viernes, 11 de diciembre de 2009

Para la misma




Por Ruben Darío

PARA LA MISMA

Miré al sentarme a la mesa,
bañado en la luz del día
el retrato de María,
la cubana-japonesa.

El aire acaricia y besa,
como un amante lo haría,
la orgullosa bizarría
de la cabellera espesa.

Diera un tesoro el Mikado(1)
por sentirse acariciado
por princesa tan gentil, no

digna de que un gran pintor
la pinte junto a una flor
en un vaso de márfil.

PROSAS PROFANAS


P.S.: EDITORIAL TARIYATA
MIKADO

"Bandera del Emperador de Japón durante la Guerra del Pacífico"

1.- MIKADO, termino obsoleto para designar al Emperador de Japón, aunque la palabra también puede traducirse como "puerta". El Mikado, o Tenno, era considerado mensajero entre Dioses y hombres pues era descendiente directo de la diosa Amaterasu, diosa del sol en el sintoismo. Quizás por ello durante casi 14 siglos, el Mikado, sólo gozó de un poder espiritual y religioso, mientras los shogunes controlaban el poder político y militar. Fue hasta la Era Meiji y, el fin del shogunato de los Tokugawa, que el Emperador centralizó, en su persona, todos los poderes. Así se convirtió en el centro del sintoismo y de la política expansionista japonesa. El culto al Emperador como culto religioso existió hasta 1945, posteriormente la constitución de 1947 lo limitaría a ser símbolo del estado y unidad del pueblo japonés.
TARIYATA EDICIONES


"Diosa Amaterasu saliendo de la cueva",

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