ZyanyaM
Yo no supe dónde
entraba
pero cuando allí
me vi
sin saber dónde
me estaba
grandes cosas
entendí
no diré lo que
sentí
que me quedé no
sabiendo
toda ciencia
trascendiendo.
San Juan de la
Cruz, Coplas
A Javier Sicilia y los 60 mil muertos que hoy no pudieron venir
LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA
Conspiratio o los diálogos de Sicilia (primera parte)
El lunes 28 de
marzo del 2011 la prensa anunciaba que siete ejecutados habían hallados dentro de un automóvil estacionado
frente al hotel Las Brisas del Municipio de Temixco, Edo de Morelos, cerca de
la autopista México-Acapulco. Cuatro de los cadáveres se encontraron dentro del
automóvil y los otros tres en el maletero; los siete atados de pies y manos
presentaban huellas de tortura.
Según el vocero de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE)
los cuerpos no tenían heridas de bala por ello suponían que habían muerto por
asfixia. Los periódicos difundieron
que junto a los cuerpos se había encontrado un mensaje atribuido al Cártel del
Golfo por las siglas CDG: “esto nos pasó por hacer llamadas anónimas a los
militares”. Deslizaban así la posibilidad, como a lo largo de todo el
sexenio de Calderón, que las muertes eran producto de las luchas entre bandas
criminales, que no eran víctimas sino miembros de cárteles; sicarios. “Seguro
se lo merecían” –murmuraban algunos.
Horas más tarde sin embrago se identificaban a seis de los asesinados:
María del Socorro Estrada Hernández de 44 años; Álvaro Jaimes Aguilar, tío de
los hermanos Romero Jaimes: Julio César de 20 años y su hermano Luis Antonio de 24, Jaime
Gabriel Alejo Cadena de 25 y Juan
Francisco Sicilia Ortega de 24 años.
No eran narcos como frívolamente afirmaban las autoridades, eran
estudiantes, amigos que desde la infancia se juntaban a jugar fútbol, vecinos veinteañeros. Vivían desde hace 20 años
en el mismo barrio del poeta Javier Sicilia, de hecho uno de los identificados
era su hijo Juanelo.
Este sexenio en nombre de la guerra han desparecido luchadores sociales, críticos al gobierno y muchísimos periodistas. Las autoridades se deslindan afirmando que las muertes de jóvenes, uno de los grupos más vulnerables, son producto de las luchas entre bandas. Quieren hacernos olvidar que caminamos sobre los huesos de 60 mil muertos y que la violencia del Estado es tan cotidiana que se ha vuelto invisible.
Por muchas razones el secuestro del hijo de la señora Wallace o del hijo del empresario Martí no conmocionaron a la sociedad como la muerte del hijo de un activista social de izquierda y públicamente católico. Las razones habría que buscarlas en la coherencia de una existencia donde acto, palabra y pensamiento caminan por la misma línea. Hace más de 10 años, en una emisión especial del programa Religiones del mundo, el futuro del cristianismo, conducido por Bernardo Barranco de cara al año 2000 en Radio Red, Sicilia afirmaría: “Estamos faltos de profundidad espiritual. (…) Necesitamos ascesis y mística, no pura ascesis o pura mística.” Y en efecto recorrer a pie el trayecto que va de Cuernavaca a la ciudad de México sólo puede entenderse como un impulso ascético. Una disciplina corporal, como el yoga, encaminada a la liberación del espíritu, a la liberación del dolor de un padre frente a su hijo asesinado. Pero la disciplina sin meta, muy pronto se convierte en técnica, por eso el místico que sabe que todo está vinculado, que todos navegamos en el mismo barco y vamos hacia el mismo lugar, busca las respuestas en el silencio pues la fe es un acto no un pensamiento.
Por muchas razones el secuestro del hijo de la señora Wallace o del hijo del empresario Martí no conmocionaron a la sociedad como la muerte del hijo de un activista social de izquierda y públicamente católico. Las razones habría que buscarlas en la coherencia de una existencia donde acto, palabra y pensamiento caminan por la misma línea. Hace más de 10 años, en una emisión especial del programa Religiones del mundo, el futuro del cristianismo, conducido por Bernardo Barranco de cara al año 2000 en Radio Red, Sicilia afirmaría: “Estamos faltos de profundidad espiritual. (…) Necesitamos ascesis y mística, no pura ascesis o pura mística.” Y en efecto recorrer a pie el trayecto que va de Cuernavaca a la ciudad de México sólo puede entenderse como un impulso ascético. Una disciplina corporal, como el yoga, encaminada a la liberación del espíritu, a la liberación del dolor de un padre frente a su hijo asesinado. Pero la disciplina sin meta, muy pronto se convierte en técnica, por eso el místico que sabe que todo está vinculado, que todos navegamos en el mismo barco y vamos hacia el mismo lugar, busca las respuestas en el silencio pues la fe es un acto no un pensamiento.
