lunes, 22 de octubre de 2012

Apostillas, Del mundo de Julius al mundo de Bryce; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA

Apostillas, Del mundo de Julius al mundo de Bryce; 


LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA 



Cuatro grandes del llamado Boom latinoeamericano;
Córtazar, Vargas Llosa, García Mérquez y Fuentes



Eduardo, 
antes que nada gracias por el comentario a mi blog aunado a tu correo donde me planteas tu opinión acerca del caso Bryce.  Me gusta este altercado pues desde mi perspectiva opinar se alimenta del disentir.    Ahora respecto al debate alrededor del premio que la FIL le concedió a Alfredo Bryce Echenique; coincido contigo cuando dices que la polémica ha servido para evidenciar la pugna de las élites culturales mexicanas por el poder y sus acomodos para el próximo sexenio.  Pareciera como si la Feria de Libro de Guadalajara se hubiera convertido en el escaparate de los deseos y el mundo al revés: Peña Nieto al desear la Presidencia de la República se hace pasar por escritor y los escritores al querer cargos públicos se hacen pasar por "buenas ovejas".  
No sostengo la bondad ni la maldad de los seres humanos, menos en el caso de los escritores.  Si acaso, creo en los actos buenos y malos que nos conforman.  Sé que nos desplegamos en la acción y sólo somos a partir de ella, por eso más allá de las clasificaciones morales estoy convencida que nos forjan las elecciones que tomamos; algunas afortunadas y otras equivocas o perversas.  En el caso de la polémica alrededor del premio para Bryce hay una disyuntiva de elecciones y miradas alrededor de la vida y sus caminos ¿qué significa ser escritor?  ¿el oficio de escribir está vinculado a la ética?  ¿qué es el plagio?  Cabe decir que no todos los que participan en la polémica andan en "busca de un hueso"; algunos juicios ni siquiera pertenecen a las élites culturales del país.  Tal es mi caso aunque escriba al respecto.  Sin embargo legítimamente señalan, y señalamos, que un premio literario no se le puede dar a un plagiario irredento.    
Coincido también cuando afirmas que el campo de batalla de las "élites culturales" ha sido Alfredo Bryce Echenique pero no lo hubieran adoptado para pelear si no hubiera plagiado intermitentemente.  Si después de su espléndida obra "Un mundo para Julius" se quedó vacío y tardó tiempos y días en volver a escribir otra gran obra "la vida exagerada de Martín Romaña" debió, como muchos escritores, reconocer el silencio y no escuchar el canto de sirenas de los editores y la mercadotecnia.  No todos son Lope de Vega o Vargas LLosa "monstruos de la naturaleza" que desconocen "la búsqueda de la palabra perdida" en la labor cotidiana, algunos somos más parecidos a Juan Rulfo y necesitamos leer, y callar, más que escribir.

"Nuestra América" de escritores, parafraseando a Martí

Ahora el premio de la FIL nace para galardonar la obra y trayectoria literaria de un escritor.  Trayectoria implica "toda la obra", aunque como lectores distingamos la desigualdad de una trayectoria al saber que es humana y es percibida desde la subjetividad.  De ahí que algunos textos o géneros nos parezcan más entrañables que otros.  La novela por ejemplo ha sido la hija predilecta desde el siglo XIX mientras que el teatro y la poesía han sido desdeñados o vilipendiados.  La novela ha sido considerada el arte de los cultos mientras que la poesía se limita a los locos.  Entre estos dos extremos: la novela corta, el cuento y el ensayo.  El artículo diario o semanal se inserta en el ensayo y coquetea con el periodismo, sin realmente serlo.  Es un ejercicio literario de pocas cuartillas que revela la mirada cotidiana de un escritor.  A diferencia del especialista, el hombre de letras no señala puntualmente los hechos, los contextualiza dentro de una mirada amplia que va del pasado a los vislumbres cuasi proféticos.  Su función no es explicar con datos duros una coyuntura sino insertarla en el fluir de la existencia y la condición humana, repetitiva y rítmica.  El periodismo literario y el pequeño artículo del escritor no es un género menor, es otro género que aporta otras cosas.  ¿Qué haríamos sin la obra periodística del dramaturgo Solana, premio Bellas Artes o sin los maravillosos textos de Ibargüengoitia o la perspicacia de Monsiváis?  Ellos como otros forjaron gran parte de sus ideas en esta labor diaria.  Mucha de la obra del poeta Octavio Paz, premio nobel de literatura, es ensayística, otra se publicaba como artículos en las revistas; te puedo asegurar que no son textos menores.  Pero olvido nombrar a "mi novio decimonónico" el peruano González Prada, de quien tú sabes mejor que yo, que su obra es ensayística y solía editarse por entregas en los diarios locales.  No me podrás negar que la vehemencia de sus textos proviene de un espíritu literario más que político.  ¿Y qué decir de la inmensa obra periodística del poeta cubano Martí?  Sus textos americanos se adelantaron a los acontecimientos.  Ergo el premio a una trayectoria no descarta los artículos periodísticos aunque los jueces del galardón, como el escritor Jorge Volpi, ahora se defiendan con tal argumento sofístico.  En el caso del buen Echenique el premio es para su obra, plagios incluidos.

