lunes, 20 de agosto de 2012

Conspiratio o los diálogos de Sicilia I; LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA


ZyanyaM
Yo no supe dónde entraba
pero cuando allí me vi
sin saber dónde me estaba
grandes cosas entendí
no diré lo que sentí
que me quedé no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.

San Juan de la Cruz, Coplas



A Javier Sicilia y los 60 mil muertos que hoy no pudieron venir

LO QUE PASA EN LA CAMA PASA EN LA PLAZA


Conspiratio o los diálogos de Sicilia (primera parte)






El lunes 28 de marzo del 2011 la prensa anunciaba que siete ejecutados habían hallados dentro de un automóvil estacionado frente al hotel Las Brisas del Municipio de Temixco, Edo de Morelos, cerca de la autopista México-Acapulco. Cuatro de los cadáveres se encontraron dentro del automóvil y los otros tres en el maletero; los siete atados de pies y manos presentaban huellas de tortura.  Según el vocero de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) los cuerpos no tenían heridas de bala por ello suponían que habían muerto por asfixia.  Los periódicos difundieron que junto a los cuerpos se había encontrado un mensaje atribuido al Cártel del Golfo por las siglas CDG: “esto nos pasó por hacer llamadas anónimas a los militares”.  Deslizaban así la posibilidad, como a lo largo de todo el sexenio de Calderón, que las muertes eran producto de las luchas entre bandas criminales, que no eran víctimas sino miembros de cárteles; sicarios. “Seguro se lo merecían” –murmuraban algunos.  Horas más tarde sin embrago se identificaban a seis de los asesinados: María del Socorro Estrada Hernández de 44 años; Álvaro Jaimes Aguilar, tío de los hermanos Romero Jaimes: Julio César de 20 años y su hermano Luis Antonio de 24, Jaime Gabriel Alejo Cadena de 25  y Juan Francisco Sicilia Ortega de 24 años.  No eran narcos como frívolamente afirmaban las autoridades, eran estudiantes, amigos que desde la infancia se juntaban a jugar fútbol, vecinos veinteañeros.  Vivían desde hace 20 años en el mismo barrio del poeta Javier Sicilia, de hecho uno de los identificados era su hijo Juanelo. 


"Mi hijo Juan, se lamentaba Javier Sicilia la tarde del 27 de marzo a un año de la muerte de su hijo, tenía una sola falla: era americanista".  En homenaje a él y, sus amigos muertos, familiares y compañeros se reunieron para patear un balón.  "El fútbol era la gran pasión de Juan.  Una vez jugó un partido con una camiseta que decía: Es un honor jugar contigo, hoy es un honor jugar para él...".
Foto Paris Martínez, Tributo en la gramma (Animal Político)

Este sexenio en nombre de la guerra han desparecido luchadores sociales, críticos al gobierno y muchísimos periodistas.  Las autoridades se deslindan afirmando que las muertes de jóvenes, uno de los grupos más vulnerables, son producto de las luchas entre bandas.  Quieren hacernos olvidar que caminamos sobre los huesos de 60 mil muertos y que la violencia del Estado es tan cotidiana que se ha vuelto invisible.  
Por muchas razones el secuestro del hijo de la señora Wallace o del hijo del empresario Martí no conmocionaron a la sociedad como la muerte del hijo de un activista social de izquierda y públicamente católico.  Las razones habría que buscarlas en la coherencia de una existencia donde acto, palabra y pensamiento caminan por la misma línea.  Hace más de 10 años, en una emisión especial del programa Religiones del mundo, el futuro del cristianismo, conducido por Bernardo Barranco de cara al año 2000 en Radio Red, Sicilia afirmaría: “Estamos faltos de profundidad espiritual. (…) Necesitamos ascesis y mística, no pura ascesis o pura mística.”  Y en efecto recorrer a pie el trayecto que va de Cuernavaca a la ciudad de México sólo puede entenderse como un impulso ascético.  Una disciplina corporal, como el yoga, encaminada a la liberación del espíritu, a la liberación del dolor de un padre frente a su hijo asesinado.  Pero la disciplina sin meta, muy pronto se convierte en técnica, por eso el místico que sabe que todo está vinculado, que todos navegamos en el mismo barco y vamos hacia el mismo lugar, busca las respuestas en el silencio pues la fe es un acto no un pensamiento.
En una entrevista al Reforma (http://www.reforma.com/cultura/articulo/1299226/   y para los que no tienen inscripción al Reforma la entrevista integra ed Sicilia en este link http://lapaginadebetobuzali.blogspot.mx/2012/03/siento-verguenza-de-estar-vivo-javier.htmlSicilia confesaría: "Yo que soy una víctima, siento una inmensa vergüenza. La misma que sintieron los sobrevivientes de Auschwitz…  Sé que no tengo culpa, pero siento vergüenza de que no me pueda enterrar él, de haberlo sobrevivido".”