En una entrevista al Reforma (http://www.reforma.com/cultura/articulo/1299226/ y para los que no tienen inscripción al Reforma la entrevista integra ed Sicilia en este link http://lapaginadebetobuzali.blogspot.mx/2012/03/siento-verguenza-de-estar-vivo-javier.html) Sicilia
confesaría: "Yo que soy una víctima, siento una inmensa vergüenza. La
misma que sintieron los sobrevivientes de Auschwitz… Sé que no tengo culpa, pero siento vergüenza de que no me
pueda enterrar él, de haberlo sobrevivido".”
Más sobre "En el fondo de la noche"una nota de Letras Libres posterior a su publicación. http://www.letraslibres.com/revista/libros/una-luz-en-el-fondo-de-la-noche |
Cual profeta, la noche del asesinato de su hijo terminaba la penúltima versión de “En el Fondo de la noche” donde narra como el sacerdote franciscano Maximiliano Kolbe muere en el lugar de Franciszek Gajowniczek, un condenado a muerte que al sobrevivir cuenta la historia. Sólo unos pocos testificaron el hecho pues en esos días sombríos, como los de hoy, si un prisionero escapaba 10 eran condenados. En sus correspondencias (1943-1944) Albert Camus contaba, mutatis mutandis, la anécdota del franciscano a un amigo alemán: No sabemos su nombre pero enfermo como estaba de tuberculosis sólo sobrevivió 14 días a la tortura. Sicilia lo imagina al final con una mirada inmóvil, vacía; se proyecta: su hijo es Kolbe y se sacrificó por él. Detrás de su rostro triste se esconde un gran sentido del humor y una fuerza que abreva de los gestos de amor, pequeños e intrascendentes. "El gran error, afirma este creyente, es pensar que Dios es poderoso, no. Es enormemente amoroso e impotente, lo contrario de lo que hemos concebido. Y eso es lo que reveló Cristo". En esa lógica de un Jesús amoroso e impotente, cinco días después del asesinato de su hijo, un 2 de abril, el poeta frente a una ofrenda de flores instalada en las puertas del palacio de gobierno de Morelos, recitaba su último poema:
“El mundo ya no
es digno de la palabra
Nos la ahogaron
adentro
Como te
(asfixiaron),
Como te
desgarraron a ti
los pulmones
Y el dolor no se
me aparta
sólo queda un
mundo
Por el silencio
de los justos
Sólo por tu
silencio y por mi silencio, Juanelo”.
Con
estas palabras, escritas durante su regreso a México desde Filipinas, la Polonia de Asia; el premio
Nacional de poesía Aguascalientes 2009 anunciaba el fin de su carrera como
poeta y el inicio de su labor política. Mientras la Procuraduría General de Justicia de Morelos, presionada por la
opinión pública, reportaba vagamente tres líneas de investigación: 1.-
participación de funcionarios públicos; 2.- conflicto casual entre víctimas y
verdugos; 3.- cárteles
involucrados. Ningún dato
concreto, ningún “resultado consistente” como exigían la comunidad de artistas,
intelectuales, organizaciones sociales, de mujeres y católicas; todos hartos de
la violencia e impunidad que recorre Cuernavaca (Cuernabalas) y el país.
Sicilia pudo haber inundado su casa con dolor
cerrando la puerta y lo hubiéramos entendido, pudo llenarse de miedo y callar
la injusticia y lo hubiéramos acompañado mudos y asustados; pero Sicilia está
hecho de otro barro, uno más místico y amoroso y "La aparente nada del amor es un
boquete inmenso", diría él.
Por eso prefirió, después de la primera marcha por la Paz en Cuernavaca
donde participaron 15 mil personas con reverberaciones en otras ciudades del
país, convocar a la ciudadanía a adueñarse de su destino reconstruyendo el
tejido social. No quería
culpables, ni chivos expiatorios; se negó a los gritos: “Juicio político a
Calderón” pero repartió responsabilidades iniciando un diálogo: A los militares les dijo “han sido los
custodios de la paz de la nación y por ello nunca habríamos querido verlos
fuera de sus cuarteles más que para repeler una invasión extranjera o para
ayudarnos”. Les recriminó que muchos de los asesinos que hoy dañan al país
provienen de los desertores de sus filas.
A la sociedad civil le dijo: “Si me dejan solo tendrán un muerto más”, a
las autoridades morelenses, el gobernador panista Marco Adame y al procurador
Pedro Luis Bénitez, les exigió resultados y, en complicidad con la nación entera, escribió a políticos y criminales: “Estamos hasta la madre”. http://circulodepoesia.com/nueva/2011/04/javier-sicilia-estamos-hasta-la-madre-carta-abierta-a-los-politicos-y-a-los-criminales/.
(Estos diálogos continuarán...)
También pienso que deben abrirse las fronteras para el libre tránsito
de los seres humanos, tal como circulan las mercancías y los capitales.
Pues estoy convencida que somos de todas partes, que el origen es hacia donde
vamos y no de donde venimos, y que sólo es perfecto aquel para quien el mundo
entero, amado y asombroso, es como un país extranjero.
Zyanya Mariana
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