Leer a los laureados: 
De izquierda a derecha y de arriba abajo: Guillermo Cabrera Infante, Álvaro Mutis, Juan Marsé, Jorge Edwards, Elena Poniatowska, Nélida Piñon, José Saramago, Mario Vargas Llosa, José Luis Sampedro, José Jiménez Lozano, Richard Ford, Jorge Semprún, Alfredo Bryce Echenique, Josefina Aldecoa, George Steiner, Harold Bloom, Juan Goytisolo, Miguel Delibes y Claudio Magris.



Después apuntas con fortuna que los premios literarios no honran la vida de los escritores, de ser así nadie obtendría premio alguno, dices y dices con razón.  Todos tenemos cola que nos pisen, estamos hechos de cochinaditas decía un amigo; y eso incluye a los creadores.  Dudo que Martí fuera un buen esposo y algo me dice que vivir con Ibargüengoitia no era fácil;  como dice Chesterton: a diferencia de los jóvenes, ávidos de justicia, los adultos estamos ávidos de perdón.  Quizás invocaba perdón Mo Yan, premio nobel 2012, de 57 años al pedir la liberación de su amigo el escritor.  Quizás culpa o equívoco, quién podría saberlo al ser acusado por el poeta Liao Yiwu de pertenecer al partido oficial y a las políticas represivas del Estado Chino.  
Yo no soy nadie para juzgar la vida de los otros, con dificultad puedo solucionar la mía. Allende, estoy convencida que caminamos como los Gurús, con un pie en la sombra y otro en la luz y aceptar esto es parte de vivir.  Suelo pensar, quizás con resignación, que en las fisuras y errores de los padres florecemos y en las mías, muchísimas, florecerá mi hija.  “Lo perfecto es demoníaco” apuntan los japoneses y lo suscribo.  Sé que la existencia se erige en el actuar e intuyo que toda acción tiene consecuencias positivas y negativas.  Eso lo sabía Bryce cuando decidió con una mano plagiar, incluso textos de sus colegas como los artículos de la revista Jano donde él colaboraba, y con la otra cobrar dinero y prestigio.

¿los reconoces?
Eh ahí el gran problema de un premio en el contexto de las ferias del libro.  No son galardones para honrar la literatura fuera de la vida económica y política de un país, o una región, sino justamente para relanzar una obra o un autor dentro de las industrias culturales y el interés editorial.  Por eso coincido, una vez más contigo, cuando propones que Bryce debe, en caso de recibir el premio, donar el dinero.  Sería estupendo si lo hiciera al padre Solalinde y a su labor con los migrantes, emularía al gruñón y coherente Fernando Vallejo, premiado por la FIL el año pasado.

Por último quiero hablar acerca de un tema que no he tocado y que tampoco he leído dentro de los dimes y diretes digitales: el abuso de poder.  Alfredo Bryce Echenique ya era un prestigiado y reconocido novelista cuando empezó a plagiar, o por lo menos cuando se tuvo noticia de sus plagios.  Ya había escrito "un mundo para Julius", ya se le había condecorado con la frase "Bryce autor que pertenece al movimiento posterior al boom latinoamericano", compartía laureles con el gran Cabrera Infante, uno de mis autores preferidos.  Por ello sus plagios son todavía más perversos, entran en el abuso del poder.  Pensó que haber escrito una gran obra literaria le daba el derecho de usar el trabajo de otros y firmarlo.  Hay en el acto una mirada que puedo calificar con las tres "D": desdén, desplante y despotismo frente al trabajo de los otros.
Eduardo, yo no pertenezco a ninguna élite cultural, ni a ningún boom literario soy sólo una escribana pero me molestaría mucho que me plagiaran un artículo.  Sí, mi parte más insegura se sentiría halagada si alguien como Bryce Echenique decide copiar textual mis palabras, porque cabe señalar que sus plagios son con la técnica "copy paste", pero mi parte más esforzada se sentiría profundamente herida.  Escribir, incluso un "pinche" artículo de blog le quita tiempo a mi hija y al trabajo.  Y durante muchos años fue origen de escarnio familiar: ¿por qué no te dedicas a algo útil?    Plagiar a desconocidos desde el prestigio literario, y algunos no tan desconocidos, es abuso de poder.  Y bien sabes que con el abuso de poder nunca estaré de acuerdo.
Con todo mi amor y admiración, bien sabes que no miento Eduardo, mi respuesta al caso "Alfredo Bryce Echenique".
Zyanya Mariana

1 comentario:


  1. Confieso haberme ilustrado con tu artículo, querida Zyanya. Desconocía este asunto de Bryce.

    Un abrazo

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