Más sobre "En el fondo de la noche"una nota de Letras Libres
posterior a su publicación.
http://www.letraslibres.com/revista/libros/una-luz-en-el-fondo-de-la-noche
No es casual la comparación de Auschwitz con México, ambas son estructuras de la muerte, asesinatos minuciosamente calculados para conservar los intereses de unos cuantos.  Sicilia sin embargo va más allá en su comparación.  Sabe, como el sentido común, que los padres deben morir antes que los hijos y los hijos enterar a los padres, pero como místico entiende que si sucede al revés, entonces es un sacrificio del hijo para un "hacer" del padre; una penitencia.
Cual profeta, la noche del asesinato de su hijo terminaba la penúltima versión de “En el Fondo de la noche” donde narra como el sacerdote franciscano Maximiliano Kolbe muere en el lugar de Franciszek Gajowniczek, un condenado a muerte que al sobrevivir cuenta la historia.  Sólo unos pocos testificaron el hecho pues en esos días sombríos, como los de hoy, si un prisionero escapaba 10 eran condenados.  En sus correspondencias (1943-1944) Albert Camus contaba, mutatis mutandis, la anécdota del franciscano a un amigo alemán: No sabemos su nombre pero enfermo como estaba de tuberculosis sólo sobrevivió 14 días a la tortura.  Sicilia lo imagina al final con una mirada inmóvil, vacía; se proyecta: su hijo es Kolbe y se sacrificó por él.  Detrás de su rostro triste se esconde un gran sentido del humor y una fuerza que abreva de los gestos de amor, pequeños e intrascendentes. "El gran error, afirma este creyente, es pensar que Dios es poderoso, no. Es enormemente amoroso e impotente, lo contrario de lo que hemos concebido. Y eso es lo que reveló Cristo".  En esa lógica de un Jesús amoroso e impotente, cinco días después del asesinato de su hijo, un 2 de abril, el poeta frente a una ofrenda de flores instalada en las puertas del palacio de gobierno de Morelos, recitaba su último poema: 


“El mundo ya no es digno de la palabra
Nos la ahogaron adentro
Como te (asfixiaron),
Como te
desgarraron a ti los pulmones
Y el dolor no se me aparta
sólo queda un mundo
Por el silencio de los justos
Sólo por tu silencio y por mi silencio, Juanelo”. 



Con estas palabras, escritas durante su regreso a México desde Filipinas, la Polonia de Asia; el premio Nacional de poesía Aguascalientes 2009 anunciaba el fin de su carrera como poeta y el inicio de su labor política.  Mientras la Procuraduría General de Justicia de Morelos, presionada por la opinión pública, reportaba vagamente tres líneas de investigación: 1.- participación de funcionarios públicos; 2.- conflicto casual entre víctimas y verdugos;  3.- cárteles involucrados.  Ningún dato concreto, ningún “resultado consistente” como exigían la comunidad de artistas, intelectuales, organizaciones sociales, de mujeres y católicas; todos hartos de la violencia e impunidad que recorre Cuernavaca (Cuernabalas) y el país.


Primera Marcha de la Paloma de la Paz a la Plaza Emiliano Zapato,
donde Sicilia convocó a la ciudadanía a la reconstrucción del tejido social.
"Adueñarse del presente y decidir el destino y la nación que ustedes quieran".


Sicilia pudo haber inundado su casa con dolor cerrando la puerta y lo hubiéramos entendido, pudo llenarse de miedo y callar la injusticia y lo hubiéramos acompañado mudos y asustados; pero Sicilia está hecho de otro barro, uno más místico y amoroso y "La aparente nada del amor es un boquete inmenso", diría él.  Por eso prefirió, después de la primera marcha por la Paz en Cuernavaca donde participaron 15 mil personas con reverberaciones en otras ciudades del país, convocar a la ciudadanía a adueñarse de su destino reconstruyendo el tejido social.  No quería culpables, ni chivos expiatorios; se negó a los gritos: “Juicio político a Calderón” pero repartió responsabilidades iniciando un diálogo:  A los militares les dijo “han sido los custodios de la paz de la nación y por ello nunca habríamos querido verlos fuera de sus cuarteles más que para repeler una invasión extranjera o para ayudarnos”. Les recriminó que muchos de los asesinos que hoy dañan al país provienen de los desertores de sus filas.  A la sociedad civil le dijo: “Si me dejan solo tendrán un muerto más”, a las autoridades morelenses, el gobernador panista Marco Adame y al procurador Pedro Luis Bénitez, les exigió resultados y, en complicidad con la nación entera, escribió a políticos y criminales: “Estamos hasta la madre”.  http://circulodepoesia.com/nueva/2011/04/javier-sicilia-estamos-hasta-la-madre-carta-abierta-a-los-politicos-y-a-los-criminales/.  


Uno de eslogans del gobierno panista (2006-2012) ha sido vivir mejor, sin embargo
la estrategia de lucha contra el narcotráfico se ha convertido en la cabeza de la Hydra.
Por cada criminal muerto o apresado según los medios la sangre cotidiana se multiplica.  Algunos políticos y burócratas insisten en que la estrategia era necesaria pero el ciudadano de a pie sabe que él pone los muertos y los políticos se llevan el dinero. 

(Estos diálogos continuarán...)

También pienso que deben abrirse las fronteras para el libre tránsito de los seres humanos, tal como circulan las mercancías y los capitales.  Pues estoy convencida que somos de todas partes, que el origen es hacia donde vamos y no de donde venimos, y que sólo es perfecto aquel para quien el mundo entero, amado y asombroso, es como un país extranjero.


Zyanya Mariana

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