sur de Cánada.  A partir de los años 30's fueron cazados indiscriminadamente.  Se les acusaba de depredadores que amenazaban el ganado, olvidando que los lobos cazan asertivamente.  La especie fue registrada en peligro de extinción en 1973.
En 1995 en la reserva de Yellowstone fueron introducidos 66 lobos como parte de un experimento.  Fue tal el éxito que los lobos han contribuido a la mejora del ecosistema pues han disminuido la cantidad de alces lo que ha beneficiado en nuevas formaciones de árboles y arbustos.  


Mirando los documentales de lobos -para entender lo animal y lo perruno en Janikuá y no tratarla como ser humano- descubrí que todo lo que constituye un lobo: los dientes, los ritos jerárquicos, el finísimo olfato, el pelaje y la fidelidad de estos “depredadores”-, está organizado para asegurar la procuración de alimento, la controlada reproducción y la sobrevivencia de la especie.  El lobo no pide frente a un altar “salud, amor y dinero” como el hombre pero ambos mamíferos esperan lo mismo de la existencia antes de que llegue la muerte.  Animales de manada, obedecen a un líder (macho o hembra) fuerte, sereno y certero -curioso la sociología llama a eso carisma-, que encabeza la cacería mientras los demás lobos se sincronizan; también decide la reproducción del grupo.  Si el territorio es abundante en alimento la hembra alfa y quizás la beta se reproduzcan pero si escasea el alimento sólo podrán aparearse los líderes: la pareja Alfa de la manada.


Nacer, reproducirse y morir, nada más...
Durante la infancia los lobeznos son alimentados todos los días y cuidados por “una loba niñera”.  Ellos juegan sin preocupaciones hasta que cumplen un año y deben aprender el arte de cazar.  La adultez es un período de dureza, puede significar cazar con los adultos, expulsión de la manada si son muchos los jóvenes o encuentro con una loba y creación de la propia manada.  ¿no es acaso como funcionamos los seres humanos aunque nos vistamos de cultura?

También pienso que deben abrirse las fronteras para el libre tránsito de los seres humanos, tal como circulan las mercancías y los capitales.  Pues estoy convencida que somos de todas partes, que el origen es hacia donde vamos y no de donde venimos, y que sólo es perfecto aquel para quien el mundo entero, amado y asombroso, es como un país extranjero.



Zyanya Mariana

Si quieres seguir leyendo CRÓNICAS MESTIZAS 

Una escritora y su perra, ve al índice

Casa tomada, 1era parte

De lobos, perros y paraísos perdidos 2da parte

Como la tinta y la palabra 3era parte

Buen viaje maestra 4ta parte

 


2 comentarios:

  1. Zyanya, como alguien dijo ya, es un placer leerte. Muy interesante. Un abrazo cariñoso.

    Carmen Amato

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